Al parecer, este sería el local del Café Rex en calle Huérfanos (coincidente con el número 870), exterior e interior, pero cuando aún era la Sastrería Zautzik. Fuente imagen: "El progreso italiano en Chile", de Joaquín Blaya Allende, año 1921.
La dirección de calle Huérfanos 870 era del Café Rex en la década del cuarenta, situado a poca distancia de la esquina con Estado. En aquel zócalo, ocupaba el mismo número que antes había sido de la sastrería del italiano Guido Zautzik, fundada en 1915, y después por una peluquería y salón de belleza femenino llamado Henry & Paul, en los años veinte y treinta.
En poco tiempo, el Rex logró apropiarse de una gran cantidad de clientela, muchos de ellos periodistas y escritores. Sin ser demasiado amplio, fue otro de los varios establecimientos que se podían hallar en el corazón del llamado barrio del Broadway Santiaguino, denominado así a causa de la extraordinaria concentración de teatros, boîtes, salones de té y centros de diversión repartidos en esas cuadras, siempre iluminadas por los carteles de luces y con intenso deambular de personas por sus veredas, cuando la vía aún tenía tránsito vehicular.
Aunque se podría generar alguna confusión por la proximidad del Cine y Teatro Rex en la cuadra siguiente, el primer café del mismo nombre estuvo casi enfrente del edificio donde fue fundado el Teatro Ópera, casa del club Casanova del maestro Buddy Day y más tarde de la Compañía de Revistas Bim Bam Bum, y de cara al edificio de las entonces famosas tiendas Gath y Chaves, que tenían también su propio tea room en donde está ahora el Edificio España. A la vuelta, además, por calle Estado, hacia la misma época llegaría a instalarse en los altos el segundo de los Tap Room del empresario Humberto Negro Tobar, antiguo propietario también del cabaret Zeppelin de calle Bandera.
El café se hallaba, así, en uno de los centros nerviosos de la actividad bohemia de Santiago en esos años. De acuerdo a lo que deja escrito de él
Oreste Plath en "El Santiago que se fue", era un lugar de reunión favorito de
periodistas, escritores y actores. Se sabe que allí llegaban muchos de ellos y no sólo a
beber tazas de su cafetería, además de jugos y bocadillos a la venta, pues tenía
algo también de restaurante: los encuentros allí solían ser para la trasnochada.
Uno de los concurrentes habituales,
especialmente en las noches, era el inquieto y locuaz Carlos Vattier Bañados,
quien se había desempeñado como periodista, dramaturgo y escritor. Poseedor de
un gran ingenio y de una lengua filosa, era todo un personaje en las noches de la capital de entonces y se lo tenía por seguro animador de ambientes bohemios de
los años treinta y cuarenta. Un inesperado episodio iba a dejar anudado eternamente su nombre al recuerdo del café.
Precisamente en años de la Segunda Guerra Mundial, cuando rondaba los 30 años de vida, Vattier llegó al Rex y se trabó en una discusión con un cliente partidario de los Alemanes durante la conflagración, según se ha escrito. El literato, guionista y dramaturgo habría sido un declarado simpatizante de los aliados, por lo que el calor de la pelea pasó a mayores y, de un momento a otro, terminó con un balazo en el brazo, disparado por el rival. No terminó ahí la historia: contaba Carlos Concha en un artículo del diario "Crónica" de Concepción ("El agudo ingenio de Carlos Vattier", 17 de septiembre de 1979) que Vattier fue llevado a la Posta Central y allí, mientras entraba al quirófano con la cabeza totalmente cubierta por las sábanas, el médico que debía extraerle el proyectil preguntó quién era "esta señora". El herido se sacó la tela de la cara y exclamó enojado: "¡Señorita!".
Sin embargo, una nota de la revista de espectáculos "Ecran" firmada con el pseudónimo Hablador y publicada tras la súbita muerte de Vattier en febrero de 1956, señala una versión distinta sobre el incidente, bastante menos pintoresca. Según esta descripción, la violenta pelea del Rex habría comenzado en realidad por una disputa derivada a causa de una canción de cueca puesta en un equipo Wurlitzer dentro del local, interrumpiendo una que ya sonaba, correspondiente a la copla española "Ojos verdes". Esto sucedió a altas horas de una madrugada, una noche de 1945. Dos tiros habría dado el ofendido operador de la música al escritor que reclamaba, produciéndole heridas de las que nunca pudo recuperarse del todo.
Edificio de las tiendas Gath y Chaves. Imagen publicada en las colecciones digitales de fotografía patrimonial de En Terreno. Se ve parte del edificio de la esquina suroriente de Huérfanos con Estado, a la derecha, en donde estuvo el Café Rex.
Aspecto de la calle Huérfanos hacia 1940. Se observan el Teatro Central y el Café Santos entre los carteles colgantes. Fuente imagen: Fotos Históricas de Chile.
Retrato fotográfico de Carlos Vattier, tomada hacia 1950 por Alfredo Molina La Hitte. Fue visitante frecuente del Café Rex y víctima de esta afición, además. Fuente imagen: Biblioteca Nacional Digital.
Fachada del Teatro Astor hacia inicios de los años sesenta. Café Rex se ubicaba más o menos en donde se ve el vertical luminoso del Teatro Astor, en un edificio anterior. Imagen publicada por Pedro Encina en su Fickr Santiago Nostálgico.
La misma nota aporta otros aspectos descriptivos del local de Huérfanos, como que tenía una entrada estrecha y contaba con asientos de respaldos altos. También había un espejo angosto pero largo por la muralla derecha, en donde los caballeros que salían se acomodaban la corbata, el bigote o los sombreros antes de volver a la calle.
Hay otra historia que es recordada por Plath sobre el café, en este caso por una mala experiencia personal con uno de los empleados, probablemente en su etapa de decaimiento:
En una ocasión conversando con el pintor Israel Roa, de espalda a una vitrina de este café, salió un mesonero y de muy mala manera nos obligó a que nos retiráramos de ahí por estar por estar anulando las ofertas escritas en los cristales. No le hicimos caso y seguimos la charla, al rato volvió y me tomó de las solapas y me lanzó con fuerza al medio de la calle, en ese momento con intenso tránsito. Tratamos de interrogarlo, por tamaña actitud, y no hubo caso, se escurrió cobardemente. Indignados partimos al diario El Mercurio, donde el pintor tenía un amigo y al día siguiente apareció una crónica sobre el mal trato que se le había dado a loas artistas en un café céntrico de la capital. Curiosamente, al desaparecimiento de este café, han sucedido en este local una serie de farmacias, para bien de muchos.
Pero los dados del destino para el café Rex ya habían sido jugados y perdidos, casi como una maldición o venganza que surgió con la propia noticia del ataque a Vattier allí adentro, según el Hablador de "Ecran":
Tampoco logró recuperarse el viejo café Rex. Los tiros ahuyentaron a la gente, y más aún a los bohemios, que a veces suelen andar con la conciencia demasiado cargada. Ya nadie se atrevió a entrar con la confianza de antes en aquel café. Se perdió la clientela, se esfumaron los amigos, y el negocio, aunque cambió de dueño, reformó su local y trató de buscarse nuevo clientes, al fin, vencido, hubo de cerrar sus puertas.
Un año, más o menos, demoró en derrumbarse, desde aquella violenta madrugada el café Rex.
(...) De las ruinas del viejo café Rex nació un edificio de muchos pisos, un rascacielos con hotel, restaurante en la terraza, y una de las salas de cine más grandes de la capital.
Efectivamente, el lugar en donde estuvo el edificio que albergaba al Café Rex de Huérfanos desapareció en 1951, cuando fue arrasado el lugar para que pudiese construirse el de la Caja Bancaria y de Pensiones del Estado que aún existe allí, en donde funcionó el Teatro Astor con galerías propias a nivel de primer piso y subsuelo. En los altos, estuvo el Hotel Kent y el elegantísimo restaurante Bellevue. Estas nuevas obras fueron inauguradas entre 1954 y 1955, aunque el teatro y varios otros espacios aquellos hayan sido modificados radicalmente por los cambios y remodelaciones.
Han existido otros Rex posteriores, incluso en la misma calle. Hasta hoy está el Café Rex una cuadra más arriba y por la línea de establecimientos ubicados en vera norte, en Huérfanos 725 llegando a Mac-Iver. Su nombre es un vestigio de cuando existía allí el Cine Rex, justo a su lado, sala que fue rematada en 2013 y ahora se halla convertida en tiendas de la conocida casa comercial Pre-Unic. ♣
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