Anuncio del Café Santiago dando aviso de su apertura en calle Merced 871, en el diario "La Nación" del 24 de diciembre de 1947.
El costado norte de la primera cuadra de calle Merced, misma en donde estuvo el Teatro Santiago entre Plaza de Armas y San Antonio, tuvo algunos cafés populares desde el siglo XIX. Los hubo también en el edificio de dicha sala, construida en el período 1887-1889 y que había sido inaugurada como Teatro Politeama, antes de reaparecer con ese nombre atrás del Portal Edwards cerca de la Estación Central. Propiedad de don León Bruc, ese ensayo de casa teatral fue de un café chantant pero con un local especial para comercio y reunión social de los concurrentes.
Como era cosa frecuente el que los teatros tuvieran cafés, salones de té y bares cercanos también para la espera o la salida del público, el comerciante Karl Weise había instalado allí también el Café de la Bolsa, en la dirección de Merced 859, gran atracción del barrio pasado el Centenario Nacional y al que ya hemos dedicado un artículo de este sitio. Sin embargo, vendrían muchos otros emprendedores buscando clavar sus propias banderas de conquista en la cuadra de marras y con la misma clase de propuestas, tanto familiares como para aventureros.
Un nuevo edificio del Teatro Santiago, más moderno y pensado también para las proyecciones cinematográficas, fue construido en aquel lugar en 1935, en donde hoy se encuentran el Edificio y las Galerías Plaza de Armas, a un costado de la entrada a calle Phillips y enfrente de la colonial Casa Colorada. La destrucción por incendio de la antigua Galería San Carlos, elegante edificio abovedado que corría aproximadamente por donde hoy está Phillips, más la demolición que se había hecho del vetusto Portal Mac-Clure para construir en su lugar el Portal Bulnes del arquitecto Jorge Arteaga en 1932, al costado oriente de la plaza, cambiaron para siempre la fisonomía que habían mantenido la misma manzana remontada a los orígenes de la ciudad.
Con aquellas modificaciones de la manzana vino una nueva generación de establecimientos
recreativos. Llegarían hasta el zócalo del flamante Portal Bulnes, entonces, como
el salón de té O'Key, la "nueva" fuente de soda La Puñalada, la Hostería El Laurel y el
sótano del Patio Andaluz, espacio ocupado después por el King's Club y luego por el cabaret Mon Bijou.
Con aquella camada comercial arribará también el Café Santiago, boliche que instala sus mesas, vitrinas de pasteles y vapores aromáticos en la dirección de Merced 871, por el costado sur del segundo pabellón que da forma al mismo Portal Bulnes, en donde mismo había estado antes la Galería San Carlos. Procedió así a ocupar un local que, hasta hacía poco y desde los inicios del nuevo portal, había sido de la sombrerería La Europea de doña Rosa de Gordin. Era vecino al también entonces conocido restaurante y fuente de soda Noel, con salones en el segundo piso.
La inauguración del nuevo café tuvo lugar el
24 de diciembre de 1947, con una celebración que fue ajustada a la víspera navideña. Esto
anticipaba un poco el perfil familiar que quiso procurarse para el
establecimiento, aunque también tuvo rasgos bohemios que fueron propios e
ineludibles en aquel sector de la ciudad. Es muy posible que el nombre lo haya tomado tanto de la influencia del cercano Teatro Santiago como de su proximidad a la Plaza de Armas, por lo demás.
Postal fotográfica de J. M. Sepúlveda con el edificio que había pertenecido al Teatro Politeama, ya convertido en el Teatro Santiago, a inicios del siglo XX. El edificio fue reemplazado después por uno más moderno. Fuente imagen: colecciones de Pedro Encina, Flickr Santiago Nostálgico.
Imagen del Portal Bulnes hacia los años cuarenta.
Inauguración del Café Santiago en aviso de "La Nación", 25 de diciembre de 1947.
Pero aquel tramo de calle Merced estaba dominado por la diversión no sólo del cine-teatro, sino también de otros negocios ubicados en dependencias de la Casa Colorada y su Galería Colonial. Entre estos últimos destacaron especialmente el Club Ambulantes de Correos, el Bar Colonial, el Café Fancy y luego el Black and White, famoso club que llegó a ocupar el espacio del anterior. La cuadra era de trasnoche y espectáculos en vivo, por consiguiente.
En su ubicación de total privilegio, entonces, las instalaciones del nuevo Café Santiago habían sido encargadas a don Francisco Muixi, industrial de familia chileno-española quien era también gerente de la firma Modernic Decor, dedicada a la mueblería, montaje y carpintería ornamental. Muixi fue una especie de paladín en la implementación y diseño interior de establecimientos comerciales, teniendo en el currículum de su empresa, en esos momentos, trabajos realizados en las zapaterías El Negro de Curicó y Royle de Talca, la sastrería Blasón de Antofagasta, y negocios de la capital como la casa El Crak, la peletería Santiago, El Turista, Arod, Castel y Fletcher, entre varios otros establecimientos. Por esta razón, la publicidad inaugural del Café Santiago exaltaba su nombre como autor de las instalaciones, empapándose de su prestigio.
El espacio del establecimiento con acceso principal en aquella dirección de Merced, tenía su servicio de café y salón de té que incluía también al de comedor-restaurante, gelatería, confitería y bar tipo fuente de soda o schopería. Aclaramos que era la época en que había quedado atrás el rasgo más inocente y casi infantil de las primeras fuentes de soda conocidas en Chile, transformándose -por evolución natural del comercio- en establecimientos más parecidos a cervecerías y expendios de comidas rápidas, como podemos identificarlas ahora.
Volviendo al tema nominal, cabe indicar que aquel no fue el único café con ese nombre en esos momentos, sin embargo: desde tiempos anteriores existía un Café Santiago de calle
Coquimbo 1056-1058, también en la comuna de Santiago, local ocupado en tiempos más
recientes por el restaurante El Rabito. No sabemos si existió alguna relación de
propiedad entre el café de la Plaza de Armas y otros con el mismo nombre en la
ciudad, lamentablemente.
Unos años después, aparece otro Café Santiago en el sector de Aillavilú, ex calle Zañartu del barrio Mapocho, entre Bandera y Puente junto al Mercado Central. Mucho más bravo y nocturno que el anterior de la Plaza de Armas, este negocio ubicado casi enfrente de la cantina La Piojera fue conocido por reunir en sus comedores a artistas del mundo circense, apareciendo como una de las locaciones del filme "Largo viaje", de 1967.
El local comercial que había pertenecido al Café Santiago de calle Merced 871, en tanto, había quedado disponible para otros negocios del mismo horizonte recreativo después de desaparecido. Ha sido ocupado por conocidos establecimientos como el café y panadería Pretto y, actualmente, por el restaurante de sushi Tokyoto, con entrada también por Phillips 84, siendo probablemente el más céntrico de su tipo en la capital chilena dada su escasa distancia con el kilómetro cero nacional. ♣
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