Detalle de una conocida fotografía histórica del archivo de Chilectra, con el cartel de la Casa de Leche La Primavera colgando sobre calle Nueva York.
El edificio Díaz, conocido ostentosamente también como el Palacio Díaz en su tiempo, es uno de los representantes de la primera generación de "rascacielos" en Santiago. Fue levantado en 1925 en la esquina de Moneda con Ahumada dando forma a la punta de diagonal con la calle Nueva York. Obra trazada en una planta con forma de triángulo dentro de lo que habían sido antes los antiguos terrenos de las monjas agustinas, el edificio fue encargado a los arquitectos Fernando Valdivieso y Fernando de la Cruz, mientras que la ingeniería y construcción quedó a cargo de la casa Franke, Julian & Cía.
A poco de haber comenzado el llamado para arriendo de los locales comerciales en su zócalo, llegó hasta el sector principal del mismo en el amplio espacio Moneda 1000-1020, un establecimiento con características de bar lácteo, heladería, restaurante, salón de té y almacén en donde la leche y sus derivados eran los protagonistas. Llamado La Primavera e inaugurado en 1926 por don Guillermo Azócar, más que un restaurante era una especie de cruzada social: se definía en la publicidad y en su propio cartel luminoso al exterior como una Casa de Leche, dirigida principalmente a los interesados en una alimentación sana y, por supuesto, también a los niños. Así describía el propio establecimiento su oferta de almuerzos lácteos en la publicidad, antes de cumplir su primer año abierto:
Combinaciones de leche, crema, mantequilla y quesos con cereales, pastas de harina, legumbres, verduras, aves, mariscos, jamón, huevos y frutas.
Son almuerzos para los hombres de trabajo y la gente culta.
Con el menor volumen desarrolla el mayor número de calorías.
Contienen proteína, carbohidratos, sales minerales, grasas y vitaminas en una proporción científica.
Hasta la fecha, 90 por cierto de los concurrentes son extranjeros.
Se ofrecía cada platillo del menú con una estimación de la cantidad de calorías que aportaba al organismo, además: porridge con leche o con crema, pollo o jamón con crema en tostadas, betarraga con mantequilla, zanahorias con crema o mantequilla, budín de fideos con queso, jamón con huevos, garbanzos con crema o mantequilla, papas con crema, lentejas con crema y queso, arvejas con crema, callampas con crema en tostadas y huevos fritos en mantequilla. Vinieron después los más conservadores caldillos de congrio, pejerreyes fritos, riñones al vino blanco y filetes con bruselitas. Entre los postres estaban las frutas con crema (frutillas, duraznos, manzanas o plátanos), el budín de tapioca con crema y los waffles (panqueques) con miel de palma. Había, además, una especialidad llamada ave cebada: pollo macerado en leche y sometido a un tratamiento especial durante 18 días, luego asado con crema y mantequilla. "Una vez que usted coma ave en esta forma, no podrá comer la corriente", prometía.
La casa culinaria había sido abierta con el descrito concepto y cocina pero además con una política más bien contraria al alcohol. En general, toda aquella apuesta era algo que muchos consideraron riesgoso y hasta auguraron un fracaso inminente. Sin embargo, la calidad de sus cartas y productos elaborados con la leche pasteurizada, además de la simpatía que despertaba el negocio con su buena atención, lo convirtieron en un rápido éxito. La gerencia se jactaba también de contar con los más modernos procedimientos y artefactos para la manipulación de sus alimentos, ofreciendo su leche embotellada con entregas a domicilio por sólo un peso el litro.
Haciendo una velada promoción del lugar, el diario "La Nación" del sábado 8 de enero de 1927 decía con elogios para el mismo negocio:
Sin duda alguna, uno de los mayores adelantos con que cuenta la ciudad de Santiago es el establecimiento de la Casa de Leche "La Primavera" que, aparte de contar con un elegante salón que es hoy por hoy el punto de reunión de nuestro mundo social, es el único recinto de la capital que cuenta con los preparados que, siendo agradables al paladar, son toda una garantía para la salud.
El "ice cream", que es el artículo de más consumo en las grandes capitales de América y Europa, contiene sustancia alimenticio que sin aumentar la línea -que tanto cuida nuestro mundo femenino- fortifica el organismo. Toda clase de helados puede encontrarse ahí, preparados en una forma distinta de la conocida hasta la fecha y, por cierto, que el público ha correspondido a este esfuerzo acudiendo a diario, en número crecido, a este simpático punto de reunión a todas horas del día.
Desaparecido edificio de la Casa Hombo en los años veinte, en la esquina adyacente a la del Edificio Díaz, en donde ahora está la pantalla gigante de Ahumada. Se ve el cartel colgante de la Casa de Leche La Primavera, por la calle Nueva York.
Detalle de otra imagen de Chilectra de la conjunción de calle Nueva York con Ahumada en 1927, en donde se distingue el cartel luminoso de La Primavera y uno de los accesos a su salón.
Ventas de manjar blanco anunciadas en el diario "La Nación" durante el mes de junio de 1927.
Anuncio del restaurante Luncheonette del 9 de abril de 1927, dando aviso de su alianza con la Casa de Leche La Primavera, ofreciendo al público desde ahora sus productos.
Curiosamente, prevalecía en aquel discurso de La Primavera un enfoque con tintes políticos, acordes también al sentido higienista de la salud y del progreso social. De este modo, por esos mismos meses hacia los últimos del gobierno de Emiliano Figueroa y cuando el Duce ya hacía noticia desde Italia con la puesta en marcha de sus reformas corporativistas, nos encontramos con la sorpresa de que la casa lechera proclamaba en su publicidad que "Mussolini sólo bebe leche y su gobierno es justo", acompañando el eslogan con la siguiente afirmación:
Todo ha cambiado en este país. En tiempos en que reinaba la mentira política, en las manifestaciones se bebía alcohol, y ahora se beberá Leche "La Primavera". El alcohol engendra la mentira y el engaño y la leche los sentimientos nobles y generosos; de ahí que no nos extrañaría que el actual Gobierno, que es de depuración, adoptara como bebida oficial la Leche "La Primavera".
A esas alturas, el local se había hecho pequeño para la cantidad de público que llegaba a diario, obligando a ampliar el salón entre marzo y abril del mismo año, mejorando así la disponibilidad de espacios y decorando artísticamente el lugar. Los subterráneos, en tanto, permanecieron para las oficinas del establecimiento. También se logró incorporar al círculo de alimentación sana de la Casa de Leche otro local ubicado en Estado 247: el Luncheonette, elegante establecimiento que fue reclutado en la señalada campaña higienista y comenzó así a trabajar y vender productos lácteos de La Primavera, desde el 9 de abril de aquel año.
Para el domingo 29 de mayo siguiente se organizó una gran fiesta de beneficencia en La Primavera para recaudar fondos destinados a las obras sociales de la Diócesis de Chillán. Este evento fue organizado por un grupo de generosas y devotas señoras de Santiago y contó con la generosidad del señor Azócar prestando gratuitamente su cómodo local. En la ocasión se sirvió allí chocolate a la vienesa, hubo orquesta, aperitivo y servicio de té.
A todo esto, una Sociedad Anónima Casa de la Leche La Primavera se constituiría formalmente en ese mismo período de meses, con un capital de seis millones de pesos y con el objetivo de adquirir la totalidad del negocio de marras, más el Criadero Holstein Friesian La Primavera, sus fundos y criaderos de ganado Holstein Friesian de la Chacra Valparaíso, que, a la sazón, era propiedad de la misma Casa de Leche. Las acciones se vendían en el propio local de Ahumada con Moneda. Para el mes de agosto, además, esta misma administración anunciaba la apertura de una sección especial para preparación y venta de postres y comidas concebidos en la indicada política de la Casa de Leche, con cursos impartidos en el lugar por una profesora del rubro.
La leche usada en el establecimiento, en tanto, se embotellaba en el mismo Fundo La Primavera, ubicado a la altura del kilómetro 13 del camino Santa Rosa en La Cisterna, Santiago. Cuando pasó a manos de la Sociedad Anónima esto se mantuvo, aunque se proyectó un nuevo centro de pasteurización en el centro de la ciudad, con capacidad para 30 mil litros que serían comprados también a otros productores de Santiago. Ya tratada, se vendía suelta en cerca de 30 "puestos higiénicos" del comercio, obteniendo diez centavos por litro según declaraba la sociedad respectiva. Esta buscó abrir también una fábrica de helados con capacidad para mil litros.
En otro aspecto, el ambiente de sofisticación se procuraba dentro del local en todos sus detalles: los momentos del té en el salón eran a las 17 horas, siguiendo la tradición británica del five o'clock tea que parece estar relacionada también con la once criolla. Junto a la hora de almuerzo, aquel era el momento en que se congregaba en el establecimiento lo más granado y distinguido de la sociedad santiaguina, gente atenta a aquellos productos lácteos tan característicos del salón. El servicio dispensado era elegante y de exquisita delicadeza, entonces, mientras amenizaba el ambiente una orquesta con su música en vivo. Los aperitivos fueron inaugurados en la misma hora del té en la tarde del sábado 4 de junio de 1927, con la presencia de la Orquesta New York compuesto de cinco profesores.
Reinauguración de la Casa de Leche La Primavera con sus servicios nocturnos, en anuncio de prensa de junio de 1927.
Fuente de soda El Tirol de Ahumada con Nueva York, a principios de los años noventa. Atrás a la derecha se ven las vidrieras en los vanos del salón donde estuvo la Casa de Leche La Primavera y, más tarde, el salón de té Zangrande.
Vista actual del Edificio Díaz, con el zócalo que perteneció en el pasado a La Primavera y luego al Zangrande, hoy ocupado por una sucursal del Banco Estado.
A La Primavera se la divisa también en un conocido par de imágenes históricas pertenecientes al archivo fotográfico de la compañía Chilectra, fechadas a inicios de ese mismo año de 1927: una diurna y otra nocturna, en donde destaca dentro del encuadre la Casa Hombo que existía en la punta del desaparecido edificio vecino, aquel que estaba en donde se instaló después la fuente de soda El Tirol, sitio en el que ahora se ve una sede del Banco Falabella y la pantalla gigante de Ahumada en sus altos. Demás está decir que aquellas vidrieras del edificio Díaz por el lado de Nueva York están muy transformadas y remodeladas, ya sin las características tolderas que había antes allí, cuando todas estas calles tenían tránsito vehicular.
La vieja publicidad nos confirma también que La Primavera fue un lugar de venta de manjar blanco, producto de vieja presencia en Chile y al que promovía en esos años veinte como un "gran alimento de invierno para los niños". Además de la leche pura embotellada y el dulce majar, los productos a la venta allí continuaron incluyendo en su amplia gama yogurt del Cáucaso, quesillos, helados, crema de leche, candeal, leche con frutilla, ponche de leche, dulces chilenos, etc.
Aunque ubica al negocio en un período que parece cronológicamente equivocado, dice Oreste Plath en "El Santiago que se fue" que La Primavera fue conocida también por sus ventas de hot-dogs tipo completos. De ser correcto este dato, significa entonces que su filosofía de alimentación saludable habría tenido también algunas flexibilidades o libertades. Sabemos al respecto que, el algún momento, había disponibles allí "cocktails en todas sus variedades", vainas en leche y crema, sándwiches calientes, de ave o jamón con queso o crema, quesillos asados, café y chocolate a la vienesa. La necesidad de adaptarse al público pudo ir abriéndolo a ofertas de alimentación más tradicional y popular, deducimos.
El sábado 10 de septiembre de 1927 el local fue reinaugurado manteniendo sus almuerzos lácteos y onces, pero extendiendo su funcionamiento diario ahora con un servicio de comidas en lo que se llamó la "temporada nocturna", por lo que ingresó directamente al catálogo de ofertas bohemias de su tiempo. Permanecería abierto, desde ese momento, hasta horas de la madrugada y con conjunto musical conformado por los diestros músicos de la Orquesta de Negros Cubanos, quienes habían llegado recientemente al país ofreciendo sus alegres ritmos tropicales.
Empero, a pesar del éxito inicial y de aquel festivo nuevo semblante, parece que las decisiones de la sociedad propietaria no resultaron del todo felices o fructíferas. El Fundo La Primavera aparecerá vendido por hectáreas hacia octubre de 1928 y, el 1 de diciembre, la sociedad vendió también la Casa de Leche La Primavera, Comenzó a ofrecer su leche embotellada desde entonces en la dirección de Alameda de las Delicias 2099, pues ya no tenía más bodegas ni sucursales en la ciudad.
Los nuevos propietarios del establecimiento continuaron trabajándolo por un tiempo más como restaurante y con el nombre original, presentando a su público ese mismo mes unos menús bastante más corrientes comparados con los anteriores, con entradas, sopas y pescados más postre, té o café manteniendo el precio de seis pesos. Los platillos disponibles podían incluir alcachofas a la vinagreta, cazuela de vacuno, consomé de ave, porridge con leche, congrio frito con corazones de lechugas, arrollado de malaya con puré, costilla de cerdo asada con puntas de espárragos, etc.
La renuncia a los principios de la alimentación láctea coincide con el final de la actividad en la ex Casa de Leche. Terminado ya su blanco dominio de la céntrica esquina santiaguina de Ahumada, ese mismo espacio comercial sería después de otro establecimiento culinario que, si bien fue de duración corta en los años treinta, en cerca de un lustro dejó buenos recuerdos para la historia de la ciudad: el salón de té y pastelería Zangrande. ♣
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