Aviso de la Quinta de Recreo Asturias en el periódico "Las Noticias de Última Hora", año 1946.
Famosa hacia los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, la Quinta de Recreo Asturias se encontraba en la dirección de avenida Ossa 1211, en lo que era entonces la comuna de Ñuñoa. Hubo un momento en que todos la reconocían y ubicaban allí, llegando al actual cruce con avenida Tobalaba y el canal San Carlos, en lo que ya es parte del territorio de La Reina... Sin embargo, su vida había comenzado un poco antes y con otra denominación, digamos que más imperial.
Aquel amplio terreno había sido antes de otro centro culinario
y de diversiones similar, además de muy famoso hasta los años treinta: el Hotel Quinta Roma. Este lugar tenía árboles frutales, frutillares, guindales y jardines florales, disponiendo de
comedores abiertos y en salas, todos con innumerables
mesas, y de un espacio propio para las presentaciones artísticas en cartelera. Su
dirección inicial era en Ossa 877 previa a la corrección numérica de esta avenida. Además, Ossa se fundía o desembocaba por entonces en el camino de Tobalaba hacia la altura de Los Guindos, antes de ser prolongada más allá del canal, razón por la que era llamada también Tobalaba. La quinta estaba justo al centro del triángulo de cuadras que aún se distingue entre esta última vía, Ossa y la avenida Echeñique más al sur.
Propiedad de la Sucesión Lantermo y arrendada por el empresario Juan B. Torres Garrido, este primer centro de actividad gastronómica y social destacaba como una suerte de club campestre o centro recreativo de intensa actividad, Fueron cosa constante en su agenda de reservaciones los encuentros gremiales y de camaradería, desde pocos años después del Centenario Nacional.
Alcanzaron a conocer la Quinta Roma escritores Daniel de la Vega, mencionándola en sus "Confesiones imperdonables". También Enrique Lafourcade, quien anota el testimonio de que era un lugar "donde en años mozos bailaba con asesoras del hogar", en su libro "El veraneo y otros horrores". Agrega Hernán Rodríguez Villegas en "Fotógrafos en Chile 1900-1950" que, hacia 1920, hubo un fotógrafo concesionario de apellido Aldana en la quinta, quien realizaba retratos grupales en el lugar, trabajando después como reportero gráfico de "Las Últimas Noticias".
En "Los viejos tranvías se van", Ramón Lira Lira recuerda algo también sobre la tragedia del joven poeta Hugo Donoso, de sólo 18 años, sucedida en las puertas de la quinta el 2 de septiembre de 1917 al chocar con un carro del ferrocarril urbano:
Una noche, yendo en su auto en que se dirigía hacia una comida Hugo Donoso, acompañado con otros amigos, al entrar a la Quinta Roma de Avenida Tobalaba, fue chocado el auto por el carro 116 de la línea 3, causando la muerte de 3 personas. Murió ahí Hugo Donoso y dos señoritas de la comitiva. Ahí, prosaicamente, tuvo su fin el malogrado muchacho que derramó su talento con gracia en corta vida.
Agrega que a los funerales seguiría "un duelo casi
oficial en Santiago", acudiendo a la despedida "todo lo mejor de la
intelectualidad que había en la capital, numeroso público y estudiantes".
Así de querido se había vuelto el precoz literato que formara parte de la primera generación de hombres de letras que fueron fieles parroquianos de la Quinta Roma.
Pueden rastrearse hechos interesantes en el mismo sitio y período, ciertamente. En 1921, por ejemplo, la administración estaba solicitando cocineras en avisos de empleo. Después, sería lugar de eventos como el aniversario de la Sociedad Gremio de Abasto, llevado a efectos el jueves 28 de febrero de 1929. El domingo 21 de noviembre del año siguiente correspondieron honores allí al escritor y cronista José Rafael Carranza, al tomarse un descanso concedido por el gobierno luego de haber llevado adelante labores a favor de las clases obreras, desde que había iniciado su vida como periodista hacía 30 años.
Con tal clase de actividades, fuesen obreras o más copetudas, se deduce que la presencia de autoridades y personajes ilustres era cosa frecuente en las salas y patios del recinto. Esto se mantendría por años en sus cuarteles de la dirección ya ajustada a Ossa 1211 en los años treinta, "más acá del canal" como anotara Benito Salazar Orellana en sus relatos trasladados a las "Memorias de un peón-gañán", padre del historiador Gabriel Salazar quien compiló y editó la obra.
Ubicación y aviso de la Quinta Roma en el "Plano de Providencia, Ñuñoa y Los Guindos" de Diógenes Valenzuela Olivos, publicado en 1923. La misma dirección del 877 fue corregida después al 1211.
Imágenes de la reunión de la Confederación General de Colonias Agrícolas de Chile del domingo 17 de febrero de 1935, publicadas en el diario "La Nación". El gran encuentro se realizó cuando el restaurante aún era la Quinta Roma. En las imágenes se ven los asistentes, el ministro Luis Mandujano dando un discurso, el secretario jefe de la presidencia Nelson Bravo charlando con una dirigente y ambos posando con dos parlamentarios en otra foto.
Imagen del acceso a la Chacra Tobalaba por el camino del mismo nombre con calle La Cañada, hacia 1940, vista el dirección al oriente. Así era el paisaje rural de aquellos barrios, a la sazón. Fuente imagen: grupo FB Fotos Históricas de Chile.
Entre otros grupos que eligieron a la Quinta Roma para su quehacer social también estuvo la Sociedad de Comerciantes e Industriales de Providencia, con almuerzos de aniversario como el realizado en noviembre de 1934; y la Confederación General de Colonias Agrícolas de Chile, con una reunión hacia mediados de febrero de 1935, desplegada en honor del ministro de tierras y colonización, don Luis Mandujano Tobar. Lo propio hacían, hacia fines de año, los militantes demócratas: celebraban los aniversarios del partido con grandes comidas, discursos y regados brindis. Los artilleros, en cambio, acudieron al lugar a propósito de la fiesta de su patrona, Santa Bárbara, también por esos días.
Tiempo después, tenía lugar allí un banquete diurno del Sindicato Patronal de Peluqueros, también por su aniversario celebrado en junio de 1936. Posteriormente, el filántropo español Francisco Gutiérrez Alba fue celebrado en el lugar por haber recibido la condecoración de la Medalla al Mérito del supremo gobierno, en diciembre. Y ya hacia los últimos tiempos de la Quinta Roma conservando este nombre, se efectuó otro homenaje y banquete para los asistentes a la Convención Nacional del Comercio e Industria Minorista, la que se había realizado en el Teatro Municipal hacia fines de noviembre de 1939.
La Quinta Roma reinó en el lugar manteniendo este nombre y enorme actividad hasta 1940, aunque llama la atención el que ya destacara, desde el año anterior, otro establecimiento del mismo nombre en la dirección de Gran Avenida 2547, por el sector de El Llano. Una quinta más tomaría el nombre del Roma, entonces, activa aún en los años cincuenta.
Con el cambio de dirección y título aparecerá ahora en las páginas sociales la Quinta de Recreo Asturias, clavando su bandera de conquista en el mismo triángulo entre Ossa y Tobalaba. Comenzó con ella un nuevo período de atracciones bohemias para esos sosegados barrios en crecimiento, aunque Hernán Millas recordara una vez, en un artículo para el diario "La Época" de 1996, que esta era Quinta de los Viejitos en el mote popular, pues iban a bailar vals principalmente parejas de edad.
Por permanecer allí, casi en los contornos de la urbanización santiaguina en el sector de Los Guindos, la Quinta Asturias se mantuvo como uno de los principales puntos de espectáculos y recreación más al oriente de la capital de esos años, sumándose otros casos como la Quinta de Recreo Venecia, que también estaba por el camino de Tobalaba, la Quinta de Recreo Tobalaba en el 1800 de esta misma calle y el clásico restaurante Santa Nicolasa de Apoquindo, mucho más cerca de las faldas cordilleranas. Eran manzanas en donde existieron alguna vez antiguos y enormes haciendas de la periferia santiaguina, las que han dejado varios topónimos aún vigentes en el plano actual de avenidas y calles, además de extenderse desde ellas ese aire un tanto rural o campesino que se mantuvo también en el negocio de las quintas.
En otro aspecto, la circulación de carros del servicio de tranvías y luego trolebuses durante toda la noche, además de microbuses que después dejaban a la clientela prácticamente a la puerta en los cuarenta, fueron factores que facilitaron mucho la popularidad de aquel sitio en donde no faltaban folclore, música y fiesta. De esta comodidad para llegar o marcharse hacía énfasis en su publicidad impresa del Asturias, de hecho. Siempre exaltó también su carácter familiar, invitando a todos por igual hasta sus salas y comedores.
En los masivos bailables de la Quinta de Recreo Asturias se presentaban dos conjuntos: la Orquesta de Buddy del Moral, encargada del ritmo de jazz, y la Orquesta Típica Río Platense, con cancioneros argentinos que incluían tangos y milongas. La primera tenía por cantante melódico a Manuel de Rocca, mientras que la segunda, dirigida por el maestro M. Rebolledo, dejaba a Tino Manzi en el micrófono, además de lucir a un reputado músico llamado Gonzalito en el primer bandoneón. Estas agrupaciones musicales comenzaban a tocar en el lugar a partir de las 16 horas. Las cuatro grandes pistas de baile del recinto a veces se llenaban por completo en tales sesiones.
Además de los almuerzos y veladas con artistas en vivo, la Quinta Asturias mantuvo su rol como centro de reuniones de varios gremios y organismos que hicieron allí celebraciones, banquetes y homenajes, siguiendo con la tradición de la anterior Quinta Roma. Entre muchos otros, estuvieron en tales manifestaciones otra vez los grupos de escritores, autores teatrales, miembros de círculos de crónica deportiva, empleados de empresas como la Standard Oil Co. y funcionarios de diferentes servicios públicos. Las grandes proporciones del local permitían recibir una cantidad consistente de comensales al mismo tiempo, y sus patios de frondosos árboles servían como extensión del ambiente de sus salones durante las temporadas más cálidas.
Artistas, escultores e intelectuales chilenos rindieron homenaje en el lugar al pintor e historiador del arte norteamericano Stanton Catlin, quien iba a especializarse ante la mirada académica mundial en el tema de las artes en Iberoamérica. Catlin había llegado al país para enseñar la cátedra de Historia del Arte en la Universidad de Chile, además de haber sido comisario del Salón de Pintura Contemporánea de los Estados Unidos que se montó en Santiago por cerca de un mes, recibiendo esta manifestación en su honor ya terminada la exhibición. Fue un multitudinario almuerzo realizado en el Asturias a partir de las 13 horas del miércoles 8 de octubre de 1941.
Comedores de la Quinta de Recreo Asturias, llenos durante una manifestación de los empleados de Correos de Chile. Fuente imagen: diario "La Nación" de marzo de 1942.
Aviso para las celebraciones del Año Nuevo 1947 en la Quinta de Recreo Asturias, publicado en "Las Noticias de Última Hora".
Aviso de la Quinta Asturias en la publicación "Ñuñoa" de abril de 1953, gaceta del aniversario 58° de la comuna.
Otra de las celebraciones colectivas que se registran en la quinta tuvo lugar entre la grata sombra de sus árboles al mediodía del domingo 8 de marzo de 1942, cuando los empleados de Correos y Telégrafos de Chile organizaron un concurrido almuerzo seguido de bailes, con unas 500 personas presentes, en agradecimiento al gobierno, los parlamentarios y la prensa por la aprobación de una ley que aumentaba sus remuneraciones. Al encuentro asistieron varias autoridades: el ministro de interior Alfredo Rosende, el director de correos y telégrafos Raúl Juliet Gómez; el entonces diputado radical y gran defensor de la soberanía chilena Exequiel González Madariaga; y su colega de cámara Bernardo Ibáñez, entre otros. Hubo también representantes de los periódicos "El Mercurio", "La Nación", "La Opinión", "El Siglo" y "El Diario Ilustrado".
Poco después, tocó ocasión al evento del Sindicato Profesional de Dueños de Carnicerías de Santiago, los mismos abastecedores de la gran cantidad de carne que allí iba a parar a las parrillas y otras preparaciones de la cocina, quienes se venían reuniendo en Tobalaba desde sus tiempos en que era la Quinta Roma. Aquí realizaron, por ejemplo, un gran banquete a la chilena y un baile familiar a partir de horas de la tarde del domingo 29 de marzo de 1942, a propósito de su 11° aniversario. El encuentro sirvió para manifestarse también contra la campaña de instalación de frigoríficos por parte de firmas extranjeras, criticando lo que definían como un monopolio de la Corporación de la Carne y la limitación de las patentes, además de expresarse sobre asuntos relativos a las reglamentaciones, horarios y ubicación de estos negocios en Santiago.
El poeta Pablo Neruda, por su parte, recibió un almuerzo en su honor en la misma quinta el miércoles 8 de diciembre de 1943, luego de un acto homenaje realizado en el Teatro Municipal por la Alianza de Intelectuales de Chile, ocasión en la que el vate había dictado una conferencia titulada "Viaje alrededor de mi poesía". No fue la única vez que él y sus correligionarios estuvieron allí, pues hubo otro encuentro al que acudió con el también escritor español Rafael Alberti y su esposa María Teresa León de visita en Chile: fue el domingo 25 de noviembre de 1945, nuevamente con un almuerzo de la Alianza de Intelectuales y representantes de la izquierda chilena.
El Club Radical también realizó un homenaje en el Asturias para su camarada ex ministro y futuro diputado Arturo Olvarría Bravo, el sábado 11 de diciembre de 1943. Y el Partido Democrático, por su lado, tuvo allí encuentros como el banquete con celebración del domingo 30 de abril de 1944 para su militante Alfonso Trejo Núñez, quien había sido elegido candidato del partido en la comuna de Ñuñoa en ese momento. Trejo fue elegido alcalde unos años después, cuando la ubicación de la Quinta de Recreo Asturias aún pertenecía a aquella comuna y faltaba para que se creara la de La Reina. Y, en 1945, la Asociación de Comerciantes de Calzado de Santiago pudo meter 250 personas cómodamente en aquellas mesas, celebrando un almuerzo para el aniversario del organismo, a inicios de diciembre.
Las mencionadas orquestas de De Rocca y Del Moral estuvieron también en una gran fiesta del Año Nuevo 1947 realizada por la Quinta Asturias. Este festejo contó con números de calidad liderados por el dúo de canto popular Los Sureños. Hubo varias otras fiestas parecidas en la quinta relacionadas con fechas de Navidad y Fiestas Patrias, por lo demás. Varios gremios, como el de los Viajantes de Chile, aún la tenían como lugar de banquetes y celebraciones hacia fines de ese mismo año.
Otro artista destacado de aquella temporada había sido también el showman, imitador y cantante radial Ricardo Pimentel, uruguayo de nacimiento pero residente en Venezuela, quien solía divertir con sus caracterizaciones tipo Groucho Marx, así como la de un hilarante personaje llamado el Soldado Papa Frita, o bien imitando a Carlos Gardel. Con cerca de 30 años a la sazón, el paso de este humorista y cantor por la Quinta de Recreo Asturias en 1946 fue considerado todo un éxito, a pesar de la poca generosidad que ha tenido la posterior memoria artística para con su recuerdo.
Todavía en la década del cincuenta aparecían avisos en donde el Asturias aseguraba ser "la más cómoda y mejor quinta de la capital", prometiendo a la clientela que serían atendidos por su propio dueño. Para el año 1953, además, ofrecía atracciones especiales todos los domingos.
La Quinta de Recreo Asturias siguió funcionando y atrayendo público hasta aquellos lares por unos años más, mientras el entorno de los vecindarios iba cambiando notoriamente con la expansión del Gran Santiago, llevándose completa a la época de la que provenía el establecimiento. El que había sido su amplio terreno con patios, pistas y quinchos hoy está diluido en el plano de referentes urbanos, especialmente entre el que pertenece al Colegio Teresiano Enrique del Ossó, construido allí a partir de 1964 y vecino del Colegio De La Salle. ♣
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