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LA PARRILLADA YUNGAY DE CALLE MONJITAS

Aviso sobre la inauguración de la Parrillada Yungay. Diario "La Nación", a fines de 1946.

El sábado 14 de diciembre de 1946 fue presentado en sociedad el restaurante Parrillada Yungay, en pleno centro de Santiago, a metros de la Plaza de Armas y en un tramo de cuadras que se había hecho conocido por su historial establecimientos y teatros de tremenda importancia en la bohemia y la recreación capitalina, como era el restaurante La Bahía que estaba casi enfrente. "Por fin Santiago tendrá lo que necesita", fue su mensaje de presentación.

La apuesta era alta. El lugar que llegaba a ocupar el nuevo centro culinario tampoco era cualquiera: Monjitas 759, calle famosa por sus atracciones y restaurantes. Además, era por el mismo sector en donde había estado durante años otro famoso restaurante llamado La Montaña, uno de los más importantes de Santiago en el período del Centenario Nacional y hasta el ocaso de la República Parlamentaria. Este negocio, al que ya hemos dedicado una entrada de texto en este sitio, se encontraba a la sazón entre el Cine Alhambra que hacía esquina con calle San Antonio, y el maravilloso Palacio Urmeneta, demolido en los años treinta.

La Parrillada Yungay llegó a hacer presencia en el mismo edificio en donde estuvo la sede de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile, SATCH, llamada la Casa del Teatro. Figuras del medio artístico como Carlos Cariola y Rogel Retes pasaron por allí durante aquel período, armando la sede con algunas cooperaciones del público y amigos. Faltaba aún para que la sociedad trasladara toda su maquinaria hasta las oficinas del Teatro SATCH, actual Teatro Cariola de calle San Diego.

Si bien el cuartel parrillero clavó su bandera en la cuadra cuando los mencionados cine y palacio habían desaparecido, en el lugar de este último se había construido un pequeño pasaje llamado Dr. Ducci que aún existe, en donde estuvo el Club de Señoras y después el Cine Río. Al costado oriente de esta callejuela se encontraba el inmueble que procediera a ocupar la nueva atracción para los sibaritas y adictos al dancing de aquellos, años, cuando el mundo vivía una suerte de "bis" de los Años Locos celebrando todavía el final de la Segunda Guerra Mundial.

Desde su apertura, entonces, el Yungay se ofrecía como restaurante a la carta con ambiente distinguido y amplios comedores, además de la atención esmerada de sus propios dueños. "Visítenos y será nuestro cliente", aseguraba su soberbia publicidad. Prometía esperar a sus clientes con precios módicos, algo apropiado a aquellos momentos históricos en que aún no se disipaban las sombras amenazantes de las crisis económicas.

Nota con aviso publicitario para La Montaña en 1915, publicado en la revista "Sucesos". Fue el restaurante que existió antes el mismo sector de la cuadra donde se instaló después la Parrillada Yungay, en otro inmueble. Fue uno de los primeros referentes culinarios importantes de la misma cuadra, además.

Aspecto de la calle Monjitas esquina San Antonio en 1928, en fotografía del archivo Chilectra.

Aviso de la Parrillada Yungay en el periódico "Las Noticias de Última Hora", fines de 1946.

Aviso del vecino bar y restaurante Monjitas en la prensa, octubre de 1949. La competencia de bares y restaurantes era feroz en aquellas cuadras.

"Elija Ud. lo que desee comer, nosotros le insinuamos que pruebe nuestra PARRILLADA", proponía además la promoción impresa. Esta parrillada era una receta y selección de cortes que se proponía como propio del Yungay, aunque no hemos podido encontrar los detalles de la misma que, se supone, la hacían tan distintiva y propia de este establecimiento. Es del todo probable, sin embargo, que mantuviera el estilo de las antiguas parrilladas del barrio Matadero, con míticos restaurantes de carnes como El Peñafiel o Las Tres B.

Otro gancho del negocio era su cola de mono, ponche "exquisito" según presumía en sus avisos. Esta bebida se ofreció especialmente en la Pascua de Navidad, con una cena especial para el público a propósito de la fiesta. Y, como estaban en boga también las llamadas casas de cena, populares centros sociales con comidas disponibles hasta avanzadas horas de la madrugada, para placer de los insomnes Parrillada Yungay mantenía su negocio abierto durante toda la noche. O, al menos, así lo prometía durante su primera etapa de existencia.

En su calidad de núcleo de actividad social, en tanto, el local de Parrillada Yungay sirvió a reuniones gremiales como las realizadas por la junta general de la Sociedad Cooperativa Huertos Familiares Recoleta Ltda. Sus miembros hicieron allí un encuentro general a las 19 horas del lunes 28 de abril de 1947, para tratar temas de interés colectivo.

No la tuvo fácil el Yungay en esa calle, sin embargo: además de la competencia que representaban los hermanos Tort en la cuadra siguiente con La Bahía, tuvo rivales en la misma manzana. Justo al lado de las parrilladas, por ejemplo, en Monjitas 753 se instaló hacia octubre de 1949 el bar y restaurante Monjitas, de la sociedad Orio, Martin, García y Cía. Ltda. Era un negocio especializado en comida española como arroz a la valenciana, puchero a la española o callos a la madrileña. Hubo varias otras propuestas interesantes en todo el barrio durante el período, de hecho, sorprendiendo que haya alcanzado la clientela de entonces para todos ellos.

Parrillada Yungay perseveró con su propuesta de comida típica chilena y asadurías de carne. Pero, a pesar de las expectativas, no pudo prolongar demasiado tiempo su más bien breve aunque apasionada vida comercial, pereciendo en ese convulsionado camino de los años cincuenta. Una orden de remate judicial del 5° Juzgado del Trabajo para la propiedad de Monjitas 757 y 759 se hace pública a fines de 1954, con un monto mínimo de $3.000.000, por el juicio rotulado "Caja de Previsión de Empleados Particulares contra Compañía del Telégrafo Comercial". Cerca de un año después, la dirección era ya de una fábrica y venta de artículos de cuero. ♣

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