♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣

LA PASTELERÍA, SALÓN DE TÉ Y CAFÉ ZANGRANDE

Aviso de la pastelería Zangrande en "El Diario Ilustrado", enero de 1935.

Dijimos en el artículo anterior que el zócalo en la esquina perfilada desde 1925 por el edificio Díaz de Ahumada, en la punta formada por Moneda y Nueva York, fue ocupado por un elegante café y salón de té llamado La Primavera, haciendo en la misma década por sus comidas lácteas y sofisticación. Posteriormente, a este mismo espacio en la dirección de Moneda 1000-1020 llegó a establecerse un nuevo sitio de encuentro social capitalino tipo café y pastelería: el Zangrande, salón a veces recordado erróneamente como Sangrande.

Aunque con algunas pequeñas inexactitudes, recuerda algo al respecto Oreste Plath en "El Santiago que se fue", definiendo allí al Zangrande como un lugar de ambiente grato en donde se servían "helados en fuentes que eran de asombro". Como sucedía con muchos otros establecimientos del centro santiaguino en aquel entonces y especialmente en ese barrio de La Bolsa de Comercio y el Club de la Unión, debió tratarse de una atracción con algo de elegancia y refinamiento, tal como sería su distinguido público.

El café con restaurante fue llamado así por el apellido de quien era la estrella de sus dulces productos: el maestro veneciano Ricardo Zangrande Talanier. Este pastelero había estado, por tres años, al servicio del rey Federico Augusto de Sajonia, y luego más de cuatro años en la Pastelería Imperial de Berlín, con experiencia también en Suiza. Ya instalado en Chile a partir de 1922, destacaría en los célebres negocios del señor Ramis Clar que incluían La Isleña y el Negro Bueno de la Alameda de las Delicias y el Olympia de calle Huérfanos. El pastelero decidiría ir independizándose, entonces, llegando a crear con Gaetano Volpato y Francisco Pellero la sociedad Zangrande y Cía. Ltda., en 1933.

Fue con las riendas en otra sociedad llamada Carniglia y Cía. Ltda, sin embargo, tendrá ocasión y lugar la aventura del café al que presta su apellido Zangrande. El salón había comenzando a cobrar importancia en la prensa y la vida social durante la segunda mitad del año 1934, si nos fiamos por las menciones que se hacen de él en la prensa. Los panes de Pascua que vendería el negocio desde su primera Navidad fueron otro acierto notable: podían ser de presentación simple o bien "adornado", figurando entre los cotizados premios que ofrecía en sus concursos de fin de año la Radio del Pacífico.

En aquellos primeros años, además, el Zangrande se publicitaba como un "resonante éxito" de la oferta santiaguina. En ciertos periódicos de 1935 como "La Nación" o "El Diario Ilustrado" lo podemos encontrar entre los avisos y jactándose de su arribo allí en pleno centro: "La capital no contaba con una buena pastelería", asegura, hasta que apareció ofreciendo sus tortas, pasteles, bombones y confites a su leal clientela... Algo bastante relativo, considerando que la competencia entre negocios de este rubro era muy fuerte en el mercado santiaguino. El café y confitería se caracterizaba por su garbo y refinamiento interior, mientras que afuera lucía ventanales con toldos por las calles de ambos lados del edificio, en aquel entonces transitadas por automóviles incluyendo las que ahora son estrictamente peatonales. Su logotipo era sencillo y poco ostentoso, sin embargo, con el nombre del establecimiento trazado en una caligrafía simulando una manuscrita, de líneas duras y posiblemente influidas por lo que quedaba de vigencia al movimiento art decó.

Durante la hora del té tocaba en la sala el grupo musical Quinteto, a veces llamado también Quinteto Central. Este conjunto, activo desde 1932 a 1938, llegó a tener fama por la calidad y lo virtuoso de sus jóvenes integrantes: Ángel Cerutti Gardeazábal en violoncello, el violista y trompetista Ernesto Lederman, Hugo Nutini en el contrabajo, Víctor Tevah Tellias en el violín y el violista húngaro Zoltan Fisher, quien fue también maestro de Lederman. Plath no menciona a Fisher, sin embargo, pero sí a un pianista Meneses como parte del grupo. El repertorio de los doctos músicos y concertistas incluía valses, operetas y canciones en ritmo y volumen apropiados como para permitir a los presentes poder conversar con tranquilidad. El mismo Quinteto hizo presentaciones para la mencionada Radio del Pacífico, además.

Detalle de una conocida fotografía histórica del archivo de Chilectra de los años veinte, con el cartel de La Primavera colgando sobre calle Nueva York, en el mismo salón donde llegaría a instalarse el Zangrande durante la década siguiente.

Avisos del Zangrande en el diario "La Nación", diciembre de 1936. En sus ventas del mes destacaba el pan de Pascua.

Publicidad para el Zangrande en la guía turística "Chilean who's who", de 1937.

Fuente de soda El Tirol de Ahumada con Nueva York, a principios de los años noventa. Atrás a la derecha se ven las vidrieras en los vanos del salón en donde estuvo La Primavera y, más tarde, el salón de té Zangrande.

Vista actual del Edificio Díaz, con el zócalo que perteneció en el pasado a La Primavera y luego al Zangrande, hoy ocupado por una sucursal del Banco Estado.

Los rápidos números azules habían llenado de buenas expectativas a los propietarios y sus socios, consolidando el apellido Zangrande en el comercio recreativo de la ciudad.  Proyectándose ahora en el crecimiento de los negocios, entonces, fue instalada en el verano de 1937 la Terraza Zangrande en la azotea del Teatro Diana de Cartagena, balneario que por entonces conservaba mucho aún de su espíritu aristocrático y de la bohemia señorial del pasado. La inauguración se hizo el sábado 16 de enero con baile, orquesta de jazz e iluminación a giorno, llevando hasta allá al personal más calificado con el que Zangrande trabajaba en Santiago.

Junto con el llamado Palacio del Abuelito de la Alameda, además, desde sus inicios el salón fue escenario de fiestas infantiles de disfraces organizadas en el marco de las actividades para niños en las Fiestas de la Primavera, conducidas por la propia reina del certamen en cada ocasión entre octubre y noviembre, cuando eran desplegados los festejos universitarios. Hubo otros encuentros allí también a propósito de las mismas celebraciones y de homenajes institucionales, además, pudiendo identificarse, por ejemplo, una once ofrecida a fines de diciembre de 1938 por un curso de Liceo Balmaceda a su rector, el señor Víctor Figueroa. También se pueden hallar agendadas reuniones de alumnas del Colegio Argentino, en el mismo sitio y período.

Sin embargo, tras la aparente bonanza del negocio persistía la inestabilidad del ambiente para ciertos centros sociales que se aferraron al modelo más clásico y elegante de la diversión. La duración del café con pastelería fue corta, entonces, tal vez porque la recuperación del comercio después de la Gran Depresión no resultó tan rápida como muchos hubiesen deseado. Hacia fines de 1939 aparece consumada la quiebra la sociedad de Zangrande, además, con bienes rematados por la sindicatura de quiebras, particularmente un horno eléctrico puesto a subasta por el martillero de la firma Rivas y Eyzaguirre. Irónicamente, la misma empresa del señor Zangrande había aparecido menos de un año antes donando una pingüe cantidad de dinero para los damnificados del terremoto de Chillán, además de figurar como activista y promotor de la unificación del gremio pastelero.

Dice Plath que, después de la época del Zangrande, llegó a establecerse en el mismo local el salón de té La Primavera, al que ya nos referimos en la entrada anterior de este sitio y al inicio de esta. Creemos con buenas pruebas que esto se trata de un error, ya que todo señala a La Primavera como un negocio anterior y no estamos al tanto de que ambos establecimientos alcanzaran a convivir algún tiempo siquiera en el zócalo del edificio Díaz. También parece claro que el siguiente ocupante del salón no fue otro café o restaurante.

Confirmamos en la documentación de la época y la prensa que, apenas había dejado el Zangrande aquel espacio de Moneda con Nueva York en 1938, llegó a instalarse a toda prisa allí una nueva oficina comercial de la Compañía de Teléfonos de Chile, permaneciendo varios años allí. Actualmente, este mismo espacio es la sucursal Ahumada del Banco Estado, ampliado y remodelado por la empresa estatal en 1966. ♣

Comentarios

♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣