Aviso de la boîte Domus en el periódico "Las Noticias de Última Hora", durante el invierno de 1972.
Alguna vez propiedad del influyente hombre de negocios y directivo del Frente de la Propiedad Privada, don Jorge Cristi, quien era también dueño del restaurante La Gallina de Monjitas con Plaza de Armas, la boîte Domus fue uno de los buenos centros de atracción de los tiempos tardíos en la capital, hacia el final de la edad de oro de la bohemia chilena. Su apogeo estuvo especialmente en los sesenta y ochenta, cosa curiosa considerando que representaba un modelo de recreación y una ubicación geográfica que comenzaban ya a decaer en el interés general del público a la sazón, cuando las boîtes quedaban atrás ante la aparición de las modernas discotheques.
Nacida en la segunda mitad de los años cuarenta y propietada en sus inicios por don Ignacio Matiedich, Domus llegó para ocupar un espacio en el edificio de Bandera con Agustinas enfrente de la sede del Banco Anglo Sudamericano que, por entonces, había pasado a ser el Banco O'Higgins, en donde está ahora una casa de las tiendas París. El local de la boîte, en la dirección precisa de Bandera 208 (216, antes de ser corrida) y con subterráneo, se encontraba entre el elegante pórtico de bronce de acceso al edificio y el que sería después, en su vecindad por el costado derecho, el bar-restaurante Ciro's, famoso aún en el número 220 de la misma calle por sus colas de mono a la venta todo el año: era, de hecho, su competencia desde la década de los sesenta. Domus, sin embargo, tenía un concepto definitivamente más nocturno en su propuesta, a pesar de que abría sus puertas temprano para tratarse de un negocio con tal giro, ya que ofrecía también servicios de salón de té y restaurante diurno.
Domus se instaló en un sector donde había estado hasta hacía pocos años el bar-restaurante Montserrat, mismo que contaba con otro local en Agustinas 1111-1115. Con su nombre escrito en caracteres de evocación arábiga en el frente del negocio, uno de sus primeros grandes eventos sociales cubiertos por la prensa tuvo lugar en marzo de 1949, cuando se realizó allí una celebración de los amigos de Américo Troncoso Delgadeau y María Magdalena Alister con motivo de su reciente matrimonio. Importantes figuras de la juventud más aristocrática de Santiago estuvieron presentes durante el coctail con homenaje para la feliz pareja.
En términos generales, sin embargo, más que un restaurante o local de eventos se trataba esencialmente de un sitio íntimo o de "previas" para encuentros románticos que, imitando la misma estética que ya se había visto en otros locales santiaguinos como la Posada del Corregidor de calle Esmeralda, mantenía su salón interior y espacios para compartir casi sin luz, reducida sólo al mesón y los baños, razón por la que se presentaba también como "La boîte oscurita". Los visitantes debían ser conducidos por mozos o anfitriones que se valían de pequeñas linternas, por lo mismo. Fue, de hecho, la principal de las boîtes que empleaban el sistema de "oscurecimiento romántico", incluso de sus carteles exteriores a pesar de los neones en la fachada.
La deliberada oscuridad del Domus puso su jefatura en enfrentamiento con los encargados con los fiscalizadores en julio de 1951, pues una ordenanza municipal del alcalde Germán Domínguez había comenzado a exigir más luz a establecimientos nocturnos como boîtes y cabarets. Sólo un recurso legal salvó a Domus de ser forzada a cerrar en aquella ocasión, pues el decreto de castigo llegó a ser cursado por el edil. La Posada del Corregidor también se vio en problemas por la misma exigencia cuyo origen era, más que por razones de seguridad, la de combatir la "inmoralidad ambiental" que propiciaba la oscuridad o semioscuridad en tales locales, de acuerdo a la excusa dada por los regidores Wenceslao Morales y Rafael Señoret, grandes defensores de la medida, en entrevista a "La Nación" del sábado 14 de julio de ese año.
La cruzada municipal contra la boîte y su propuesta de nictofilia fue juzgada por la prensa y la opinión pública como una exageración, algo que era muy esperable. "Pretender que vamos a educar a los habitantes y visitantes de Santiago obligando a la Posada del Corregidor, al Domus o al Jai Alai a poner más ampolletas en sus salones es conceder a la electricidad un valor pedagógico que hasta hora no habían encontrado los educadores", escribió para la página editorial del mismo medio Juan Cruz, ese mismo mes.
Antes de la Domus: bar restaurante Montserrat, en aviso navideño de 1942 en el diario "La Nación".
Fachada de la boite Domus en julio de 1951, diario "La Nación", cuando estaba enfrentada con las disposiciones municipales que le exigían más iluminación.
Avisos publicitarios de la Domus en "Las Noticias de Última Hora", entre mayo y agosto de 1968.
En los hechos, aquella oscuridad casi absoluta de Domus facilitaba la complicidad entre las parejas que concurrían o se armaban entre las mesas y la pista de baile, pues tampoco faltaban las "chiquillas" que iban a ofrecer su compañía al son de la música y la verdadera camanchaca formada por humos de cigarrillos en tal encierro. Sin embargo, muchos nocherniegos creían por entonces que todo aquel aspecto cavernoso y lucífugo se debía principalmente a una estrategia del dueño o de la administración para ahorrar energía eléctrica y abaratar así los costos del establecimiento que, hasta donde se sabe, llegó a generar bastantes utilidades.
Uno de sus primeros traspiés sucede a inicios de octubre de 1956, sin embargo, cuando fue robada desde su caja de fondos la suma de un millón de pesos. El audaz ladrón había entrado fingiendo ser cliente y se había escondido en una bodega hasta que el establecimiento cerró en horas de la madrugada. A continuación, salió para cometer el delito cortando unos cuantos candados en la cortina metálica que protegía a la caja y tomando la recaudación de varios días.
Más tarde, puede confirmarse que la publicidad del establecimiento mostraba varios eslóganes sabrosos disponibles para la tentación del público, pero destacaba su tradicional presentación como "La boîte diferente". Entre otros enganches, formulaba las siguientes invitaciones en 1968: "Baile y pololée feliz en Domus", "¡Digan lo que digan los demás!, solamente Domus" o "Fume, tome y baile apretadito en Domus". Hacia la misma época, dejaba algo escrito el aventurero Tito Mundt en su "Guía humorística de Santiago", también comparando la oscuridad del local con la que había en la Posada del Corregidor y mostrando burlonamente dos viñetas pintadas de negro con un achurado oscuro como supuestas ilustraciones retratando a ambos locales.
La llegada de la crisis social y política en los tiempos de la Unidad Popular fue algo adverso para la prosperidad comercial de la boîte, más aún considerando que Cristi, ya habiendo tomado el negocio, ocupaba también cargos importantes en la Asociación de Dueños de Fuentes de Soda y la Confederación de Detallistas, gremios que no eran particularmente proclives ni leales al oficialismo. A pesar de todo, seguían apareciendo sus avisos incluso en periódicos de izquierda como "Las Noticias de Última Hora", en los que se presentaba también como "la boîte feliz" en 1972, sugiriendo que el interesado "Venga solo si prefiere".
Aunque por entonces Domus insistía en que el suyo era "un grato ambiente", es probable que las condiciones del medio comercial en Santiago hayan hecho decaer un poco su semblante y hasta la calidad real de su público. Esto, porque lo más granado de la clientela nocturna ya estaba emigrando en masa hacia las ofertas ubicadas al oriente de Santiago. A pesar de todo, la casa oscura logró sortear las adversidades derivadas de las restricciones en los años setenta y los efectos de la Recesión Mundial de 1982-1983, potenciando rasgos más acordes a las discotheques en su necesidad de adaptación al mercado. De hecho, en esa misma época la guía turística "South America on twenty-five dollars a day: 1983-84" de Arnold Greenberg, señalaba que su salón solía quedar atestado de gente durante los fines de semana.
Cuando Domus cerró sus puertas, ya puesta en otras manos propietarias, era una de las últimas boîtes que seguían activas en Santiago. En nuestro tiempo, la dirección de Bandera 208 pasó a ser ocupada por una sucursal de la cooperativa de ahorro y crédito Coopeuch. Actualmente, es una sucursal de la cadena de comida rápida y pizzerías Papa Johns. El Ciro's, en tanto, continúa reinando en aquella cuadra de calle Bandera desde los mismos tiempos del desaparecido Domus, exactamente al lado de la que fue su sombría guarida. ♣
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