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PARRILLADA EL RODEO DE SAN PABLO

Aviso de la Parrillada El Rodeo en "Las Noticias de Última Hora", diciembre de 1946, anunciando la fiesta preparada para el Año Nuevo y la inauguración de su nueva pista de baile.

La historia de Parrillada El Rodeo comienza cuando el local que llegaría a ocupar en calle San Pablo 1860, a metros de avenida Brasil, fue ofrecido en arriendo en avisos de prensa. Esto sucedió hacia mediados de 1940, describiéndolo como un espacio nuevo y apropiado al comercio. Constaba de amplias salas distribuidas en dos pisos, propiedad de don Alberto Prado Riveros. Su ubicación facilitaba la llegada a él a bordo del tranvía y los trolebuses, además, cuyos carriles conectaban con la avenida Matucana entre nudo vial de Mapocho y el de la Estación Central en la Alameda.

Fue entonces cuando llegó al lugar el restaurante Parrillada El Rodeo, con comida típica chilena y perfil popular apropiado a aquellos barrios obreros. Y aunque aparecería ocupando el lugar que había pertenecido antes a una tienda de venta de botas, esas cuadras ya tenían cierta fama de lugar de diversiones, con ejemplos notables y otros no tan luminosos del pasado, como había sido la cantina El Lorito cerca de Cumming, en donde hubo un bullado crimen cerca de 35 años antes.

También era ese un sector conocido de Santiago por el recuerdo que dejara la "pirámide" colonial del gobernador Ambrosio O'Higgins, levantada para celebrar la construcción del Camino Real de San Pablo que conducía hasta Valparaíso, con el obelisco originalmente levantado en el cruce con Brasil, la ex Cañada de Saravia o de Negrete, por donde está hoy una estación gasolinera. Fue uno de los símbolos más conocidos de la ciudad y por largo tiempo.

El Rodeo tenía por referencia espacial la prefectura de Carabineros de Chile que después se destinó a temas de tránsito, la que estaba cruzando la calle hacia el frente. Su local fue, también, la sede de reuniones y encuentros especiales de Sociedad de Comerciantes Ambulantes y de la Confederación de Operadores de Rodado a Tracción Animal, durante los mismos años cuarenta. Se trataba de dos gremios que no lo estaban pasando muy bien en aquellos días, según parece, así que tenían mucho que discutir y decidir. También hubo en el lugar un importante encuentro de la Sociedad de Comerciantes Estacionados y de la Cooperativa de Huertos Obreros José Maza. De hecho, varias otras organizaciones realizaron sus celebraciones o fiestas particulares en aquellas dependencias, como se verifica en los llamados publicados en periódicos.

El establecimiento era, en general, de buenas proporciones y contaba con algunas características de quinta de recreo apropiadas al público obrero y popular que lo frecuentaba. Poseía comedores agradables, aunque en un número que no hemos podido precisar, y también contaba con una adecuada pista de baile. Esta fue inaugurada hacia fines de 1946 y estrenada en la siguiente fiesta de Año Nuevo, incorporando así a Parrillada El Rodeo en el cotizado circuito de los clubes de "filóricas" y dancings de Santiago, la gran atracción de las noches en aquella década y la siguiente.

Antes de llegar el restaurante, la dirección de San Pablo 1860 había pertenecido a la casa de ventas de botas La Fama, de don Luis Calderón. Aviso publicado en la "Revista de Carabineros de Chile", año 1928.

Tranvías de Mapocho hacia los años treinta, doblando por calle San Pablo desde de Puente el Mercado Central. Los tranvías y luego los trolebuses que seguían este recorrido después llevaban en los cuarenta hasta las puertas de la Parrillada El Rodeo.

Parrillada de la Capilla Los Troncos, también en el barrio de San Pablo y Mapocho "abajo". Los establecimientos que ofrecían esta preparación tuvieron una importante presencia a partir de los cuarenta, caso de la Parrillada El Rodeo.

El establecimiento también contaba con lo que se describía como un proscenio. Debió ser un escenario no muy grande pero apropiado a las presentaciones en vivo, que de seguro alcanzó a ser ocupado por algunos de los muchos artistas del medio bohemio de esos tiempos. También contaba con un sector de habitaciones en sus altos, aunque también desconocemos qué clase de integración pudo tener o no este segundo piso del inmueble con el resto del negocio destacado de punto fijo allí abajo. Tal vez el negocio seguía un poco el modelo de las viejas posadas que habían existido antaño en la capital, incluido este barrio antes situado en la llegada de las carretas venida desde la costa por el antiguo camino.

Tratándose fundamentalmente de un restaurante con bailables, entonces, la especialidad de la casa era la comida a chilena con ambientación folclórica, como sugería el propio nombre del boliche. Las cenas eran hasta la amanecida, además, ideales para trasnochadores con bajón de hambre. Ofrecía también programas especiales en las celebraciones de Fiestas Patrias y las de fines de año.

Empero, después de sólo una década de funcionamiento -o acaso menos que eso- y por razones que quedaron en el completo olvido, Parrillada El Rodeo dejó aquel simpático cuartel. El mismo local reaparecía después señalado en la prensa: estaba siendo ofrecido otra vez como espacio disponible al arriendo. En avisos económicos del diario "La Nación", por ejemplo, se lo describía como "bonita propiedad para restaurante". No mucho después, procedió a ser ocupado por una tienda de máquinas de coser y fábrica de tejidos llamada La Europea, hacia mediados del cincuenta.

Las renovaciones del paisaje urbano hicieron desaparecer aquel refugio de carnes asadas y costumbrismo citadino. En su lugar existe hoy otro edificio, con ciertas pretensiones ingenuas de modernismo y zócalo destinado a comercio. Está muy cerca de la plaza de Almirante Barroso, en donde se halla un monumento conmemorativo que se presenta de manera impostora como la señalada "pirámide" de San Pablo. En lo que es el ala oriente del señalado edificio actual estuvo el inmueble del antiguo establecimiento de parrilladas y música bailable. ♣

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