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EL BARCO DE LOS AVENTUREROS EN EL BARRIO MATADERO

Aviso de la Quinta El Barco durante las Fiestas de la Primavera de 1950, publicado en el diario "Las Noticias de Última Hora".

Durante el mes de abril 1945, fueron rematados los bienes y propiedades del comerciante Enrique J. Jiménez Morales, incluyendo los que tenía en avenida Santa Rosa 2149, entre calles Biobío y Franklin, en el famoso barrio Matadero. Tras un período a la deriva en que fuera ofrecido como residencia de alquiler, la renovada y remodelada propiedad pasó a ser el el Bar Restaurant El Barco, amplia quinta de recreo y boîte santiaguina típica del medio siglo.

"Colosal!!! Un barco en Santiago", decían sus avisos del establecimiento, anunciando por la prensa aquella próxima apertura. "Un orgullo del barrio Matadero", agregaban con soberbia. La fiesta inaugural tuvo ocasión y lugar allí en la tarde del jueves 5 de agosto de 1948, con una invitación especial de 19 a 20 horas.

Renombrado poco después como la Quinta El Barco, el negocio se internaba hacia el corazón de aquella manzana y tenía una formidable capacidad para 5.000 personas, contando con una excelente distribución de ambientes interiores, incluidos una pista de baile y los comedores. Disponía también de un patio interior usado como terraza, el que había pertenecido originalmente a la casona en donde se asentó el negocio. Al parecer, había en él algunas edificaciones laterales que eran parte del mismo restaurante con sus dependencias parecidas a una posada, rasgos que no fueron extraños en otros boliches históricos del mismo barrio como El Peñafiel o las Las Tres B.

En su salón principal con escenario se presentaban los artistas durante las horas del dancing, como Mario Armando López y su Cuarteto Típico. Los programas de espectáculos en donde estos eran incorporados a la quinta de recreo intercambiaban así entre shows de músicos, humoristas y otros números. Por el mismo período estuvo también la Orquesta de Jazz de Carmelo Dávila, con Canario Reyes como voz de la misma. Este artista trabajaba en la bohemia sólo de noche, cantando boleros, tangos, milongas, valses peruanos, temas melódicos y tropicales; de día, en cambio, era el boxeador Manuel Reyes, ganador del Campeonato Latinoamericano de 1944 en la categoría mosca amateur.

Inauguración de El Barco, en el diario "La Nación", agosto de 1948.

Avisos de la Quinta El Barco en noviembre de 1950, ambos publicados en el periódico "Las Noticias de Última Hora".

Vista del sector de locales comerciales en donde estuvo la Quinta El Barco. Se observa la fachada blanca detrás del árbol, con el 2149 actual, y la verde del 2135, correspondiente al bar El Parrón. Imagen del año 2012, tomada de Google Street View.

Los sábados y domingos bailables de El Barco se realizaban también con concursos y premiaciones, como las del mejor disfraz o la mejor comparsa. Era esperable: estaba comenzando el período dorado de la actividad bohemia y recreativa de Santiago justo por entonces, así que todos los clubes se esforzaban por tener sus propias atracciones para el numeroso pero finito público. Hubo, así, galas con reinas y fiestas con cócteles a propósito de diferentes celebraciones del propio lugar o de particulares, como sucedía durante el tramo de las Fiestas de la Primavera en aquellos años. Lo propio ocurriría en la temporada de Fiestas Patrias y los festejos de Navidad y Año Nuevo.

Ofrecido al público también como lugar ideal para manifestaciones sociales y banquetes políticos (para los que tenía precios especiales, además), hacia noviembre de 1950 debutó en El Barco la dupla de comediantes de Pepe Olivares y Olguita Villanueva, procedentes del clásico vodevil y teatro de revistas santiaguino. La casa implementó para la diversión, adicionalmente, un conjunto propio llamado Orquesta Típica de El Barco, en donde cantaba Raúl del Prado.

En tanto, las cartas del restaurante y del bar cruzaban propuestas típicas o más folclóricas con otras de cortes más internacionales, diríamos más propias de un establecimiento refinado. Una de las especialidades más apetecidas de su cocina eran las ranas, sin embargo: "Avisamos que han llegado 20.000 ranas de nuestros criaderos", informaban sus anuncios en noviembre de aquel año, agregando que este era el "plato especialidad de la casa".

Después de haber dejado la Quinta El Barco a aquel espacio comercial, este fue remodelado y convertido en diferentes espacios ocupando los números 2131 a 2155. Su dirección del 2149 propiamente tal ha sido de una tienda de lámparas, y parte de lo que era el sector posterior hoy es utilizado como estacionamientos. En el vecino espacio del 2135 ya tenía casa otro mítico y antiguo boliche del barrio Matadero: El Parrón, restaurante, bar y fuente de soda famosa por sus prietas con nueces, arrollados, conejo escabechado y cazuelas. ♣

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