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EL ANTIGUO REFUGIO DEL CAFÉ Y RESTAURANTE LA BOLSA

Aviso del restaurante La Bolsa en Merced 859, en "La Nación" de agosto de 1917.

Casi adyacente a la Plaza de Armas y enfrente de la colonial Casa Colorada, estuvo por largo tiempo el llamado Café de la Bolsa o La Bolsa a secas, establecimiento decimonónico que había sido creado en tiempos republicanos por el comerciante Karl Weise, mencionado a veces como Carlos Wiese o Wiesse. Se ubicaba en calle Merced al extremo sur del Portal Mac-Clure y del interior Portal Alcalde, después unidos en un solo conjunto con la Galería San Carlos, hacia donde están ahora el Portal Bulnes y el costado de la calle Phillips.

La Bolsa existió por muchos años en aquella cuadra, calculamos que más de medio siglo. El cronista e investigador infatigable Eugenio Pereira Salas comenta en sus "Apuntes para la historia de la cocina chilena" que era "un espacio de sociabilidad masculina" y solía ser visitado por descendientes de germanos, ya durante la década del 1880. Por esta misma razón y por el origen mismo de su fundador, desde su cocina salían principalmente sabrosos platillos teutones: crudos, tártaros, bistec alemán y escalopas a la Bismarck, entre otras delicias.

Por su parte, el memorialista, folclorista y filólogo Julio Vicuña Cifuentes también reportaba la presencia en La Bolsa de un ponche navideño conocido como Tom and Jerry. De hecho, el café del señor Wiese habría sido el único lugar del que se sabe vendía en Chile esta receta coctelera, parecida al ponche de leche y huevo pero servido caliente.

Indica el mismo autor que la cantina del negocio a la sazón estaba a cargo de un simpático y apreciado barman llamado Juanito, mientras que atendía las mesas ahí instaladas el entonces popularísimo garzón Granifo, quien "nuestros contemporáneos recordarán, sin duda", apunta. Agregaba que, durante el invierno, se servían bebidas reconfortantes del local "en copas de plaqué con bigoteras que afectaban la forma de elegantes vasos griegos", partiendo aquel ponche que menciona como Tom and Jerom, nombre "que los clientes pronunciaban Tomayeri".

Vicuña Cifuentes también describió aquel lugar como un refinado sitio de reuniones y tertulias que ocupaba buena parte de la misma cuadra de calle Merced al costado de la Plaza de Armas, reemplazando en estos servicios al anterior Bar de León Bruc, que había sido el restaurante del Hotel Central, ubicado hacia la esquina con San Antonio. Las dependencias del café contaban con una sala de billar y extensos comedores que llegaban hasta calle Monjitas o muy cerca, al otro lado de la cuadra, aunque remodelaciones y cambios posteriores parecen haberlo reducido quitándole toda esa ala norte.

Ya era un sitio clásico y antiguo en los tiempos que aquel escritor lo visitaba. Por entonces, hasta los comedores reservados hacia el fondo del local "se llegaba por un largo y oscuro pasaje lateral, eran el ordinario refugio de las parejas de 'vamos a comer juntos'", según deja escrito. En contraste, sin embargo, Hernán Eyzaguire Lyon consideraba que local de Juanito "no era elegante, ni tampoco muy aseado", según las impresiones de plasma en "Sabor y saber de la cocina chilena".

Muy seguramente, La Bolsa recibía también a parte del público del vecino Teatro Politeama, célebre en los años del gobierno de José Manuel Balmaceda y fundado allí tras hacer desaparecido el mencionado Hotel Central. Este recinto de espectáculos más tarde pasó a ser del Teatro Santiago, siempre ubicado en la misma calle Merced aunque más cerca de la esquina con San Antonio, justo al lado del café.

Detalle de una acuarela de 1835, de autor anónimo, con el aspecto del lado oriental de la Plaza de Armas antes de la aparición de los portales y en donde estuvieron el Café de la Nación y el Teatro Nacional, y hacia el extremo sur el Café de la Bolsa. Se observan también los comerciantes del mercadillo de la plaza. Fuente imagen: Archivovisual.cl.

El curioso ponche Tom and Jerry que, al parecer, solo se vendió en Chile dentro de la cantina de de La Bolsa, por el barman Juanito. Fuente imagen base: Cheers Online.

Imagen histórica de calle de la Merced, justo donde estaba uno de los accesos a la Galería San Carlos y el Café de la Bolsa, enfrente a la Casa Colorada, que se observa a la derecha de la imagen.

La Bolsa en aviso del diario "La Nación", 30 de diciembre de 1917, con mensaje e invitación para celebrar el Año Nuevo.

Aviso del Café de La Nueva Bolsa en la "Guía de Santiago" del año 1886. Fue, de alguna manera, una extensión del clásico Café de La Bolsa.

Edificios de calle Estado con Alameda, justo en donde estuvo La Nueva Bolsa. Imagen de los archivos fotográficos de Chilectra.

Como hijo no reconocido del Café de la Bolsa, vendría a nacer también uno llamado La Nueva Bolsa, del que fue propietario el propio barman Juanito. Surte de extensión de  La Bolsa original, se consolidó como otro famoso centro de reuniones tras ser fundado en la entrada de calle Estado, existiendo también en los tiempos de la presidencia de Balmaceda. Aparecerá propietado, además, por un señor de nombre Jorge H. Steventon en aquel período.

Hay avisos publicitarios de aquel establecimiento en las páginas de la "Guía de Santiago" de 1886, apareciendo con dirección precisa en calle Estado 17. Era la misma en donde había estado antes el bar Hinternof, también famoso refugio para reuniones y tertulias en esos días.

Vicuña Cifuentes asegura que en las paredes de la sala de La Nueva Bolsa había colgado un antiguo óleo en donde se apreciaba el retrato de varios caballeros alemanes que habían sido clientes del lugar: se los veía en la obra bebiendo cerveza y conversando alrededor de una mesita. Entre los que podía reconocer el autor, estaba el profesor de música Tulio Eduardo Hempel, director del Conservatorio Nacional entre 1877-1886, mismo personaje quien realizó tremendos y loables esfuerzos destinados a subir reconocimiento profesional de los músicos en Chile, en una época cuando estos artistas eran considerados solo para acompañamientos de eventos y mera entretención, muchas veces. Otro de los retratados en la obra pictórica era un popular mozo: Manuel, mismo quien, después de 40 años de haber sido hecha esta pintura, continuaba trabajando allí.

Después de desaparecida La Nueva Bolsa, el lugar fue ocupado por la casa comercial inglesa Reedel, en el edificio ubicado al lado del que llegaría a ser el famoso centro de reuniones y bohemia de la Unión Comercial, en su caso con dirección en Estado 33.

Volviendo a La Bolsa principal, ya habiendo pasado el Primer Centenario y apareciendo en la publicidad de prensa como el Restaurante La Bolsa en su tradicional dirección de Merced 859, el establecimiento se había especializado en la oferta diaria de productos marinos como erizos, locos, pejerreyes y congrios. El almuerzo y comida se cubría en 1917 con solo dos pesos, incluyendo media botella de vino. Estaba disponible el servicio a la carta durante todo el día y también contaba con cerveza y chicha especial.

El restaurante había permanecido activo por varios años más y pasó por diferentes manos, siempre al lado del Teatro Santiago que también contaba con su propio establecimiento conocido como el Restaurant del Teatro. Junto a La Bolsa, además, eran ambos los más importantes del sector del Portal Mac-Clure y luego Portal Bulnes. Una generación posterior de bares y restaurantes se incorporaría después a aquel sector de Merced y en la Casa Colorada y la entonces llamada Galería Colonial, casi justo enfrente, como sería el caso del famoso Black and White. Hacia sus últimos tiempos, La Bolsa era dirigido por un señor Mario Méndez y, al parecer, tenía algunas características adicionales de cigarrería. Eran ya los llamados tiempos del Chicago Chico de aquel mismo barrio, con cierta bravura diurna y nocturna.

A pesar de su larga historia e importancia como núcleo de tertulias y encuentros recreativos para los santiaguinos, La Bolsa desaparece hacia el período entre las grandes guerras mundiales, tal vez por efecto de las crisis económica de los treinta. Uno de los últimos eventos importantes que se pueden rastrear realizado en él fue la manifestación con banquete ofrecida por deportistas, ciclistas y amigos a los señores Carlos Morales Salazar y Héctor Álvarez Allende, ambos dirigentes del Club Deportivo Green Cross, el sábado 27 de abril de 1935.

Muy poco después, el viejo local pasó a ser ocupado por la Casa Catrón, una frutería, después  por la tienda de modas La Sensación y otros negocios posteriores. Nada queda ya del anciano edificio en el que allí tenía casa La Bolsa. ♣

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