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QUINTA CASINO VALPARAÍSO: BOHEMIA Y DIVERSIÓN EN LOS GUINDOS

La Quinta Casino Valparaíso en los avisos del periódico "Las Noticias de Última Hora", hacia fines de 1944.

Hasta buena parte de los años cincuenta, el amplio sector de Tobalaba entre la Plaza Egaña y el Prince of Wales Country Club se encontraba en lo que eran las márgenes de la ciudad de Santiago, pero a pesar de esto era capaz de atraer a muchos aventureros nocturnos con las varias quintas de recreo que había por aquellos parajes: la Roma, seguida de la Asturias, la Venecia y la Tobalaba, entre otras. Tan importante era este barrio arrabalero para las diversiones que decían quedó dentro de los circuitos de tranvías y microbuses del Gran Santiago por la misma razón, pues faltaba todavía para la extraordinaria urbanización que hoy vemos en esas cuadras.

Una de aquellas atracciones de Tobalaba era la Quinta Casino Valparaíso, ubicada en avenida Ossa 591, entre calles Bolívar y Dr. Genero Benavides del sector Los Guindos, en lo que actualmente es la continuación de la Circunvalación Américo Vespucio hacia el norte en la comuna de La Reina. En este lugar, por el costado oriente de Ossa, existe ahora un grupo de locales comerciales y un gran taller automotriz, vecinos a un terreno al que llegaría a instalarse también el templo de la Parroquia la Navidad del Señor, creada en los cuarenta.

La quinta con restaurante, bar, centro de eventos y boîte pertenecía la sociedad Rubio y Tricio y completaría una cantidad de buenos años de actividades recreativas en la misma dirección, atendida por sus propios dueños. En 1932, por ejemplo, inauguraba la temporada de primavera-verano durante las fiestas de septiembre, con iluminación "de estilo japonés" en sus bailables y presentaciones de la Orquesta Típica Argentina, dirigida por el bandoneonísta argentino Pedro Martínez. La quinta ofrecía también servicio a la carta, reservaciones de banquetes, disponibilidad como centro de eventos o de reuniones institucionales y un gran surtido de licores nacionales e importados. En su patio, para la señalada temporada estival, se recomendaban además los kioscos o cenadores, especialmente para familias.

Al igual que las otras atracciones del barrio Los Guindos, la Quinta Casino Valparaíso iría adoptando un aire campesino y folclórico en su propuesta, algo que era visible en la ornamentación y el estilo formal del mismo establecimiento, con salas y mesas de patio en el terreno de los antiguos fundos de Tobalaba. "Un ambiente de campo en plena ciudad", prometía por entonces. Disponía de sus comedores con música en vivo y organizaba celebraciones especiales en los períodos de fiestas del calendario, a veces ofreciendo cócteles gratuitos al público como enganche. Una orquesta típica y otra de jazz sonaban allí en los años de la Segunda Guerra Mundial, y los grandes bailables iban sábado y domingo. Se podía llegar en el transporte colectivo de micros y carros del tranvía, como hemos dicho: paraban cada tres minutos en las puertas de la quinta.

Ya en su época dorada de los cuarenta, cuando fue conocida por jóvenes cronistas como Olvaldo Rakatán Muñoz y Enrique Lafourcade, la quinta tenía reclutado al cantante chileno Víctor Nadal, quien era también director de la orquesta de jazz y también letrista-compositor. Aunque parece haber sido una estrella con desempeño un tanto fluctuante y quien se apartó bastante de las luces de candilejas antes de lo merecido, Nadal trabajó con el compositor Manuel Gaete en la producción de trabajos como el vals "Recordando el pasado" y el foxblue "Santiago Nocturno". Este último decía en su alegre letra, que parece un homenaje también a la perdida vida nocturna capitalina de entonces:

Santiago es la ciudad de la alegría
sus mujeres son más lindas que un sol
que alumbran con sus ojos más que el día
y tientan con su suave resplandor.

Cuando salgo de noche con mi nena
gozo de una felicidad
Santiago es la ciudad
donde Ud. bailará
al ritmo de una orquesta
de una boite (buat).

En la misma época, para las fiestas de Navidad de 1944 y el siguiente Año Nuevo, la Quinta Casino Valparaíso ofrecía a su público las presentaciones de Nadal acompañadas de "chayas, serpentinas y flores", junto con números de variedades que incluían a Los Huasos de Puente Alto, popular dúo folclórico también estable en la cartelera artística de la casa y que, durante ese mismo año, había tenido una tremenda presentación junto a varios otros artistas en el Estadio Nacional en abril, a propósito del masivo acto de la Fiesta de la Uva Chilena y la proclamación de la reina de la temporada, Su Majestad Eliana I.

Publicidad de la quinta en "Las Noticias de Última Hora", diciembre de 1944. Imágenes del cantante y director del orquesta Víctor Nadal y del dúo folclórico Los Huasos de Puente Alto.

Partituras del foxblue "Santiago Nocturno", cuyos autores eran Manuel Gaete y Víctor Nadal, este último estrella estable de la Quinta Casino Valparaíso.

Quinta Casino Valparaíso en "La Nación", anunciando su reapertura y cambio de dueños en octubre de 1948. Imágenes de Horacio Condal, Pedro Martínez, Enrique Cofré, el Dúo Rey-Silva, Juanita Montes y los hermanos Muñoz.

Anuncio de la misma quinta en el diario "La Nación", febrero de 1949, dando aviso de un campeonato de baile en el establecimiento.

Aquella fiesta navideña contó también con la presencia y voz de Julita Campbell, distinguida cantante lírica de entonces y también relativamente estable en el local, entre otros artistas del ambiente trasnochador. Además, se rifaron entre el público valiosos premios como una ponchera de plata. "Carros 3-6, micros Tobalaba y góndolas Ñuñoa-Vivaceta lo dejarán en puerta", recordaba con majadería la publicidad, además de rematar el manifiesto ofreciendo su cotizado ponche cola de mono, que era la especialidad del negocio en Pascua de Navidad y Año Nuevo.

Para ese año de 1945, el bar y restaurante de avenida Ossa cambia de capitanes: ahora pertenecía a la Sociedad Casino Valparaíso, regentada por el señor José Zúñiga Oliva. La sociedad, inscrita como Castillo y Zúñiga Ltda., se hizo cargo de todos los activos y pasivos en la contabilidad de la firma anterior, por retiro y traspaso efectuado por la señora Juliana Castilla Llorente. En era período la casa era llamada también como quinta La Valparaíso, nombre con el que aparece en las escrituras del cambio de administración.

Cuando la Quinta Casino Valparaíso entró a remate y quedó en manos de una nueva sociedad formada por los hermanos Guillermo y Osvaldo Muñoz Contreras, se realizó una gran reinaguración en la noche del sábado 16 de octubre de 1948. A Artistas connotados llegaban al establecimiento para aquellas fechas, como el maestro Martínez quien seguía presentando allí a su orquesta propia, y el cantante y baterista Enrique Cofré, quien se lucía también con su banda en la que estaba el cantor melódico Horacio Condal. Se sumaban a la constelación la cantante de temas españoles Juanita Montes y la artista penquista Blanquita Sandoval, también cantante.

Las cuecas y tonadas, en tanto, iban a cargo del conocido Dúo Rey-Silva, estrellas de la RCA-Victor y quienes habían comenzado ese mismo año su extraordinaria alianza creativa con el zorzal veguino Mario Catalán Portilla. De tal unión estratégica saldrían piezas inmortales del cancionero popular de cueca chilena, como "Aló, aló". Animaba la quinta en esos momentos el presentador y locutor Fernando Quinteros Baquedano, quien trabajaba ese mismo año en la Hostería Los Tres Mosqueteros de avenida Matta, lugar en donde también se presentaba el Dúo Rey-Silva como parte de las atracciones principales.

Durante las Fiestas Patrias de aquellos años, la quinta convocaba feligreses con sus un programa propio de artistas con especial acento en el tema folclórico, como era esperable. Y si el cola de mono era uno de sus enganches al inicio de cada verano, en septiembre correspondía ofrecer al consumo en el local y para el comercio una chicha con el mismo nombre de establecimiento, de gran prestigio entre los santiaguinos. También realizó concursos especiales y no sólo en las Fiestas Patrias, como fue el Campeonato de Cueca y Boogie-Boggie del primer trimestre de 1949, fiesta que contó con el "astro del canto" Hugo Carreño.

Osvaldo Muñoz asumió la propiedad total poco después y la mantuvo durante los años cincuenta. Perseveró también con los tradicionales sábado y domingo de bailables en la quinta y a dos orquestas, que aún eran célebres en 1953. Fue un período en que la quinta recibió muchas manifestaciones de corte político y partidista, además de clubes y diferentes asociaciones que anunciaban por la prensa sus encuentros allí. Sin embargo, también fue el período en que comenzaría su decadencia o manteniéndose a duras penas por unos años más, según algunos testimonios sobrevivientes, aunque existen otras teorías sobre la razón de su cierre y venta final.

Tras agotar su veta de riqueza recreativa entre la bohemia que buscó cobijo alrededor de la Plaza Egaña, la Quinta Casino Valparaíso dejó el terreno de avenida Ossa y, en su lugar, vinieron otros proyectos. Fue el lugar en donde echó anclas la entonces moderna Serviteca Goodyear, ya en el segundo lustro de los años ochenta. Actualmente, está reemplazada por otro taller mecánico, entre la mencionada parroquia del barrio y una estación gasolinera que hace esquina con la vía Simón Bolívar. ♣

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