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COPUCHITA DE "15 MIL DIBUJOS" Y OTROS CÓNDORES QUE ANTICIPARON A CONDORITO

Imagen de Copuchita publicada en artículo del sitio Ergocomics.

En ciertas ocasiones los estudiosos del cómic nacional han sugerido -con algo de timidez- que la inspiración para la más popular y trascendental de las figuras de la historia de las caricaturas chilenas, Condorito, habría sido un simpático cóndor aparecido públicamente unos siete u ocho años antes del debut del personaje creado por el caricaturista René Ríos Boettiger, más conocido por su mote artístico Pepo. Todo indica que Condorito estuvo anticipado por varios personajes y nombres relacionados con la misma familia catártida de aves, sin embargo, cuyo recuerdo ha sido eclipsado por la inmensa popularidad del personaje de Pepo.

El primero de los cóndores humanizados de la caricatura nacional proviene del editorialismo satírico del siglo XIX. Sucedió que, luego de haber sido clausurada tras una corta vida la gaceta de humor político "El Correo Literario" de Miguel Antonio Smith Irisarri, como consecuencia de las medidas tomadas tras la revolución de 1858, fue creado a continuación una suerte de heredero de las mismas temáticas: el periódico "El Cóndor", dirigido por Manuel Blanco Cuartín. En esta nueva publicación aparecía ilustrado un cóndor como mascota corporativa, pero con características homínidas; incluso con atributos de roto, representando al bajo pueblo chileno: vestido de manera sencilla y con un gorrito de tipo bonete.

"El Cóndor", con su personaje representativo, expresaba ácidas críticas a situaciones de contexto noticioso, dejando una marca interesante en el desarrollo editorialismo satírico a pesar de que sólo alcanzó a completar ocho números. Siendo uno de los casos que estudia Jorge Eduardo Monsalves Rabanal en su tesis “Breve historia de la narrativa gráfica chilena”, este cóndor es considerado el primer personaje chileno de caricaturas en algunas opiniones, aunque su sentido de existencia fue más bien editorial o corporativo y sólo derivativamente relacionado con el mundo de la historieta.

Cabe señalar que aquel no fue el único catártido popular de esos años, sin embargo, pues Jorge Montealegre explica en su artículo "El cóndor pasa", publicado por la "Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historia" de abril de 2001, que ya había cierta familiaridad al menos con el nombre o las características condoriformes del personaje:

De esta época son también los dibujos del florentino avecindado en Chile Juan Bianchi. Entre sus representaciones caricaturescas de la sociedad, inscritas en la tradición del bestiario, encontramos su "caballero con bastón" con cara de ave de rapiña, cóndor o buitre (para Neruda, "cóndores coronados por la nieve, / pomposos buitres enlutados").

En la segunda mitad del siglo XIX, el destacado político y escritor Isidoro Errázuriz Errázuriz fue apodado "Condorito Errázuriz". De nariz ganchuda y aficionado a los cóndores (la moneda de entonces), en más de una oportunidad fue caricaturizado con cuerpo de cóndor.

Encontramos también una tira cómica -con todas las de la ley- y usando el nombre para uno de sus personajes: "Amapola y Condorito", aparecida en la revista "El Peneca" desde 1934. Se trata de personajes femeninos provenientes de una publicación de origen extranjero y con nombres castellanizados por los editores en Chile, sin embargo. Específicamente, corresponden a dos indígenas que, a pesar de cruzar contenidos con elementos más criollos y hasta mapuches en las traducciones (con un personaje de apellido Catrileo), están caracterizadas con prendas y atuendos de nativos pieles rojas. Este caso es mencionado también por Montealegre en "El cóndor pasa".

“El Cóndor”, caricatura satírica del personaje catártido para el periódico homónimo, en 1863. Tomado del estudio de tesis “Breve historia de la narrativa gráfica chilena” de Jorge E. Monsalves R.

"Aventuras de Amapola y Condorito", revista "El Peneca", año 1934.

Izquierda: publicidad para la venta de radios Condorito en Concepción (colección de Rolando Matus). Derecha: dibujo con dedicatoria de Themo Lobos para su amigo y colega Lugoze, con el personaje Alaraco señalado a un retrato del cóndor Sofanor, ambos personajes creados por Lobos (colección de Mauricio García). Imágenes tomadas del "Diario Concepción", artículo "Las disputas por la paternidad de Condorito" de L. Yáñez Morales.

Revista "Condorito" dirigida por Coré, lanzada en los mismos días cuando debutaba el Condorito de Pepo. Imágenes de la colección de Moisés Hasson.

En otro aspecto, no parece una nimiedad el hecho de que las monedas con cóndores se conozcan en Chile desde los tiempos de la Organización Republicana: el llamado peso cóndor era llamado coloquialmente también condorito, ya en el siglo XX. "¿No se podría comprar y pagar con esos condoritos en cualquier almacén?", escribía el cronista Aurelio Díaz Meza en "La Nación" del martes 11 de septiembre de 1928, recordando cuando del francés Alfred Paraf embaucó a las autoridades chilenas con un fraude minero. Al revisar la prensa de la época, además, encontramos un equipo de polo llamado Condorito, con presentaciones en el Santiago Polo Club hacia mediados de los treinta; y en la siguiente década figuran el caballo Condorito en las carreras del Club Hípico y una Condorita en el Hipódromo Chile. En los cuarenta y cincuenta era conocido en Santiago también el Club Deportivo Los Condoritos, que operaba en Barrancas.

Sin embargo, el caso más notable de todos los proto-Condorito llegará de manera más explícita y con novedosas intenciones cinematográficas. Iba a ser la iniciativa de dos jóvenes emprendedores quienes, además, están entre los precursores de la animación dentro del país, por esta misma razón.

Copuchita se llamaba el principal de aquellos antecedentes y aparece en el filme chileno de dibujos animados titulado "15.000 dibujos", proyecto cinematográfico iniciado en 1937, aunque con largas pausas. Tal como iba a ser el Condorito de Pepo, se trataba de un cóndor antropomórfico y de ojos saltones, con las pretensiones evidentes de representar a un chileno típico de estrato social modesto: un roto, mejor dicho. De hecho, Copuchita utiliza también un gorrito bonete de los que eran típicos entre gañanes y rotos chilenos en la primera mitad del siglo XX, como los que en nuestros días han empleado personajes humorísticos interpretados por distintos comediantes, especialmente los ligados al mundo circense, entre ellos Cachencho y Chanchulín, de los hermanos Tello, o el más popular Ruperto de Christian Henríquez.

El proyecto "15.000 dibujos" fue, en resumidas cuentas, una audaz realización nacional de los arquitectos e ilustradores Jaime Escudero Sanhueza y Carlos Trupp, ambos con apenas algo más de 21 años a la sazón. Dice alguna revista de época que, de hecho, el primero no terminaban aún su carrera de arquitectura cuando decidió embarcarse en esta tarea. El personaje central de la aventura animada era Copuchita, entonces, el mudo cóndor humanizado que protagonizaba el largometraje hecho en blanco y negro.

En una notable investigación del estudioso del cómic chileno Mauricio García para el sitio Ergocomics, en donde también se también plantea la posibilidad de que Copuchita haya sido, en efecto, una inspiración para Pepo, Escudero describe a su entrevistador algo más sobre las características del personaje:

...un cóndor antropomorfo, con sombrero, chaleco y zapatillas blancas, un obrero que trató de representar el roto chileno, pero sin sus defectos, situación que me molestaba en Verdejo, de la revista Topaze. Además estaba un personaje con características de puma mapuche, llamado Manihuel (basado en un tío), un gallo vestido de huaso, llamado Ño Benhaiga y una joven humana y muy hermosa, llamada Clarita. Todos ellos acompañados de una comparsa de plantas, porotos, bichitos diversos, etc.

El autor informa en la misma entrevista que el filme se hizo con las esperables restricciones de recursos, valiéndose de dineros aportados por Trupp y después por la recién creada CORFO. Sus propios compañeros de carrera ayudaron y la música habría provenido de la abuela de Trupp, instrumentalizada por los antiguos Huasos Quincheros. Agrega el artículo que, estando con sus talleres por ahí cerca de Lira con Marcoleta en Santiago Centro, Walt Disney se interesó en conocer el trabajo de ambos jóvenes durante una visita a Chile, en 1941: lo había convencido de hacer una visita don Carlos Reyes Corona, quien oficiaba entonces como agregado de prensa de la representación de Chile en Washington D.C.

Obviamente, Disney gozaba por entonces de una fama estratosférica, especialmente tras el éxito de "Blanca Nieves y los Siete Enanitos", "Pinocho", "Dumbo" y "Fantasía". Seguramente, el emperador de la industria de la animación quedó sorprendido con los procedimientos tan artesanales con los que lidiaban Escudero y a Trupp, a diferencia de la holgura y comodidad con que trabajaban sus fastuosos estudios en los Estados Unidos. Se ha dicho que también aconsejó a los productores chilenos para poder acelerar los procedimientos con formas ingeniosas de flexibilizar el trabajo.

Siguiendo aquella nueva luz y escuela, ambos realizadores avanzaron con prisa hacia la conclusión de "15.000 dibujos". Aparentemente, habrían sido asistidos también por aportes de dinero desde empresas salitreras en esta etapa, ya que la actividad minera iba a ser parte del argumento del proyecto en el largometraje.

Copuchita, el cóndor que pudo haber sido parte de la inspiración de Condorito.

Anuncios de prensa con el estreno de "15 mil dibujos" en los cines Miami y Splendid, diciembre de 1942.


Extractos de "15 mil dibujos", publicado por el canal Youtube de Lemon Kilie (de la nieta de uno de los realizadores).

La ansiada hora de haber debutar en las salas "15.000 dibujos" fue en pleno apogeo de las producciones de Disney, con evento sucedido el 24 de diciembre de 1942 en los teatros Splendid y Metro, con programa rotativo. Se la presentó en la publicidad y los medios como "La primera película chilena de dibujos animados", categoría inexacta, sin embargo, ya que tal marca pertenece a "La transmisión del mando supremo" de 1921, obra de humor político de Alfredo Serey Vial. Pero, a pesar de la expectativa que procuró generarse en el público, los resultados no fueron los esperados.

Es difícil establecer qué sucedió entonces, pues la falta de información completa en la prensa de la época es notoria. Se dice, entre otras cosas, que la modesta caricatura chilena no cumplió las expectativas para el éxito que necesitaba, o que no consiguió interesar al público en las proporciones que eran necesarias para el éxito. No respondiendo al esfuerzo de producción ni a la fluidez lograda por la animación con clara influencia de la gráfica Disney en algunos segmentos, la historia de la realización se vuelve desde allí es nebulosa y las revistas de cine de la época no aportan demasiada claridad al respecto, salvo por casos como el crítico de "Ecran" del 29 de diciembre de 1942, refiriéndose a la exhibición privada hecha previa al estreno:

Al ver esta película hay que despojarse de la calidad de criterio cinematográfico, para mirar con ojos benévolos este primer ensayo que se realiza en nuestro país, con el objetivo de llevar a la realidad la industria que ha dado los más sonados triunfos a Walt Disney.

La película encierra una serie interminable de defectos. Se hizo un argumento casi infantil para presentar unas cuantas escenas en movimiento que no tienen más méritos que los de ser un ensayo casi de laboratorio para demostrar que en Chile pueden hacerse "monos" animados en un corto plazo.

Los dibujos son débiles. Falta armonía en sus movimientos. Los personajes, aunque ingeniosos, resultan demasiado grotescos. Las fotografías débiles y la sincronización deficiente. Sólo la intervención del conjunto de "Los Quincheros" le da amenidad al film.

En resumen, se trata de una película de archivo, que no gustará al público.

Juzgada así como "demasiado lenta y cansadora" y cayendo en las inevitables comparaciones con el gigante Disney, todo indica que, sólo unos días después del estreno ambos cines ya tenían otros rollos en sus rotativas, por lo que la animación cayó velozmente por la pendiente del olvido llevándose con él al simpático Copuchita. Se especuló también de cuentas y líos con los acreedores entre los estruendos de la Segunda Guerra Mundial, mismos que también hicieron imposible la promesa de Disney de recibir a ambos creadores chilenos allá en Estados Unidos para promover el filme, un esfuerzo que quizá habría significado mejor camino para el proyecto.

El reinado de los cóndores en páginas ilustradas chilenas no cesaría con el debut de Copuchita, sin embargo, surgiendo varios nuevos casos en esos mismos años cuarenta. Un artículo de Luis Yáñez Morales se ha tomado el trabajo de reunir estos antecedentes en el "Diario Concepción" del 22 de diciembre de 2019, titulado "Las disputas por la paternidad de Condorito". Partiendo por las similitudes nominales observa que el nombre del "pajarraco" se daba ya entonces a un modelo de radio a tubos, algo confirmado por avisos publicitarios del coleccionista Rolando Matus, de Cañete. "Vea Ud. la nueva radio Condorito modelo de velador", decía uno de estos anuncios en 1950, para la casa Federito Loosli e Hijos de Concepción.

Otro dato pertinente es que Mario Silva Ossa, más conocido como Coré y quien se erige como uno de los más grandes ilustradores chilenos, publicó una revista de cuentos con gráfica llamada "Condorito" en agosto de 1949, el mismo mes en que vería la luz el personaje del mismo nombre creado por Pepo. Nace casi al mismo tiempo, además, que otras revistas infantiles como "Simbad" y "Aladino", todas semanarios en formato de bolsillo. Aunque el título de esta primera revista "Condorito" se trate del nombre diminutivo del representativo cóndor andino y, por lo tanto, carente de exclusividades, la coincidencia separada por sólo unos días con el "pajarraco" de Pepo es asombrosa. 
Siendo un caso estudiado también por Moisés Hasson en su sitio de ilustración, cómic y literatura Biblioteca Junto al Mar, la revista "Condorito" incluía personajes como PistolitaEl Meteoro, Federico y Catalina, Quiltrín y Policóliro, pero ninguno que pudiera justificar el nombre de la publicación que iba en el estilo de revistas infantiles como "El Peneca". Sin embargo, en las primeras ediciones el nombre de la gaceta viene acompañado de una mascota corporativa: obviamente, un cóndor, o más bien su cabeza que luce un gorro como de grumete puesto en el lugar la cresta. Desgraciadamente, aunque se habían incorporado ya otros ilustradores como Laufer y JorCar (Jorge Carvallo), "Condorito" dejó de salir desde las imprentas de editorial Zig-Zag y mudarse a la casa Cervantes. La trágica muerte de Coré bajo un tranvía en 1950 y con sólo 37 años, habría influido en que la revista no lograra pasar del ejemplar 25, ya con nueva dirección administrativa.

Izquierda: así era el primer Condorito, en 1949. Derecha: Condorito ya definitivo con su revista propia, desde los cincuentas.

Primera viñeta de Condorito, en 1949.

Ambos Condoritos, el primero y el actual, unidos en el tiempo. Imagen publicada por una edición aniversario de la misma tira cómica.

Otro paralelismo asombroso del caso involucra al gran Themo Lobos, el hombre detrás de la tira "Mampato", amigo de Pepo en su tiempo. Tras la muerte del eximio dibujante, el periodista e investigador Rafael Valle publicó un trabajo biográfico de 2018 titulado "La gran aventura de Themo Lobos" en donde señala que este creó para la casa editora un personaje llamado Sofanor. Correspondía a la perfecta caricatura de un cóndor, de evidente parecido al aún no nacido Condorito, pero orientado a público infantil y con temáticas de cuentos de vida rural. Presentado como "el cóndor chileno", la tira de Sofanor nunca fue publicada.

No termina allí aquella historia, sin embargo: cuando Pepo regresó a editorial Zig-Zag con la intención de incorporarse a revista "Okey", en 1949, trajo un personaje que habría presentado antes en revista "La Raspa", llamado Condorito Aventurero. Lobos, quien había entrado meses antes a su colega una carpeta con dibujos de prueba incluyendo las de Sofanor, consideró que el Condorito de Pepo se parecía demasiado a su creación, provocando una discusión entre ambos, en los jardines de las oficinas de la misma editorial Zig-Zag, según detalla Valle.
A pesar de lo descrito, Lobos nunca llevó su discrepancia a tribunales y, de hecho, mantuvo después una larga amistad con Pepo. Sin embargo, ilustró a su Sofanor en algunas ocasiones posteriores con la anotación de ser el "Condorito original", como cierta dedicatoria fechada el 3 de diciembre de 2011 (en su cumpleaños 83 y faltando siete meses para su fallecimiento), dada a conocer por el ilustrador, coleccionista e investigador Cristián Díaz. Allí se ve al cóndor sencillamente trazado con un sombrero de ala y un par de borlas.

Volviendo a la inspiración representada por Copuchita, es sabido que sólo unos años después del estreno de "15.000 dibujos", Pepo corrió a crear su propio personaje cuando vio el famoso documental del mismo Disney sobre los países de Sudamérica ("Saludos amigos", de 1946), en donde se representó a Chile con un insípido avioncito de correos y no con una figura típica como fue, por ejemplo, el gaucho, en el caso de la Argentina. Al parecer, esta tibia impresión fue todo lo que el empresario y soberano de la industria cinematográfica animada había recogido del mismo paso por Chile cuando conoció a Escudero y a Trupp. Indignado, entonces, Pepo se propuso desde el primer momento crear una figura de representación chilena, con características de roto y de huaso... Y lo logró.

De acuerdo a la versión de los hechos informada por JorCar transcrita en Ergocomics, de quien hemos visto trabajó también en la revista "Condorito" de Coré, la creación del personaje tuvo cierta participación colectiva:

Cuando trabajaba en Zig-Zag, le pidieron (a Pepo) un personaje chileno, por lo que el equipo de "Pobre Diablo" empezó a tirar ideas. Inicialmente se pensó en el huemul, pero ante su falta de posibilidades se recurrió a un cóndor, para lo cual cada uno de los dibujantes de la revista hizo un bosquejo. El mejor fue el de Lugoze, gran amigo de Pepo por años, hasta que se distanciaron. Themo Lobos también participó, pero no aportó mayormente, contrariamente a lo que se dice.

El definitivo Condorito debutó el 13 de agosto de 1949, en el Nº 2 de la revista "Okey". Sin embargo, antes de tener su revista propia, el personaje era notoriamente distinto al actual: hasta cierto punto, con rasgos más propios del ave que del hombre en el hibridismo del personaje. Era también más rechoncho y de pico largo, con más cara de cóndor. A decir verdad, tiene cierta semejanza con Copuchita. Sin embargo, a esas alturas y con Copuchita abducido en las extrañas instancias oscuras de la historia olvidada, quizá nadie comentó mucho sobre el parecido.

Se tiende a creer que jamás fue confrontado Pepo con la posibilidad de que Copuchita hubiese influido en la gestación de Condorito. Se habla de ello casi a voz baja, como si fuese un secreto indescifrable o una revelación que se prefiere mantener en sombras, injustamente pues de ninguna manera se podría tratar de un plagio o copia creativa. Cuando García consultó sobre esto al propio Escudero en el señalado articulo de Ergocomics, el artista responde también con cierta prudencia y diplomacia de su parte:

El personaje Copuchita es de 1941 y Condorito apareció en Okay en 1949, por lo que debe ser una de las inspiraciones de Condorito, ya que Pepo lo conoció y en algún momento habló de él, pero nada que se pueda demostrar, en todo caso es un honor si así fue.

A su vez, el articulista presenta un boceto de Copuchita con el siguiente pie de foto: "El cóndor Copuchita, personaje de la película "15.000 dibujos". ¿Antecedente gráfico de Condorito?". La pregunta surge espontáneamente, por supuesto.

Como opinara también el experto investigador y escritor Montealegre, parece innecesario discutir sobre quién fue el primero en la cadena que llevó a la creación de Condorito, pues queda confirmado que la figura del cóndor humanizado ha estado presente siempre en la ilustración nacional y no sólo en este caso o el de Copuchita. Es lo mismo que sucede cuando se intenta precisar cuál fue la primera caricatura de un roto chileno: Perejil por Lugoze, Juan Verdejo por Coke Délano o el propio Condorito de Pepo, entre otros postulantes.

Páginas comentadas de la revista "Ecran" de 1962, con "Copuchita" arriba.

Condorito contemporáneo, en sus aventuras.

 

Uno de los cortos televisivos de Condorito en los años ochenta. Versión remasterizada del canal Youtube Condorito (Oficial).

Sucede, sin embargo, que sí ha sido tema el asunto específico de si existe relación entre Copuchita y Condorito, particularmente. Esto asumiendo incluso que no son el mismo y que sus semejanzas sólo resultan generales pues, con el tiempo la ilustración de Condorito se había afinado y perdió los aires de familia que pudo haber guardado con aquel u otros personajes más antiguos.

Creemos tener a mano un documento que serviría para despejar todas estas dudas y dejar de preguntarse en inseguro potencial si existió o no una relación primitiva entre ambos. Aparece entre las páginas de la señalada revista especializada en cine "Ecran", la Nº 1.630 del año 1962, en la nota "Condorito en el Circo: Renace en Chile el dibujo animado", donde se celebra la primera incursión del personaje de Pepo en el cine de animación. En el reportaje de dos páginas se revisan momentos de la producción técnica de los dibujos de Diva Studios Chile para el filme a color, con el propio René Ríos y su colaborador en la animación, Luis Zelada.

En el artículo de "Ecran", estando presente en él hasta el propio René Ríos o Pepo para explicar las etapas del proceso de animación, el mismo creador de Condorito permitió que una fotografía de Copuchita apareciera reproducida en la secuencia de imágenes sobre el desarrollo del acto de animación de personajes. Va acompañada de la siguiente aseveración que, muy posiblemente, haya sido inducida por el mismo Pepo a quienes reporteaban sus trabajos en ese momento: "Este cóndor, al que se le puede considerar el padre de 'Condorito', apareció en un dibujo animado chileno, de 1937, realizado por Jaime Escudero y Carlos Trupp".

Dicho de otra manera: Copuchita es reconocido en las páginas de "Ecran", entonces, como una base de inspiración para Condorito por su propio autor, aunque sea indirectamente.

Con aquel referente en un reporte sobre los trabajos de Pepo, quien figura también entre las fotografías de las secuencias allí expuestas, se nos hace bastante clara la posibilidad de un reconocimiento de la influencia de Copuchita en la de Condorito. Más que abonar a las discrepancias y polémicas, entonces, esta clase de fuentes van haciendo bizantinas las discusiones adicionales o derivativas respecto de si lo fue o no tal inspiración... Más claro, echarle agua.

Empero, cabe señalar que el proyecto de "Condorito en el circo" nunca llegó a estrenarse: se cuenta como razones desde problemas en el financiamiento por retiro de auspicios hasta que los resultados no fueron del gusto de Pepo, frustrando su salida a los cines y terminado en un verdadero aborto fílmico. Nunca fue estrenada, por consiguiente, y como también había ocurrido con Copuchita el fracaso rondó el debut actoral del cóndor. Tuvieron que pasar dos décadas, de hecho, para que Condorito pudiera aparecer en la pantalla, siendo presentado como cortos televisivos en los años ochenta.

En tanto, Trupp había guardado para sí los rollos de la película y su fallida obra animada se olvidó entre sus propias posesiones. Tiempo después de fallecer en 1982, hurgando en un baúl, familiares suyos residentes en los Estados Unidos la habrían reencontrado, salvándola del olvido. A partir del año 2001, intentaron comenzar a restaurarla y se publicaron así pequeñas imágenes de la parte conservada del filme original y Copuchita volvió a ver la luz; volvió a cobrar movimiento. Una futura restauración fue anunciada con gran entusiasmo en el diario "El Mercurio" del 12 de noviembre de 2001 ("La primera película animada del cine chileno busca dinero para su restauración", titulaba la nota), pero no ha podido ser completa, liberándose los fragmentos disponibles en formatos digitales.

Con todo lo expuesto, no parece oficioso dar más vueltas a alguna posible relación entre ambas caricaturas. Lejos de ser una copia por parte de Condorito a Copuchita, los hechos sugieren que René Ríos pudo ser sido influido desde el pasado reciente -incluso más de lo que él mismo creyó- en su legítima e irrefutable creación de Condorito, sobre todo al elegir a su roto chileno encarnado en un pícaro e ingenioso cóndor aventurero, y no en el huemul, ni el guanaco, el pelícano, el queltehue, el cernícalo, el ratón de campo ni ningún otro caso tomado de nuestra suficientemente variada fauna nacional. ♣

Comentarios

  1. Dejo acá los comentarios que estaban en el primer sitio donde publiqué algo sobre Copuchita, en Urbatorium, pues hay info importante para considerar en varios de ellos:

    Anónimo dijo...

    Excelente articulo
    Felicitaciones
    ;)
    15 de marzo de 2011, 9:17 p.m.
    Kylie dijo...

    gracias gracias gracias por el articulo, me ayudó mucho a interesarme aún mas por mis raices, carlos trupp fue mi abuelo, no alcanzé a conocerlo, pero esta historia me encanta! en especial por que estudiaré animación y quizás algun dia logre terminar bien su sueño gracias!
    18 de abril de 2011, 8:04 p.m.
    Rodrigo Trupp dijo...

    Hola:

    Hoy me encontraba en mi casa en Chicago USA, y me llamó mi hija Barbara por Skype, comentándome que necesitaba hacer un trabajo para el colegio acerca de su abuelo Carlos.

    Mi nombre es Rodrigo Trupp, hijo de Carlos Trupp, uno de los gestores originales de la película, que grafíca el artículo. tengo algunos datos interesantes que agregar al final de la historia, que no me aparece completa y real de como aconteció, saludos, interesante y entretenido el articulo.

    Rodrigo Trupp
    18 de abril de 2011, 8:30 p.m.
    Criss Salazar dijo...

    Pues ¡mándenos todo lo que pueda, estimado! Esta entrada es sólo para el parecido entre Copuchita y Condorito, pero reservaremos una especial y completa para "15.000 dibujos", con toda la aventura de ese proyecto único en Chile. Si tuviera alguna imagen del señor Trupp, también le vendo mi alma... Muchas gracias!
    18 de abril de 2011, 8:42 p.m.
    Manuel_Ignacio Ferrufino dijo...

    Hola:

    Recuerdo que muchas veces en mi infancia mi padre me conto de su participación en una película cuando estudiaba Arquitectura en la Universidad Católica de Chile, algunos datos como el nombre se me había olvidado, pero con la ayuda de un buen amigo chileno logré dar con el nombre: "15.000 dibujos", y luego buscando en el baúl de los recuerdos en casa encontré una foto (Nov/1942) de mi padre; Hugo Ferrufino Murillo con tres personas más, al reverso con una dedicatoria firmada por Carlos Trupp y alguien más de quien solo llego a leer la palabra "humana".
    Me gustaría mucho saber más detalles de esta historia, información sobre la actuación de mi padre en la película y si está disponible para verla.
    Ojala pudiera tener respuesta, mi correo es manuelignacioferru@hotmail.com
    30 de noviembre de 2012, 1:08 p.m.
    rodrigo dijo...

    Y qué más ha pasado desde la publicación de este reportaje y los aportes de los señores de arriba ?
    26 de agosto de 2017, 11:07 a.m.
    cristian dijo...

    excelente nota pero omiten a Themo Lobos Dejo link al boceto de su idea de Condorito, solicitada por un amigo el 2011, diseño que habria tambien inspirado a Pepo. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=883303025172116&set=p.883303025172116&type=3&theater
    saludos y gracias nuevamente
    23 de octubre de 2017, 12:08 a.m.
    juan carlos de chile dijo...

    Hay una antigua moneda de Chile de 1868 con un cóndor muy parecido al primer condorito.
    Es notable.

    No sé cómo subir una foto, pero dejo un link...

    https://articulo.mercadolibre.cl/MLC-467062262-replica-50-centavos-ano-1868-_JM#position=4&type=item&tracking_id=c3dc7a72-656c-47e3-be93-b2dcff87b5ab
    29 de diciembre de 2019, 9:43 p.m.
    Exequiel Sepúlveda G dijo...

    Felicitaciones por este articulo y por rescatar la historia del comic chileno, me encanta Cordorito y nunca había escuchado de Copuchita, es necesario hacer un reconocimiento digno, quizás reflotar la película sea un homenaje digno. Saludos
    20 de octubre de 2020, 10:51 a.m.
    Unknown dijo...

    Hola, es un honor encontrarlo por aquí, el trabajo de Carlos Trupp es muy interesante, me interesa mucho sobre la película, ¿Pudiera contar mas sobre 15 mil dibujos?
    23 de marzo de 2022, 7:14 p.m.

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