Aviso de la revista "Las brujas de Salim" de Mario Cánepa en el Humoresque, publicado en "La Nación" del jueves 30 de julio de 1959.
Hemos visto en otra parte de este sitio que, de acuerdo a lo que expone Rakatán (Osvaldo Muñoz Romero) en "¡Buenas noches, Santiago!", recogiendo un testimonio del ex empresario de espectáculos Humberto Tobar, la primera compañía bataclánica de Chile fue creada hacia 1920 por un grupo en el que estaba el periodista Renato Valenzuela. Sin embargo, sería recién después de la experiencia protagonizada por la Compañía de Revistas del Teatro Balmaceda de 1934 a 1942, aproximadamente, creada por el empresario Enrique Venturino Soto y base de su exitosa Compañía de Revistas Cóndor, que comenzaron a aparecer y competir las primeras empresas revisteriles en la edad dorada de la bohemia chilena, como el Burlesque, el Picaresque y el Bim Bam Bum, entre varias otras.
Siguiendo la información proporcionada por Rakatán, entonces, vino a aparecer en el circuito de los espectáculos y con aquel gran impulso la Compañía de Revistas Humoresque. Esta llegaría a ocupar el hermoso e histórico Teatro Parque Cousiño de calle San Ignacio de Loyola 1249, ubicado en el barrio Viel a escasa distancia de la gran área verde que le daba el nombre, hoy Parque O'Higgins. Fue una ingeniosa creación del empresario chileno de padres árabes Salim Zacur Jure, quien decidió continuar en el mismo teatro con el espectáculo de variedades luego que fuera abandonado a fines de 1957 por la Compañía Picaresque de don Ernesto Sottolichio. Este último lo ocupaba desde hacía unos cuatro años, llegando a ser llamado, por lo mismo, Teatro Picaresque, antes de emigrar a avenida Recoleta hasta el ex Teatro Princesa.
Antes de relevar al Picaresque en el Cousiño, sin embargo, la formalmente llamada Compañía de Revistas Frívolas y Picarescas Humoresque había comenzado a hacer sus primeras presentaciones en el antiguo Teatro Delicias que existió en Alameda Bernardo O'Higgins 2868, en la esquina poniente con calle San Alfonso, junto a los barrios de la Estación Central y muy cerca del entonces nuevo Hotel Real. Las artes bataclánicas no eran ajenas a esta sala, ciertamente: a mediados de los años treinta se presentaba allí una compañía propia del Delicias dirigida por Pepe Rojas y Elsita Vacksey, con revistas como "El demonio tentador", "Chofer... al Delicias", "Las cuatro estaciones" y "Los reyes del jazz", en donde actuaban ambos directores más Arturo Gonzálvez, Totó Ubilla, Enrique Barrenechea y Marujita García con su cuerpo de bailarinas.
Ahora, con el Delicias escogido y preparado para ser casa del flamante Humoresque, en la gaceta de cine y espectáculos "Ecran" un corresponsal describía el inicio de la nueva firma artística en su edición del 22 de agosto de 1950, tras una veloz entrevista a su inquieto primer director y actor Eugenio Retes. Así decía, entonces, poco antes de abrir su primera temporada:
Estábamos en una de las mesas del característico Café de los Artistas. Varios actores se paseaban y comentaban los últimos incidentes ocurridos en el ambiente. Retes acababa de celebrar una conferencia con el famoso cómico Romilio Romo, quien se incluirá en el elenco del Humoresque.
-¿Y quiénes más va a tomar parte en esta compañía?
-Las vedettes Zita Nóvel, Miriam Da Silva, Pepita Osorio, Lucy Arias y Carmen Palmiño. Y los "feos" vamos a ser, el que habla y...
- Aquí estamos hablando todos -dijimos con el ánimo de hacer un chiste.
-Entonces todos somos feos -nos repuso el actor. Y no nos quedaron deseos de hacer más chistes.
-Bueno, los jóvenes del elenco son Romilio Romo y Ramón Diez. La música va a estar a cargo del maestro Manuel Contardo.
-¿Y los decorados?
-Los harán Vicente Peralta y Arturo Larenas.
Aunque el mencionado Burlesque de avenida Diez de Julio había partido antes, el estreno de la compañía del Humoresque fue un tiempo antes de aparecer en carteleras el Picaresque de Sottolichio, como se observa: lo hizo allí en el Delicias con la revista "Mujeres atómicas" a las 22 horas del viernes 25 de agosto siguiente a la entrevista, aunque justo en medio de la conmoción nacional por la súbita muerte del ex presidente Arturo Alessandri Palma. "Nuestra intención es hacer un espectáculo frívolo, pero ingenioso, no grosero", había anticipado ya Retes.
El Teatro Delicias no era muy grande, por cierto, pero tenía capacidad suficiente para la puesta en marcha de la recién nacida compañía. 150 mil pesos había costado acondicionarlo para esta nueva etapa de vida, según confesaba el mismo director artístico a "Ecran". El nombre de la compañía y del espectáculo parece provenir de la obra musical homónima del compositor checo Antonín Dvořák, del siglo XIX, aunque también estaba de moda en aquellos años el melodrama con toques de musical "Humoresque" de Warner Bros., dirigido en 1946 por Jean Negulesco, con los consagrados Joan Crawford y John Garfield como actores principales.
Las bailarinas Kiki Bell y Celia Nova, dos hermosas exponentes del talento femenino que siempre estaría presente en los shows, debutaron juntas en octubre del mismo año 1950 en las obras "El domador de mujeres" de Retes y Contardo. Seguidamente, reaparecen en "El mundo es una pelota", siendo de las figuras principales. En noviembre estaba en los anuncios la vedette internacional Charito Martínez, presentándose en la revista "Ni muy corto ni muy largo". Allí actuaron, además de Kiki y Celia, la versátil Zita Novel, Sandra La Bella, Carmen Palmiño y la vedette Elie May, además del denominado Ballet Humoresque o Humoresque Girls, a cargo del director Juanito Sam Brown. A la sazón, el humorista Orlando Castillo era el responsable de sacar risas en los intermedios. Todos ellos y algunos cuantos nombres más que se nos quedan fuera conformaban la primera generación de artistas de la compañía, participando ese mismo mes en una nueva revista titulada "Se desnuda al contando" con similar buena acogida que las anteriores.
Con funciones en vermouth y noche, más cerca de fines de año la estrella central del Delicias era la vedette chilena Raquel Pereira, en una nueva revista que se titulaba "La piedra feliz", en donde participaba el mismo elenco nombrado. Al humor de Castillo se sumaba ahora el del cómico Antonio Quintanilla, también chileno, y se agregaba como complemento del show un número de Biloña, llamado el "gran mago de la risa". Así pues, la compañía iba creciendo en público y número de artistas, a pesar de no haber comenzado quizá en forma holgada ni con las grandes contrataciones que se verían con el Bim Bam Bum del maestro Buddy Day en el Teatro Ópera de calle Huérfanos, la Tro-Lo-Ló del Teatro Roma y la Babalú del Teatro Novedades.
Ya
en 1955, la Radio Corporación de Pacífico había reclutado también a
artistas del espectáculo del señor Zacur para su programa humorístico "Alegre
caravana". Este era transmitido los domingos a las 13 horas, y en él estaban
las voces de Chito
Morales y Petronio Romo, acompañados por la propia orquesta estable del Humoresque. La
calidad
de los profesionales recurridos por el empresario era incuestionable en
esos
momentos, tanto nacionales como extranjeros.
Después del éxito de aquellas primeras temporadas, el Humoresque llegará al Teatro Cousiño recién desocupado por el Picaresque e iniciará así una más rentable nueva vida desde el verano de 1958. Este arribo tuvo ciertas características de refundación de la compañía artística, de hecho, tras un período de receso. Posteriormente, en junio de aquel año presentaba con buenos resultados la revista "El cigarro de la dicha" del ilustre Mario Cánepa, y para el año siguiente el maestro uruguayo Francisco Canaro ponía la música hacia el mes de agosto, dando otro paso en una relación con el tango que continuó durante toda la existencia de la compañía.
Zacur, quien era además comerciante con establecimientos de ventas en pleno centro de Santiago, acabaría comprando aquel viejo teatro de 1927, obra de los arquitectos Manuel Cifuentes y Horacio Guzmán originalmente para la casa cinematográfica Max Glücksmann. Se cuenta que también había ido contratando a algunos artistas del equipo anterior que allí trabajó y del Burlesque, que también había sido administrado por Sottolichio, el fundador del Picaresque como hemos dicho. Aquello habría sucedido después de que un incendio inutilizara al teatro de avenida Diez de Julio y dejara a integrantes a la deriva, según lo que aseguraban familiares de Zacur en tiempos más recientes (ver artículo "El nuevo 'lifting' del Teatro Cousiño", en "La Tercera", lunes 6 de junio de 2011).
Dicho período a fines de los cincuenta en el Cousiño fue de mucha bonanza instantánea para la compañía del Humoresque, según todo indica. Con el correr del tiempo, además, esta se había ido tornando cada vez más audaz en su propuesta artística, valiéndose de números de desnudos con hermosas artistas nacionales y extranjeras. Las coristas y vedettes argentinas eran traídas constantemente desde el mucho más desarrollado y profesional ambiente nocturno de Buenos Aires, mientras que el tango mantuvo su señalado espacio de privilegio con varios exponentes de primera selección. "La pequeña sala de los grandes éxitos", decía a veces su publicidad, ya que el Teatro Cousiño era un lugar con aforo para cerca de 350 personas o un poco más, según las estimaciones.
Alameda de las Delicias y Plaza Argentina, muy cerca de Estación Central, en fotografía de Odber Heffer Bissett, años veinte. Por el lado derecho de donde está el alto poste al centro de la imagen se encontraba el antiguo Teatro Delicias de Alameda con San Alfonso, en donde comenzaría la compañía Humoresque en 1950.
Aviso del Humoresque cuando llevaba poco tiempo aún en el Teatro Delicias, publicado en "Las Noticias de Última Hora" en noviembre de 1950. Debut de la vedette Charito Martínez en la revista "Ni muy corto, ni muy largo".
Diciembre de 1950 y el Humoresque presenta ahora "La piedra feliz" en el Teatro Delicias. Publicidad aparecida en el diario "Las Noticias de Última Hora".
Eugenio Retes retratado hacia 1955 por el gran fotógrafo de las candilejas chilenas Alfredo Molina La Hitte, en imagen publicada por el portal Memoria Chilena. Cinco años antes, había sido el encargado de la dirección artística de la flamante Compañía de Revistas Humoresque, en agosto de 1950.
El cantante argentino Mario Clavel en el escenario del Humoresque en el Teatro Cousiño, en revista "Ecran", junio de 1959.
La llegada de la espectacular nudista y bailarina Blanquita Casanova al Humoresque, en la revista "Atención... Coca en el Humoresque". Aviso publicado en "La Nación" hacia inicios de marzo de 1959.
Escena de las revistas del Humoresque en el Teatro Cousiño, período de Fiestas Patrias de 1959. Publicado en la revista "Ecran".
Aviso publicitario del Humoresque y la revista "Yo tengo un pecado nuevecito", en "La Nación", mes de octubre de 1959.
Revista "A Pancho los Boletos" del Humoresque en enero de 1960, con Bienvenido Granda y el grupo Los Tréboles como artistas principales. Publicidad aparecida en el diario "Las Noticias de Última Hora".
Lorenzo Barbero y Los Caporales, astros de la celebración de Fiestas Patrias en el Humoresque en septiembre de 1960. Aviso publicado en "La Nación".
El director musical Lorenzo Barbero entregando los registros musicales realizados con su orquesta a don Salim Zacur, dueño del Humoresque, junto al director artístico Osvaldo Rojas, en "La Nación" a inicios de septiembre de 1960.
Avisos de la revista "Picasso en primavera", en noviembre de 1962. Publicados en "Las Noticias de Última Hora".
Entre otras de las muchas revistas de aquel período estuvo también "Aún tenemos Humoresque, ciudadanos", no sabemos si por coincidencia con la cercanía de la efeméride del Desastre de Cancha Rayada y la famosa proclama atribuida tradicionalmente al héroe Manuel Rodríguez. Luego vino una revista temerariamente llamada "Atención... Coca en el Humoresque", en donde hizo su debut en el mismo teatro de barrio Viel una platinada nueva artista argentina: Blanquita Casanova, presentada como "la embajadora del strip-tease bonaerense". Para 1959 tocaría turno además a una revista del gran actor Eduardo de Calixto, llamada "El caballo nunca pierde" y siendo el artista principal de la misma el cantante argentino Mario Clavel, conocido como el "chansonnier de América".
Sin embargo, una de las obras revisteriles que más destacó aquel año fue "Las brujas de Salim", también de Cánepa, la que incluía abundantes risas y los infaltables strip-teases entre julio y agosto. Las sospechas sobre las motivaciones para bautizarla con ese título se confirmarán tiempo después en palabras de la hija del empresario, doña Miriam Zacur (entrevistada en el mismo artículo de "La Tercera" en 2011): "le pusieron ese nombre haciendo el juego con el nombre del clásico de Arthur Miller y el nombre de mi padre".
A mayor abundamiento, en la publicidad de "Las brujas de Salim" se veía la ilustración de una voluptuosa chica apenas vestida con prendas que la hacían parecer una bruja montada en una escoba y volando en la noche. Se presentaba allí un elenco con números de variedad: Blanca Casanova hacía su "danza de los siete velos" y el dúo Montes y Bolena bailaba; aparecían también el fantasista musical Ricardo Arancibia, el cantante internacional Ferhan Albert, la danzarina italiana Marissa Zanier, el dúo de baile Luis Peredo y Jorge Otárola y el también bailarín Héctor Reyes, quien hacía una rutina propia de danza en "cámara lenta". El coreógrafo de los espectáculos era Virgilio Azahara y en el humor estaban los cómicos Rodolfo Martínez, Olguita Villanueva, Pepe Olivares y Kiko Valussi.
La buena racha del Humoresque continúa al llegar los calendarios que abren la década del sesenta, contando con artistas de primer nivel y de participación en otros espectáculos como el Picaresque y el Bim Bam Bum. Entre ellos estuvieron nombres que serán muy conocidos por todas las décadas que siguen: Daniel Vilches, Guilllermo Bruce, Mino Valdés, Lucho Barra, Canuto Valencia y Paty Cofré, esta última por entonces dejando su vida de corista y vedette para consagrarse como actriz cómica, aunque su apellido era presentado frecuentemente como Jofré por sugerencia de los productores. La descrita comunión con el tango, en tanto, marca un nuevo hito la compañía con el argentino Aníbal Appiolaza, recibiendo elogios de la revista "Ecran" en su edición de junio de 1961:
Un empresario chileno, que viajó a Buenos Aires para contratar a varias de las orquestas típicas que visitarán Chile, nos informó que todavía se hacen escuchar como en sus mejores momentos los grupos que encabezan viejos directores como Canaro, Fresedo, Pugliese, Donato, Roberto Rufino y otros. Y conjuntos nuevos, como el Quinteto Real y Los Desconocidos de Siempre, editan viejos temas de acuerdo a un concepto más moderno. Fue la orquesta típica de Aníbal Appiolaza la que inició la actual temporada del tango en Chile: se presentó en Radio Minería y en las revistas del Humoresque, en abril pasado, con ocho músicos y dos cantantes, Héctor de Luca y Carlos Vásquez. Entre las novedades, ofreció una versión para tango de las populares "Csárdás", de Monti, pero también restauró tangos de años pasados ("Remembranzas", entre otros).
Se lucieron también la Orquesta Típica de Rubén Ortega, el grupo Los Diamantes del Sol y Los Cuatro Provincianos. Incluso llegarían al Cousiño artistas del más alto escalafón en la escena tanguera argentina como Alfredo de Ángelis, Alberto Castillo y Miguel Caló con sus respectivas orquestas, salto que valió a la sala el apodo Municipal Chico. Algo más de esto se puede leer en un artículo de portal patrimonial Amo Santiago, titulado "El Teatro Humoresque: de vedettes, comediantes y orquestas" (viernes 30 de enero de 2015). Otros nombres internacionales destacados de aquellos años fueron el quinteto musical brasileño Los Tréboles, los ingleses King Kroft and his Karibs, el valsista peruano Roberto Tello, su compatriota comediante Chicho Gordillo, el argentino Fulvio Salamanca y el cantautor cubano Bienvenido Granda, en aquel entonces conocido por su tema "Señora" y apodado el Bigote que Canta por su vistoso mostacho.
Enero de 1960, año en que tomará la dirección de las revistas Rodolfo Martínez, había partido para la compañía con "Ley del escudo, ley del embudo", revista original de Osvaldo Rojas que marcó también el regreso del coreógrafo Alberto Siccardi al mismo equipo artístico. La recepción fue estupenda y participaron de la parrilla de números Los Tréboles, el dúo cómico Buono-Striano, la ya mencionada Blanquita Casanova y la sensacional vedette chilena Manon Duncan, muchas veces presentada como Dancan. "En esta revista debutaron además artistas nacionales como Ángela Martino, llamada el ángel que baila", Elsa Simons, llamada allí "la vedette de América", y Betty Bardot "presentando un delicado strip-tease", informaba por entonces el diario "Las Noticias de Última Hora".
Sólo unos meses después, en septiembre, el
distinguido director de orquesta argentino Lorenzo Barbero entregaba a Zacur y Rojas pistas grabadas en Buenos Aires con su música, al momento de dejar el teatro y comenzar una gira por Chile. En esos mismos días
se presentaba allí también el dúo cómico Los Caporales, en los preparativos de
las Fiestas Patrias. Eran momentos en los que el Humoresque buscaba mejorar sus
revistas aunque manteniendo la orientación tradicional del establecimiento, a
diferencia del Bim Bam Bum que pretendía el mismo objetivo pero probando con
cambios importantes en la orientación de los espectáculos, aunque esto no
impidió que en el Cousiño probaran también con novedosos artistas como la cantante
melódica javanesa Kovi Novi y otras apuestas exóticas.
Aquella era, además, la época en la que parte del modelo clásico de la diversión nocturna y bohemia en Chile comenzaba a sentir los cambios del mismo mercado recreativo, debiendo adaptarse a la fuerza para sintonizar con las tendencias. Situación con desafíos y oportunidades, por supuesto, pues a pesar de todo cuatro exitosas compañías de revistas se presentaban simultáneamente en Santiago para mediados de 1961: además del Humoresque estaban aún el Picaresque, el Bim Bam Bum y la compañía de don Carlos Cariola que se sumó por entonces en el Teatro SATCH de San Diego, mismo que hoy lleva su apellido.
Para fines de 1962, mientras el Humoresque ofrece las revistas "Picasso en Primavera" y "Ritmo en las cuevas", pasan por su cartelera artistas tales como la bailarina española Chuni, la "bomba rubia" Ruby Lopresti, la cantante Fernanda Valencia, el ballet gitano de Los Amaya, el dúo cómico y pantomímico Hermanos Ibáñez, la "dama del antifaz" Siria, el grupo Los Chavales, el dúo artístico Álvaro y Lola, la "gitana de fuego" Lilian Harold con el grupo The Gypsies, el chansonnier Tito Aliaga, el maestro fonomímico Tommy Davis, la bailarina japonesa Mitsuko y la estrella parisina Jury Day, entre otros. Una de las reinas nudistas del período es Jocelyn Daudet, quien aparecía posando coquetamente y mostrando casi todo su abundante busto en páginas de "Las Noticias de Última Hora" del 14 de noviembre de aquel año.
El ballet de la compañía estaba dirigido a la sazón por el coreógrafo uruguayo Oscar Fernández, y contaba ya con un elenco de 25 a 30 integrantes denominadas a veces como las Chicas Bombón. Entre las coristas, en tanto, estuvieron figuras después destacadas, como la morena Lilian Bell, quien con sólo 18 años había actuado también en el Bim Bam Bum y, al poco tiempo, fue presentada como vedette con número propio en la boîte Santiago de calle Bandera. La despampanante Ivette d'Arcy, en cambio, era presentada como "reina del strip-tease" y parece haber sido una de las más cautivadoras mujeres que pasaron por el Cousiño. La lista de chicas en aquellos roles se hace interminable revisando los avisos de prensa de entonces, en constante renovación además.
Importante fue también la intervención del ya mencionado Lucho Barra en aquellos años. Cómico proveniente del Bim Bam Bum, fue quien inyectó un nuevo aire y ánimo al Humoresque, junto con demostrarse bastante diestro en el negocio de las revistas. Introdujo al espectáculo originalidades tales como hacer participar al consueta o apuntador de los libretos, depositando su confianza en el coreógrafo Fernández y en nuevas presentaciones del dúo musical y cómico Los Caporales para el número independiente de cada función. Barra tenía como colaborador al gran humorista Guillermo Bruce, una leyenda de aquellos espectáculos con exitosa carrera televisiva posterior.
El Humoresque perpetuaría aquella fuerte carga cómica enfatizada en el espectáculo y representada desde el nombre mismo de sus revistas, como las ya revisadas. La seguidilla de obras con temporadas de pocas semanas cada una y a veces de sólo días garantizaba la concurrencia permanente del público, esperando conocer y disfrutar de las novedades. Nos encontramos así con títulos como "Yo tengo un pecado nuevecito", "Abril... las piernas mil", "En mi alcoba ha dormido un marciano", "Un 18 pa' caerse de la risa", "Un toque... y paso agosto", "Coléricos al abordaje", "Abracadabra... qué rica la cabra", "El desnudo del escudo", "No están todos los que son", "Pelotas a la vista", "Préstame tu marido", "La pulga delatora", "Bocazo 71", "Sodoma y... Chamorro", "Vita-minas para solteros", "Ahora agarramos vuelo", "Cuidado con las curvas", "Aquí nos tiramos al dulce", "Mijita, hagámoslo por el chico", etc.
Tras estar trabajando a diario en sus casas comerciales, además, el señor Zacur partía al Humoresque a hacerse presente desde la medianoche hasta las 3 de la mañana, una extenuante rutina pero que, según decía él entrevistado por "La Nación" del miércoles 29 de abril de 1964, lo ayudaba a aliviar las tensiones diurnas. En plenos tiempos de la moneda escudo protestaba sin embargo por el encarecimiento que los impuestos y el cambio monetario significaban para traer artistas extranjeros hasta sus espectáculos, especialmente las de números de strip-tease, además de los pasajes aéreos que siempre iban a cuenta del contratante.
"Ritmo en las cuevas", revista del Humoresque en diciembre de 1962, en avisto del diario "Las Noticias de Última Hora".
Lilian Bell, ex corista del Bim Bam Bum y del Humoresque, ascendida a vedette en la boîte Santiago con solo 18 años, en 1963. Imagen publicada en "La Nación" en noviembre de aquel año.
Octubre y noviembre de 1972, revista "¡Aquí nos tiramos al dulce!", en avisos publicados por el diario "La Tercera".
Dos revistas del Humoresque entre noviembre y diciembre de 1972, en publicidades del suplemento de espectáculos "Estreno" del diario "La Tercera". Nos parece que la muchacha desnuda en la imagen es una vedette y cantante nacional muy conocida a partir de finales de aquella década.
"La Camisa Milagrosa", revista que siguió a los hechos históricos de septiembre de 1973, en la compañía Humoresque. Aviso publicado en el diario "La Segunda".
El conocido humorista Eduardo Thompson en imágenes publicitarias de la compañía Humoresque del Teatro Cousiño, en 1973 y 1974.
Avisos de enero de 1974 para la revista "La chica del lunar", publicados en el suplemento "Estreno" del diario "Las Últimas Noticias". Eduardo Thompson y Pepe Tapia están entre los comediantes.
Marzo de 1974, con la revista "Sexacionalíssima" en aviso del diario "La Tercera". Entre otros artistas aparecen los comediantes Eduardo Thompson, Paty Cofré (Jofré), Mino Valdés y Jorge Cruz, el tanguista Carlos Vásquez, la vedette Bibi Ubilla y el ventrílocuo Wilde con su muñeco Paquito.

La bailarina nudista Gloria del Sol fue una de las últimas grandes revelaciones de los shows sensuales del Humoresque, en 1981. Imagen publicada en el suplemento "Estreno" del diario "La Tercera", en septiembre de aquel año.
El Teatro Cousiño de calle San Ignacio, en donde alojaron por tantos años las compañías de revistas Picaresque y después el Humoresque. Imagen publicada por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Sin embargo, la posterior actitud de Zacur al ir delegando todo en el teatro fue criticada en las páginas de espectáculos de la época, pues se juzgó que la calidad del espectáculo en el Humoresque había descendido notoriamente, a diferencia de otros teatros como el Regina y el Ópera que seguían cosechando buenas utilidades y opiniones. La verdad es que, desde inicios del año 1967, el dueño venía planeando darle un nuevo impulso al teatro e introducir novedades, pero parece que el resultado no fue el esperado. "Es una lástima que Salim Zacur, propietario de la marca y que siempre se esforzó por mantener una buena compañía, deje perderse una sala con tradición por la incapacidad de sus actuales concesionarios", reclamaba el mismo diario mencionado en su edición del lunes 8 de abril del año siguiente.
Con altibajos y todo, las féminas seguirían siendo parte de las principales atracciones en las revistas del Cousiño durante aquella década, tanto las formalmente artistas como las jóvenes nudistas. Las funciones tenían lugar a las 19:30 horas y a las 22:30 horas diariamente, presentándose en mayo de 1968 figuras como la morena bailarina afro Peggi Saigon, la bailarina internacional Zilda Tamar, la "reina del mambo" Angélica Garret, "el bombón rubio" Lucy Vera, la cantante de piezas peruanas Rossi Ríos, la showoman Jacquelin Pascal, la comediante Lucy Vera, su colega Amparito de Lupe-Zegarra y las sensuales stripers Rosita Montiel, Pamela Liz, Mayuli, Linda Yanny y Gaby Lyon. Entre los varones que suben a la tarima están el artista Hugo Zuloaga y el comediante Eugenio Novión, junto a Barra y Valencia.
La crisis social, política y económica en los días de la Unidad Popular fue un problema para todas la compañías de revistas bataclánicas vigentes a la sazón, pero el Humoresque logró sortear la adversidad. A pesar de todo, ofrecía dos funciones diarias las 20 y las 22:30 horas, siempre con atrevidos strip-tease como parte de los números puntas de lanza. Otros cambios importantes en la conducción y estructura de la empresa llevaron a que, hacia 1970, pasara también a ser llamada Compañía de Revistas Nuevo Humoresque, aunque manteniendo como base de operaciones el Teatro Cousiño.
Tras regresar a
actividades en septiembre de 1972 luego de una breve pausa, para el mes siguiente se ofrecía la revista
"¡Aquí nos tiramos dulces!" y en diciembre "Préstame tu mujer", con la
participación de Sandra Dusja, Amparito Bayer, Adolfo Gallardo (considerado el
primer chansonnier de Chile), Maritza Massú (otra de las nudistas
principales), Janet Jordan, Tania La Salvaje (con sus sexis bailes
exóticos) y Maribel d'Arc, todos ahora bajo la dirección de Novión. El año siguiente
comenzó con la nueva revista "¡Auxilio, mi vieja hace strip-tease!", con un
renovado elenco en donde encontramos al dúo de armónicas Stacatto, los
estilistas de baile folclórico argentino Elba y Palenque, la "reina de la noche"
Giovanka Grey, el cantante romántico Lucian del Río y el entonces joven
humorista chileno Edward Thompson, revelación del mismo año 1972 y quien después
usaría el nombre Eduardo Thompson, volviéndose gran figura de la televisión. Para junio del año que sigue está en su cartelera "El trasplante de corneta", presentándose también Humberto Lozán, el ex vocalista de la mítica Orquesta Huambaly.
La ruptura total del 11 de septiembre de 1973 sorprendió a Novión y a los demás miembros de la compañía preparando nuevas revistas como "La camisa milagrosa", escrita por el nombrado y estrenada de todos modos hacia fin de mes, aparentemente con buena recepción. Aún no lo parecía, pero los tiempos que se venían iban a ser especialmente duros para la actividad, debiendo continuar entre restricciones y toques de queda. Al contrario de lo que a veces se lee en reseñas sobre el Teatro Cousiño, sin embargo, el Humoresque no se acabó aquel año de 1973, aunque tampoco quedaría en el mejor pie para intentar sobrevivir demasiado tiempo más con el mismo rédito de antaño.
Para inicios de 1974 las estrellas
femeninas eran Bibi Ubilla, integrante del famoso clan de vedettes fundado hacía
ya 20 años, y las
infartantes Ana María Román y Angelina. En el humor y la actuación cómica
estaban Thompson, Navión, Lizete Lyon, Olga Villanueva y Pepe Tapia, este último
aún compartiendo por entonces su actividad en las compañías de revistas con la
de payaso de circo. Thompson y Tapia hacía en esos años una dupla de humor
llamada Los Mini Lolos, además, como parte del mismo espectáculo. Con todos ellos en la cartelera se estrenó la obra "La chica
del lunar", pero con sólo una función diaria a las 19:30
horas. Ya en marzo tocó ocasión a la nueva revista: "Sexsacionalíssima", ahora
con dos funciones a las 19 y 21 horas. A los nombrados se sumaron artistas
como el tanguista Carlos Vásquez, ahora como solista, el número cómico europeo The Streaking, el
humorista y cantante Jorge Cruz, la vedette Julie Montrey, el ventrílocuo argentino Wilde y
su muñeco Paquito, Paty Cofré, Mino Valdés, Lisette Lyon y Raúl Latorre.
Fernando Dupuy era el coreógrafo, Hugo Ramírez tenía la dirección musical y
Novión se mantenía en la dirección general. Para julio está anunciada la revista "Capíssima", prometiendo "El strip-tease más audaz y erótico del año".
Unos meses después, en octubre y estando de moda la proyección del filme "La naranja mecánica", se estrenó la revista "La naranja más cómica", otra vez cargada a la picardía y sensualidad. Sin duda, el Humoresque había recuperado gran parte del terreno que quizá había perdido en temporadas anteriores, pero sus proyecciones seguían siendo inciertas por las consabidas cuestiones ambientales. Los cómicos de los intermedios eran en esos momentos Valdés y Eduardo Aránguiz, el querido Chico Aránguiz, mismo quien integró con su esposa, Helvecia Viera, el dúo humorístico Los Morisquetos. Para el año 1975 estará también la deslumbrante chilena Nubia Dressman, quien debutó como vedette profesional precisamente en estos shows del Humoresque.
Los años que siguieron permitieron al Humoresque sobrevivir y seguir ofreciendo números de talla internacional, sin embargo, si bien los magros resultados de la traída de un prócer musical argentino como Armando Portier y su orquesta, demostraron en 1976 que las cosas estaban cambiando dramáticamente para el negocio. Mino Valdés observarían ese mismo año que los shows de este
espectáculo y del Picaresque habían decaído bastante con relación a épocas
anteriores, entrevistado por "La Tercera". Mejor resultado tuvieron después las presentaciones del cantante platense Argentino Ledesma, ya de los
últimos astros del tango que subieron al escenario del Humoresque. Ledesma era
conocido en casa: había tenido presentaciones anteriores en el mismo lugar desde
1960 cuanto menos.
Ahora, más maduro, incluso hacía algo que sorprendió al público en aquellos tiempos y motivó incluso alguna broma tonta desde los elementos menos iluminados del público: se alejaba del micrófono en
una parte de sus presentaciones y sin dejar de cantar, para demostrar a todos los
presentes que su melodiosa y perfecta voz no era una pista grabada, como parece
ser que se rumoreaba. En tanto, la propuesta
artística del Humoresque aún se fusionaba en el programa con los números más temerarios pero que no
llegaban a ser tan sexualizados ni desafiantes como en otras compañías de la
época, partiendo por el Picaresque, aunque dijimos ya que nunca le faltaron los desnudos
femeninos.
En "Los ojos de la memoria", Nano Acevedo dice que uno de los últimos adalides musicales que permanecieron relacionados con el Humoresque fue el director nacional Porfirio Diaz. Desde 1978 se hizo cargo de la compañía Julio Tapia, enfrentando uno de los peores momentos para el teatro y de quien decía la revista de espectáculos "Estreno" del diario "La Tercera" en enero de 1980: "Agregó que esta será la temporada que ganará plata después de haber mantenido el teatro durante dos años. Ojalá Dios le oiga".
Uno de los aciertos de Tapia fue incorporar por entonces al show a la jovial y risueña Gloria del Sol, quien había llegado sola a golpear las puertas del Cousiño hacia inicios de 1981, esperando ser contratada como corista. Ella pudo explotar allí sus 105 centímetros de busto ante el libidinoso público masculino, sin duda, pero también supo cultivarse como artista estudiando canto y expresión corporal. En septiembre de ese año la chiquilla comentaba sin sonrojos al mencionado suplemento de "La Tercera":
La primera vez que me quité el sostén no tuve miedo, ya que estoy totalmente consciente de mis atributos, y tomo este trabajo con la misma seriedad de cualquier otro. Pienso que quitarse el corpiño es lo mismo que quitarse un zapato.
No obstante todo el esfuerzo desplegado por la compañía para sostener el espectáculo del Cousiño, la caída de gran parte de la diversión nocturna fue inevitable cuando recibió su golpe de gracia con los efectos de la Recesión Mundial de la primera mitad de los años ochenta, alcanzando también al Humoresque. Hubo intentos por reflotarlo en la misma década, según recuerda Eduardo Labarca en "El turco Abdala y otras historias" de 1987, en donde dice que "cada vez que un nuevo empresario que se aventuraba a reabrirlo publicaba avisos en la prensa para invitar a señoritas de buena presencia, con o sin conocimientos de baile".
Desde la partida definitiva de la compañía en aquellos años ochenta, el Teatro Cousiño ha funcionado como cine, salón de baile y eventos, sede vecinal y hasta alojó a una iglesia evangélica desde inicios de los noventa cuanto menos, algo que sucedió con varios otros teatros, como es sabido. Tras la muerte del señor Zacur su hija Miriam había heredado la sala en 1994, pero resultaba difícil mantenerla ya sin el Humoresque o algo parecido presente. Después de pasar cinco o seis años prácticamente abandonado, el edificio fue refaccionado y restaurado poco después del Bicentenario Nacional, funcionando desde entonces como sala para eventos y teatro escolar, entre otros servicios.
Con aquellas inocencias y declarado Monumento Histórico Nacional en 2009, el teatro dio por superado aquel pasado al servicio del humor, el espectáculo artístico y el erotismo escénico. Atracciones olvidadas de cuando era el castillo de la Compañía de Revistas Frívolas y Picarescas Humoresque. ♣
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