Aviso inaugural de la Hostería La Nave en febrero de 1946, en el diario "La Nación".
La Hostería La Nave fue inaugurada el jueves 21 de febrero de 1946 por la sociedad propietaria Mazzino y Chiappe, en la dirección de avenida Rondizzoni 2106 esquina con Beauchef, cerca del ex Vivero Municipal y en la esquina opuesta a la del popular Parqueo Cousiño, actual Parque O'Higgins. Era un barrio que reunía varias otras atracciones culinarias y bohemias, como El Rancho Grande de la misma avenida casi esquina Álamos, La Ermita de avenida Viel, el Mervilles junto al Club Hípico y el cercano Teatro Cousiño, entre varios casos más.
Para acoger la negocio, se reacondicionó y ocupó un espacioso inmueble de esquina con patios que también fueron implementados como comedores con pérgolas. Esta casona, hasta hacía algunos años, había sido ocupada por la Quinta Anita, otro célebre centro culinario del barrio y de la vida social de Santiago en los años treinta, a la que ya dedicamos una entrada anterior de texto y su intensa actividad. Ahora, el nuevo negocio allí instalado usaba como logotipo el icono de un ancla almirantazgo y luego un galeón o carabela, proclamando eslóganes alegres para el enganche, tales como "El moderno y elegante recinto de la sociedad santiaguina" y "En el mar de la noche".
Una nota del diario "La Nación" publicada el primer domingo después de la exitosa y concurrida inauguración, decía celebrando la apertura del nuevo restaurante, describiendo también su aspecto:
Dicha Hostería está espléndidamente bien ubicada, ya que dista poca distancia del corazón de la capital y tiene una movilización urbana rápida y continuada.
El edificio mismo tiene un amplio y hermoso comedor con capacidad para 600 personas y servirá especialmente para celebrar en él grandes banquetes. Está construido en forma de una gran pérgola y se ha consultado toda clase de comodidades para el "habitué", de tal manera que es una verdadera novedad en su género.
Complemento del comedor es la gran pista de baile con una capacidad superior a 200 personas, que tanto en verano como en invierno seguramente será el "rendez-vous" de los círculos distinguidos de Santiago.
(...) Cincundando la gran pista de baile y el comedor central, esta Hostería dispone de pequeñas pérgolas o reservados, que por su diseño y comodidad presentan original aspecto.
Desde aquella apertura la hostería permanecía abierta de día y noche, con carta, almuerzo, once, comida y cena de amanecida, además de los servicios de banquetes que eran solicitados prácticamente sin pausa para manifestaciones y reuniones de varios personajes e instituciones.
Partió tocando allí la Orquesta de Saint George, conocida agrupación musical de la bohemia de esos años con una sección de jazz y otra típica, alternando estilos entre los horarios estelares y de bailables. Destacaba en la voz de la agrupación el cantante Capdevilla. Un tiempo después, llegó al mismo local la Orquesta Típica de Cachito, destacado bandoneonista argentino, mientras que el jazz siguió a cargo de la Saint George del maestro Moraga.
Esquina de Rondizzoni con calle Polígono, actual Pérez Freire, enfrente del parque. Vista hacia el poniente, a Beauchef, hacia donde se ubicaron después la Quinta Anita y después la Hostería La Nave. Imagen de los archivos fotográficos de Chilectra, fechada el 12 de enero de 1924.
El salón y la pérgola de la Hostería La Nave cuando acababa de ser inaugurada en febrero de 1946. Imágenes publicadas en el diario "La Nación".
El entonces famoso patio con pérgola de la Hostería La Nave, en otra imagen de prensa de 1946.
Aviso de la hostería a fines de 1946, en el diario "La Nación".
El personal contratado por la sociedad del restaurante pasaba por rigurosos procesos de selección y capacitación, pues debían atender de manera satisfactoria a un exigente público de elite al que apuntaba el negocio. En tanto, el jefe de la cocina era uno de los mejores chefs de Santiago, según aseguraba a los reporteros el señor Chiappe. La cocina a la carta incluía platos refinados, reparaciones típicas y especialidades en langostas y mariscos, muy características de las cenas de Navidad y Año Nuevo. Los mariscos frescos siempre figuraron entre sus principales ofertas para el público, de hecho.
Los propietarios pusieron especial atención también en la calidad de los números que llevaban al establecimiento, ya en sus horarios de boîte. La pérgola sirvió especialmente para las temporadas iniciadas en primavera, tocando allí el cantante argentino en Raúl Garcez en 1946, por ejemplo. Resultaron ser programas atractivos también para la comunidad italiana en Santiago, algo derivado del origen de los dueños y el mismo de muchos artistas que llevaron hasta el establecimiento. Otros visitantes frecuentes de sus comedores y banquetes reservados fueron los apostadores hípicos, ciclistas del parque, miembros de clubes como el Defensores de Chile, periodistas, abogados y deportistas de varias disciplinas.
Para el año 1950, la música estaba encargada a la Orquesta Típica de Mario Álvarez, con el cantante Enrique Romero en la voz, y la Orquesta de Jack Brown para los bailables, con su lady crooner Carmen Palma. Hacia octubre y noviembre del mismo año se presentaba un intenso listado artístico con la dirección del cantante Roberto Díaz y "sus tangos de vieja guardia". Debutaba en esos meses el conjunto musical italiano Melodías de Italia, compartiendo cartelera con el cantante nacional Carlos Corsy, la vedette Nancy Santander y la cantante melódica Lina Román, quien venía de una temporada en Panamá. Hubo concursos de disfraces por entonces, además.
También estuvieron en La Nave durante esos tiempos Wilfredo Fernández, conocido como "La voz romántica de Cuba", el humorista chileno Alejandro Lira, la vedette Nora González, la comedia chilena del Dúo Internacional, la cantante melódica Carmen Palma, en chileno Raúl Gardy y la cantante argentina Elder Barbero, artista de la Radio Belgrano de Buenos Aires y quien había sido poco antes lady crooner de la Orquesta de Efraín Orozco. Gran atención provocó también la actriz y bailarina italiana Mariuccia Dominiani, debutando allí durante la noche del sábado 10 de octubre, tras una estupenda pasada por los clubes y boîtes de Lima.
Un banquete en la Hostería La Nave, ejemplo de la mucha vida social que se hacía en su espacio. Nota publicada por el diario "La Nación" en las Fiestas Patrias de 1948.
Avisos de La Nave en 1950, en el periódico "Las Noticias de Última Hora".
Otro aviso en "Las Noticias de Última Hora", a fines de 1950.
Publicidad de la hostería en "Las Noticias de Última Hora", en 1960.
A la cartelera principal con los rostros de Fernández y Barbero se sumó el joven cantante italiano Guido Conte, durante el show de la fiesta con cena de Pascua de Navidad organizada poco después. Pasó por esos días de celebración también el número de magia e ilusionismo del artista peruano-argentino Richard Suey, acompañado por su partenaire Mary Weller. El correspondiente festín de Nochebuena, en tanto, tuvo como platillos bocado primavera langosta, crema diplomática, espárragos a la parmesana, filete mignon chamar, copa Carmen de postre y café, todo por $300.
Sin embargo, la crisis económica de los años cincuenta parece haber afectado al negocio, como sucedió también a varios de su generación. Lo seguro es que la sociedad propietaria puso en venta a la Hostería La Nave hacia fines de 1958, ofreciendo con facilidades sus "amplios comedores, pista de baile, regia casa habitación, contrato, bajo arriendo". El establecimiento logró sobrevivir a estos cambios de dirección y propiedad, sin embargo, siguiendo en actividades al comenzar la nueva década.
Durante el nuevo y último período de vida, la Hostería La Nave había modernizado su presentación y hasta parte de su imagen de marca, aunque presentándose aún como bar-restaurante y boîte. Seguía poniendo acento a las presentaciones artísticas, que ahora incluirían al dúo de canto italiano Artemisia y Miranda, quienes habían estado años antes en la boîte La Quintrala de calle Agustinas y, hasta hacía muy poco, también en la parrilla del Casino de Viña del Mar.
A inicios de 1960, se presentaban también la cantante criolla Aída Salas y el grupo folclórico internacional Trío Víctor. Todavía tocaba en los bailables de la casa la Orquesta Típica de Cachito, debutando en esa temporada Carlos del Moral como cantante. La segunda agrupación musical estable era la Orquesta de Jazz de Mike Florenz, afamado saxofonista de la escena nocturna con notables apariciones en otros núcleos recreativos como la Hostería La Montaña y el Teatro Coliseo. Álvarez también se asomaba con sus músicos por la cartelera de La Nave, en aquel entonces.
Sin embargo, la nueva década había traído otras dificultades a la actividad nocturna y la diversión, en lo que era ya la última etapa de los treinta años dorados de luces y marquesinas en la bohemia de Santiago. La Hostería La Nave desapareció del lugar y también su antiguo inmueble, reemplazado desde hace tiempo ya por un edificio comercial moderno y de galpones usado para ventas automotrices. ♣
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