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APUNTES SOBRE EL RESTAURANTE EL TANI

Imagen del exterior de El Tani con su cartel luminoso durante la noche, año 1926, en los archivos fotográficos de Chilectra.

La dirección de calle Bandera 560 fue conocida en buena parte del siglo XX por la presencia del famoso restaurante y boîte Martini, en el primer piso de un viejo y y desaparecido inmueble propiedad de doña Dolores Vial de Hurtado, con dos pisos y una corta galería destinada a comercio. Esto era en donde existe hoy otro edificio de más pisos dando forma a la conjunción de calle Bandera y el ahora llamado pasaje Dr. Jorge Hunneus.

Sin embargo, antes que el Martini clavara su estandarte de conquista en aquella dirección, había reinado en los años veinte otro singular establecimiento llamado El Tani. Este se ubicaba en el sector al interior de la misma dirección y marcó otra importante época de diversiones en la alegre calle Bandera. También fue uno de los más antiguos establecimientos de Santiago que se valieron de carteles luminosos eléctricos en sus fachadas, curiosamente, razón por la que está su imagen entre los archivos fotográficos de la compañía Chilectra.

Vecino al Casino del Centro Democrático de Santiago que estaba en los altos del 574, El Tani se encontraba a metros de Catedral de Santiago, del Congreso Nacional y a una cuadra la Plaza de Armas. Había nacido como heredero de un restaurante anterior allí mismo ubicado: el Bandera, con orquesta diaria a la hora de almuerzo y comida, con cocina a la chilena. Hacia 1922, este establecimiento había cambiado de dueño e iniciado algunas modificaciones que culminaron en el cambio de identidad, no mucho después, coincidentes también con la instalación de la sede y local del Club Nacional de Paperchase en la misma ubicación de calle Bandera.

El Tabi fue uno de los principales centros culinarios de su tiempo, contando también con banda musical propia llamada Gran Orquesta Típica Tani, a la que se agregó después una Jazz Band, además de destacar siempre por su buen menú. El espacio interior era cómodo y grato, apropiado a grandes reuniones: tenía un elegante Gran Salón Dorado de los Pavos Reales, unos salones reservados menores y la decoración interior general del negocio incluía varios bambúes vivos en aquellos años, aunque fueron puestos a la venta hacia su última etapa aún abierto. En el zócalo y seguramente altos del edificio había también otros establecimientos comerciales como tiendas de vestuario, equipamientos deportivos y mueblerías.

Hacia mediados de la misma década, un almuerzo o comida en El Tani se cubría con tres pesos, lo que señala al restaurante como de precios populares aunque de carta más bien sofisticada, según todo indica. Podrían hacerse reservas en sus espacios especiales y también contaba con un "Jueves de Moda", con ofertas y especialidades.

Restaurante Bandera en aviso de prensa, octubre de 1922. Fue el predecesor de El Tani.

Avisos publicitarios del restaurante El Tani, en "La Nación" de marzo de 1927, en la misma dirección comercial donde se instaló el Martini poco después.

El Tani en aviso con su carta especial de Semana Santa, principalmente de productos marinos. Abril de 1927.

Otro aviso de El Tani en la prensa, noviembre de 1927. Entraba ya a la última etapa de existencia del establecimiento.

Anuncios del Martini en "La Nación", ocupando ya la dirección que había sido antes de El Tani. Izquierda: apertura de su salón de verano, en octubre de 1928. Derecha: su tradicional "semana de ostras" en julio de 1957.

Un aviso de marzo de 1926 de aquellos almuerzos de jueves ofrecía un menú con entrada de canapé de calamares y platos de fondo como cazuela de ave, corvina americana, beefsteak chorrillana, con postre de macedonia al Kirch y café. La comida de los horarios nocturnos, en cambio, anunciaba tener como entrada un fich a la Normandía (es de suponer que se refiere al fish o pescado a la Normandía), seguido de sopa de tortugas, liebre fines herbes, pierna de cordero con haricot vert (porotos verdes) y de postre budín diplomático (pudín), finalizado con café o té. Como se ve con estos enunciados, entonces, había una sincera pretensión de carta internacional y fina en la propuesta de su cocina.

Para la Semana Santa de abril de 1927, El Tani había adaptado su carta a los requerimientos alimenticios de la tradición en el período y ahora ofrecía como almuerzo choros en salsa verde, caldillo de congrio, bacalao a la mode de Caen, tortillón a la Jerusalén, fruta, té y café. Para la comida, en cambio, había disponible mayonesa pompadour, sopa de ajo, corvina maitre d'hotel, macarrones al gratín, flan de chocolate, té y café. Amenizaba aquella ocasión la Orquesta Los Criollos y ofrecía también chicha especial para el público.

Para noviembre del mismo año y con almuerzo o comida manteniendo el mismo valor ya señalado, se ofrecían como delicias diurnas alcachofas con vinagreta, cazuela de criadillas, petit-pois chanteclair, chuletas con puré, helado y café. Para la cena, en cambio, estaban disponibles todavía la corvina americana y la sopa de tortuga, además de ternerita financiera, asado con ensalada, bizcocho de jerez y café. El "Jueves de Moda" era amenizado por música de orquesta típica y de jazz.

Como centro social de relevancia y prestigio en el Santiago de entonces, también fue lugar de algunas reuniones de corte político e institucional ocupando sus comedores. Fue el caso de la asamblea realizada en el restaurante por la Legión de Retirados del Ejército el lunes 26 de enero de 1925, para expresar públicamente su adhesión incondicional al nuevo gobierno tras haber sido derrocada la junta de Luis Altamirano, solo tres días antes. La denominada Legión Militar realizó otros encuentros allí, por cierto, así que pudo haber cierta preferencia del mundo castrense por aquel salón.

No mucho después, y con las reuniones del Club Nacional de Paperchase siendo compartidas en el mismo local, en la noche del sábado 28 de febrero siguiente se realizó en El Tani una manifestación en homenaje de amigos, cofrades y colegas para el señor Carlos Liberona, miembro de la agrupación quien acaba de ser nombrado inspector del Palacio de la Moneda. Posteriormente, el sábado 4 de junio de 1927, los miembros del Club Atlético Talleres Yungay despedían allí la soltería de su amigo y socio Julio Ferrada Aubry, quien había tenido importante participación en la institución. La misma clase de fiesta recibió el señor Nino Brusadelli en un copetudo banquete de principios de enero de 1928, ocasión en la que gran comedor fue adornado con una enorme cantidad de flores con los colores de las banderas chilena e italiana

Sin embargo, la llegada del restaurante Martini a aquella dirección del 560, durante aquel año, coincide con el ocaso de El Tani, tras pocos pero vertiginosos años de grandes banquetes y veladas bailables. Con arribo del flamante club y la remodelación del espacio aquel edificio, sin embargo, una extraordinaria nueva época comenzaría para aquel desaparecido rincón de la ciudad. ♣

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