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VIDA SOCIAL, POLÍTICA E INTELECTUALIDAD EN LA QUINTA DE RECREO ROMA

La Quinta Roma en la revista "Corre Vuela", marzo de 1909. Fiesta ofrecida al señor Ricardo Pérez Cangas por sus compatriotas españoles residentes en Santiago.

Famosa hacia los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, la llamada Quinta de Recreo Asturias se encontraba en la dirección de avenida Ossa 1211, en lo que era entonces la comuna de Ñuñoa. Hubo un momento en que todos la reconocían y ubicaban allí, llegando al actual cruce con avenida Tobalaba y el canal San Carlos, en lo que ya es parte del territorio de La Reina... Sin embargo, su vida había comenzado un poco antes y con otra denominación, digamos que más imperial: la Quinta Roma.

En efecto, aquel amplio terreno ya había sido antes de otro centro culinario y de diversiones muy similar, además de muy célebre hasta fines de los años treinta: el Hotel Quinta Roma o Quinta de Recreo Roma. A principios del siglo XX, este lugar tenía árboles frutales, frutillares, guindales y jardines florales, disponiendo de comedores abiertos y en salas, todos con innumerables mesas, y de un espacio propio para las presentaciones artísticas en cartelera. Su dirección inicial era en Ossa 877 previa a la corrección numérica de esta avenida. Además, Ossa se fundía o desembocaba por entonces en el camino de Tobalaba hacia la altura de Los Guindos, antes de ser prolongada más allá del canal, razón por la que la vía de marras era llamada también Tobalaba. La quinta estaba justo al centro del triángulo de cuadras que aún se distingue entre esta última vía, Ossa y la avenida Echeñique más al sur.

Propiedad de la Sucesión Lantermo y arrendada por el empresario Juan B. Torres Garrido, este primer centro de actividad gastronómica y social del lugar destacaba como una suerte de club campestre o centro recreativo de intensa actividad. Desde poco antes del Primer Centenario Nacional, fueron cosa constante en su agenda de reservaciones los encuentros gremiales y de camaradería, desde pocos años después del Centenario Nacional, además de manifestaciones y homenajes.

Alcanzaron a conocer la Quinta Roma escritores como Daniel de la Vega, mencionándola por esto en sus "Confesiones imperdonables". También la vio siendo un chiquillo Enrique Lafourcade, quien anota el testimonio de que era un lugar "donde en años mozos bailaba con asesoras del hogar", en su libro "El veraneo y otros horrores". Pobre del joven cuya familia descubriera que anduvo merodeando aquel lugar, sin embargo, porque se lo tenía por sitio de recreación exclusivamente adulta en sus horas de bohemia, pese a no ser un sitio de escándalos.

Por su lado, agrega Hernán Rodríguez Villegas en "Fotógrafos en Chile 1900-1950" que, hacia 1920, hubo un concesionario de apellido Aldana en la quinta, quien realizaba retratos fotográficos grupales en el lugar, trabajando después como reportero gráfico de "Las Últimas Noticias". Muchas de las imágenes de las celebraciones y encuentros que quedaron del lugar quizá pasaron por su lente, suponemos.

En "Los viejos tranvías se van", Ramón Lira Lira recuerda algo también sobre la tragedia del joven poeta Hugo Donoso, de sólo 18 años, sucedida en las puertas de la quinta. Este grave episodio tuvo lugar el domingo 2 de septiembre de 1917, al chocar con un carro del ferrocarril urbano:

Una noche, yendo en su auto en que se dirigía hacia una comida Hugo Donoso, acompañado con otros amigos, al entrar a la Quinta Roma de Avenida Tobalaba, fue chocado el auto por el carro 116 de la línea 3, causando la muerte de 3 personas. Murió ahí Hugo Donoso y dos señoritas de la comitiva. Ahí, prosaicamente, tuvo su fin el malogrado muchacho que derramó su talento con gracia en corta vida.

Agrega el autor que a los funerales seguiría "un duelo casi oficial en Santiago", acudiendo a la despedida "todo lo mejor de la intelectualidad que había en la capital, numeroso público y estudiantes". Así de querido se había vuelto el precoz literato que formara parte de la primera generación de hombres de letras que fueron fieles parroquianos de la Quinta Roma. De seguro hubo muchos brindis en su recuerdo por parte de colegas y amigos en el mismo lugar.

Pueden rastrearse hechos interesantes en el mismo sitio y período, ciertamente. En 1921, por ejemplo, la administración estaba solicitando nuevas cocineras para su equipo, en avisos de empleos. Después, sería lugar de eventos particulares como el aniversario de la Sociedad Gremio de Abasto, llevado a efectos el jueves 28 de febrero de 1929. El domingo 21 de noviembre del año siguiente correspondieron los honores allí para el escritor y cronista José Rafael Carranza, al tomarse un descanso concedido por el gobierno luego de haber llevado adelante labores a favor de las clases obreras, desde que había iniciado su vida como periodista hacía 30 años.

Ubicación y aviso de la Quinta Roma en el "Plano de Providencia, Ñuñoa y Los Guindos" de Diógenes Valenzuela Olivos, publicado en 1923. La misma dirección del 877 fue corregida después al 1211.

Imágenes de la reunión de la Confederación General de Colonias Agrícolas de Chile del domingo 17 de febrero de 1935, publicadas en el diario "La Nación". El gran encuentro se realizó cuando el restaurante aún era la Quinta Roma. En las imágenes se ven los asistentes, el ministro Luis Mandujano dando un discurso, el secretario jefe de la presidencia Nelson Bravo charlando con una dirigente y ambos posando con dos parlamentarios en otra foto.

Imagen del acceso a la Chacra Tobalaba por el camino del mismo nombre con calle La Cañada, hacia 1940, vista el dirección al oriente. Así era el paisaje rural de aquellos barrios, a la sazón. Fuente imagen: grupo FB Fotos Históricas de Chile.

Aspecto del edificio principal y los comedores exteriores de la quinta de recreo cuando ya era la Asturias, hacia 1940.

Aviso de la quinta cuando ya había dejado de ser la Roma y asumía el nuevo nombre de Asturias, en "Las Últimas Noticias" del  sábado 21 de diciembre de 1940.

Con semejante clase de actividades en sus agendas, fuesen estas obreras o más copetudas, se deduce que la presencia de autoridades y personajes ilustres debió ser cosa frecuente en las salas y los extensos patios del recinto. Esto se mantendría por años en sus cuarteles de la dirección ya ajustada a Ossa 1211 en los años treinta, de hecho, "más acá del canal" según lo que anotara Benito Salazar Orellana en sus relatos trasladados a las "Memorias de un peón-gañán", padre del historiador Gabriel Salazar quien compiló y editó la obra.

Entre otros muchos grupos que eligieron a la Quinta Roma para su quehacer social  de aquel período también estuvo la Sociedad de Comerciantes e Industriales de Providencia, con almuerzos de aniversario como el realizado en noviembre de 1934; y la Confederación General de Colonias Agrícolas de Chile, con una reunión hacia mediados de febrero de 1935, desplegada en honor del ministro de tierras y colonización, don Luis Mandujano Tobar. Lo propio hacían, hacia fines de año, los militantes demócratas: celebraban los aniversarios del partido con grandes comidas, discursos y regados brindis. Los artilleros, en cambio, acudieron al lugar a propósito de la fiesta de su patrona, Santa Bárbara, también por esos años.

Un tiempo después, tenía lugar en la quinta romana un banquete diurno del Sindicato Patronal de Peluqueros, también por su aniversario celebrado en junio de 1936. Posteriormente, el filántropo español Francisco Gutiérrez Alba fue celebrado en el lugar por haber recibido la condecoración de la Medalla al Mérito del supremo gobierno, en diciembre. La actividad es enorme, incluso remitiéndonos sólo a la que quedó en registros de la prensa de entonces.

Ya hacia los últimos tiempos de la Quinta Roma y conservando aún este nombre, se efectuó otro homenaje y banquete para los asistentes a la Convención Nacional del Comercio e Industria Minorista, Este último evento se había realizado en el Teatro Municipal, hacia fines de noviembre de 1939. Sospechamos que era ya de los últimos encuentros elegantes, de importancia y alto perfil que tuvieron lugar allí.

La Quinta Roma reinó en el lugar por unos cuarenta años, manteniendo este nombre y su enorme dinamismo profesional. Así fue hasta 1940, cuando abandona la hermosa quinta con árboles y glorietas. Sin embargo, llama la atención el que ya destacara, desde el año anterior, otro establecimiento del mismo nombre en la dirección de Gran Avenida 2547, por el sector de El Llano. Una quinta más tomaría el nombre del Roma, entonces, activa aún en los años cincuenta, aunque ajena a los encantos arrabaleros que quedaban en los barrios de Tobalaba.

Su sucesor en aquella propiedad de avenida Tobalaba 1211 sería la mencionada Quinta Asturias, entonces, otro de los más recordados hitos de la diversión popular y refinada en Santiago oriente. Dedicaremos algún futuro artículo a este histórico sitio que se sitúa también en los peldaños más altos de la bohemia nacional de la época. ♣

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