Aviso de "El Mercurio" del 3 de diciembre de 1908, publicitando al salón de té.
Muy dirigido a la alta sociedad en su presentación comercial y publicitaria, el distinguido y elegante lugar se situaba en un barrio que estuvo ligado en el pasado a la actividad bursátil, a los teatros y a la presencia de compañías de seguros. Se encontraba, además, en el zócalo y los bajos del edificio del Gran Hotel, por lo que mucha de la clientela de estos establecimientos debió corresponder tanto a público de las obras teatrales y los cinematógrafos cercanos como a los pasajeros del servicio hotelero allí existente.
El salón de té no debió ser la excepción, entonces: quizá ambos, salón y público, se necesitaron mutuamente para mantener activo el recurso de la imagen de la buena cotización aristocrática y señorial. En los mismos avisos, además, especialmente los publicados cerca de las fiestas navideñas del mencionado año, efectivamente parecen estar haciendo ostentación de su clientela (real o imaginaria) confirmada en el tipo de eventos de buen pelo que también ofrece: "Matrimonios, Tertulias, Bailes, Banquetes, Kermesses".
Vista de las fachadas neoclásicas de calle Huérfanos, hacia 1920.
El ex salón de té cuando ya era ocupado por la firma Scriven Hnos., en la "Enciclopedia Comercial" de la Cámara de Comercio Británica y Latinoamericana, 1922.
La calle Huérfanos de entonces era muy distinta a las que vemos en imágenes posteriores, por supuesto. Las casas son bellas, de aspecto clásico y victoriano, como la que tenía el mismo Gran Hotel y la primera versión de la Galería Alessandri allí existente. Ostentan grandes accesos, cornisas, fachadas decoradas y dos o tres pisos. Varios otros cafés, salones de onces y confiterías posteriores que se recuerdan de Santiago Centro estuvieron allí, como el Goyescas, el Santos, el Paula o el Olimpia, por lo que el de nuestro interés está también entre los pioneros. El esplendor de Huérfanos sería unos años después con el llamado barrio del Broadway Santiaguino, que tenía su epicentro de clubes, boîtes, teatros y salas recreativas en el cruce con calle Estado.
Después del Centenario Nacional, sin embargo, parece que el Salón de Té Huérfanos comienza a decaer junto con la misma época a cuyo estilo y estética respondía. Los bajos del Gran Hotel comenzaron a ser ocupados, de esta manera, por otras firmas que nada tenían que ver con el rubro Para 1917, entonces, la misma dirección del 1160 pertenece ya a la agencia de corredores de la bolsa J. Alberto Sánchez y Cía., y después a la casa comercial Scriven Hnos. Chile Ltd., la que conservó la elegancia de aquellos salones. Ya avanzando los años veinte llega allí la firma Buchanan, Jones y Cía., dedicada al negocio de los seguros y agentes generales de la empresa Sol de Chile en el mismo rubro, además de haber tenido antes sus oficinas justo enfrente en Huérfanos 1155.
La cafetería, pastelería y salón de té había quedado perdida en el camino, en consecuencia, pero a inicios de los treinta volvió la diversión al mismo espacio de Huérfanos 1160 con el bar y restaurante Real, trayendo nuevos bríos a la cuadra. A pesar de esto, el envejecimiento de los edificios y el golpe de terremotos como el de 1931 habían obligado a ir demoliendo aquellas reliquias del viejo barrio. En este tramo, el edificio hotelero sería reemplazado a principios de la década siguiente por el actual, con su primer piso funcionando como la actual Galería Alessandri y asiéndose de la misma numeración señalada. ♣
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