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LAS VARIAS VIDAS DEL TEATRO NOVEDADES

Imagen del Teatro Novedades en "La Nación" del sábado 9 de mayo de 1931, cuando informó del hallazgo de un supuesto tesoro en su subsuelo.

El milagro es doble en la vida del Teatro Novedades de Santiago: no solo sobrevivió al tiempo en el pintoresco barrio Yungay superando amenazas que llegaron a ser inminentes, sino que su recuperación ha sido amplia y en varios sentidos, permitiendo que aún siga siendo relevante en las actividades escénicas. Declarado Inmueble de Conservación Histórica por decreto municipal, hoy es administrado por la Corporación de Desarrollo de Santiago. Tan querido es en el rubro, de hecho, que el destacado humorista nacional Eduardo Thompson pidió ser velado ahí al morir, en 2007.

El viejo teatro de fachada con eclecticismos de art decó y neoclásicos, que algunas creencias atribuían a la obra de Luciano Kulczewski, se ubica en la dirección de calle Cueto 257, cerca de avenida Portales. Sin embargo, hubo un teatro anterior con su nombre, en el que solían presentarse la Compañía Cómico Lírica Dramática y la Compañía Dramática Española de Miguel Muñoz, también con zarzuelas, obras teatrales de humor y proyecciones de biógrafo a cargo de la Compañía Cinematográfica del Pacífico, entre otras propuestas.

También llamada en sus inicios como Teatro de Novedades, aquella primera sala nació y permaneció por pocos años en el lugar que antes fue del Eden Theatre, en Monjitas con San Antonio, a partir de marzo y abril de 1910, ofreciendo tales espectáculos segmentados por tandas. Había iniciado funciones allí con el actor José Tallaví y su compañía dramática, seguido de las presentaciones de Muñoz, quien llegó con su elenco justo después de haber perdido todo su material y equipajes en un incendio del vagón que los traía desde Concepción a Valparaíso.

En junio tocó espacio en la cartelera a la Gran Compañía de Opereta y Zarzuela Perdiguero, de la empresa Agustín y Cia., aunque su disolución apenas tras la quinta presentación que realizaron allí obligó a cerrar por un tiempo el teatro. Más tarde, llegó al mismo escenario el gran actor, comediante y zarzuelero Pepe Vila, reabriendo la sala en septiembre. Vila había inaugurado años antes al Edén, en el mismo lugar. La compañía del español incluía ahora números del dúo humorístico Balder y Cleto, en muy buen momento profesional por entonces, en plenas celebraciones del Centenario Nacional.

Justo en aquel período, hacia octubre y noviembre de 1910, el Novedades retornó a manos de un empresario que ya se había hecho cargo de la sala, don Wenceslao Bueno, quien estaba a cargo también del Royal Theatre en aquellos momentos. Sin embargo, coincidiendo con el final de las presentaciones de las mencionadas compañías, gran parte de la actividad del Novedades se vio reducida a proyecciones de cine, una vez que reabrió con esta nueva administración.

Todo cambia para mejor en 1913 y después de un largo período siendo reparado. Aquel año, el Novedades deja el edificio teatral de Monjitas y este pasa a ser el Teatro Nacional, luego llamado Alhambra, un famoso y moderno cine de su época.

El Novedades será reinaugurado un 7 de septiembre de aquel año y con casa propia en barrio Yungay, en un gran inmueble de madera que inicia actividades con la opereta “El conde de Luxemburgo”. Propiedad del Círculo Español, el teatro ofrecía espectáculos de alta calidad y en su salón se proyectaban también películas mudas amenizadas primero por un pianista, como se estilaba entonces, y más tarde por una orquesta completa. Una de las primeras compañías en hacer presentaciones allí fue la del actor Francisco Arellano, debutando con éxito durante el mes de noviembre.

Fachada del Cine Alhambra en revista "Cine Gaceta", en donde había estado hasta hacía poco y por breve tiempo el primer Teatro Novedades.

El actor y director artístico Miguel Muñoz, en portada de revista "Teatro y Letras", durante el período en se presentaba en el Teatro Novedades, abril de 1910.

Aviso del Teatro Novedades en abril de 1910, en la revista "Teatro y Letras".

Otro aviso del período, esta vez para las presentaciones de la Compañía Perdiguero que, curiosamente, se disolvió en plena temporada.

El Teatro Novedades anunciando sus proyecciones de cine con orquesta y la dirección musical del maestro Williams Vergara, en la revista "La Semana Cinematográfica" de agosto de 1918.

Antigua imagen de la fachada del Teatro Novedades, años treinta. Fuente: Flickr de don Patricio Lazcano Campino (tomada de la página web oficial del Teatro Novedades).

Anuncio de repartición de supuestas "monedas de oro y plata" en las funciones del Novedades, en "La Nación" del 10 de mayo de 1931.


Aviso de noviembre de 1949 del Teatro Novedades, publicado en "La Nación". 

En aquellos primeros años en calle Cueto, entre Agustinas y Húerfanos, la sala tenían horario vermut desde las 18:15 con películas más bien familiares, mientras el horario nocturno era desde las 21:15, con películas consideradas más adultas o doctas, fuera de las presentaciones de corte escénico que siempre aparecían en su agenda. Curiosamente, cada cambio de horario era anunciado desde el teatro con una diana de campana.

En su cartelera había innumerables presentaciones de zarzuelas y otros géneros de compañías españolas de espectáculos, muy asociadas al gusto popular de aquellos años a pesar de que, en sus orígenes, el teatro atraía público de clase alta o ilustrada. También se ejecutaban presentaciones de beneficio social, con la participación de vecinos e instituciones, como las que ayudaron a financiar las escuelas nocturnas del barrio. En las funciones para niños de la mañana del domingo a veces se repartían helados, especialmente en la temporada navideña.

Sin embargo, no todos estaban contentos con la presencia del Noedades en el vecindario, haciéndose pública una carta de los vecinos dirigida a la Intendencia de Santiago fines de mayo de 1917, año en que su actividad se hallaría en manos de la sociedad Torres y Pascual. La denuncia, reproducida en algunos medios de presa, decía:

Nos encontramos molestos, a causa del abuso que hacen los dueños, de la campana de dicho teatro, lo que con su vibrante y no interrumpido sonido, molesta a los vecinos desde las 8 hasta las 10 de la noche, y como si esto fuera poco, repiten nuevamente este toque a las 11, hora que todo mundo está ya recogido.

Además, el establecimiento en cuestión, carece del número suficiente de W. C., motivo por el cual los asistentes a la función han transformado la calle en una verdadera letrina pública, dando con ello un mal ejemplo al vecindario e infestando, al mismo tiempo, el barrio de malos olores.

Todo esto lo hacen a la vista y paciencia de la policía.

Como se ve el teatro ya nombrado no cumple en nada con los reglamentos municipales.

La sala logró resistir las críticas y molestias del vecindario, sin embargo. Contaba con calefacción y orquesta en vivo para animar las proyecciones, y a pesar de las observaciones se la consideraba moderna para los estándares de entonces.

En 1918, siendo todavía la empresa contratante a cargo la firma de don José Pascual, el Novedades destacaba la presencia del maestro y director orquestal Williams Vergara allí, asegurando en sus avisos tener la mejor pauta de este tipo en Santiago. La revista "La Semana Cinematográfica" del 25 de julio de aquel año, alababa la gestión del responsable:

El señor Pascual se ha preocupado no solo de mejorar materialmente el teatro, que está muy bonito y muy cómodo; sino que ha atendido también con mucho tino a dos cosas que son de rigor para que un cine pueda contar con el favor del público: los programas y la música. En cuanto a programas, son realmente muy buenos, merced a los contratos que han celebrado con la Empresa de Teatros y Cinemas y con la firma José Traver y Cía. Ahora, por lo que hace  a la música, el señor Pascual ha tenido la fortuna de contratar para su cine a un músico tan distinguido e inteligente como el maestro William Vergara, quien no solo dirige la orquesta sino que hace la descripción musical de las películas, ajustándose en todo momento a las escenas, lo que es una ventaja de primer orden que tiene este teatro sobre muchos otros cines.

Felicitaciones al Sr. Pascual por el buen pie en que tiene este cine, que, naturalmente, se ve noche a noche bastante concurrido.

Los estrenos de películas se mantuvieron en ritmo semanal, anunciados en la prensa de cine y espectáculo. Como Pascual tenía la representación de la Empresa de Teatros Ltda. y Goldwin y Traver Films, podía ofrecer la exclusividad de estrenos en el barrio y todas con la mencionada orquesta. También organizaba sorteos de bonos y obsequios de revistas, como una llamada "Gladys Girl".

Aviso de las presentaciones de la Compañía de Revistas Babalú en el Teatro Novedades, publicado en "La Nación" del domingo 11 de septiembre de 1955.

Teatro Novedades hacia 1997, en fotografía publicada por el diario "La Tercera".

Recordaba el director Rogel Retes en sus memorias de “El último mutis”, que el inmigrante español Santiago Serra también se hizo cargo del Teatro Novedades en aquel período, tras haber arrendado por un tiempo el Teatro Almagro n la plaza del mismo nombre, y antes de que se consagrara al lograr adquirir el Teatro Coliseo Nacional, en 1926.

Sin embargo, un voraz incendio ocurrido en 1929 destruyó el edificio. El Novedades pagó carísimo el pecado de haber sido construido con mucha materialidad ligera en tiempos que ya eran de albañilería y concreto. Debió ser reconstruido a partir del año siguiente, esta vez una su línea arquitectónica y solidez más actualizados, correspondientes a las mismas que pueden admirarse en nuestros días. Por extraña coincidencia, su nombre era el mismo que ostentaba el decimonónico y más imponente Teatro Novedades español de calle Toledo de Madrid, también siniestrado un año antes en una fatídica tragedia que se llevó unas 70 vidas.

Los trabajos en el Novedades se extendieron hasta 1931, cuando pudo ser reinaugurado ofreciendo mucha más coherencia estilística con al resto de la arquitectura y urbanismo del barrio Yungay, procedentes de la segunda mitad del siglo XIX. El año partió también con la realización de asambleas sociales e institucionales en el mismo teatro, muy relacionadas con la agitación política de entonces, en tiempos de crisis económica, inestabilidades gubernamentales y Gran Depresión.

El nuevo teatro, de tres pisos y 1.726 metros cuadrados construidos, destacaba por su fachada con zócalo de arcadas y ventanas rectas a las que después se adicionaron artísticas lunetas conformando el arco de medio punto. Cuenta con una amplia y alta sala, con platea de butacas para 500 personas, y su cómodo escenario de tarima tiene un magnífico arco deprimido de proscenio. Consta de doble palco balcón para otras 200 personas, dependencias en el edificio frontal y camerinos subterráneos. Los muros tienen pilastras y molduras de gusto clásico, muy europeísta y elegante, tanto dentro como afuera del edificio y con escudos ornamentales.

Ese mismo año de 1931, sin embargo, se dio aviso de una sensacional sorpresa que puso al Novedades en los periódicos, otra vez. Sucedió que, en medio de los trabajos de construcción, un vecino llamado Esteban Artuffo logró adquirir un mapa en donde se señalaba la existencia de un supuesto tesoro en su propia residencia, en la dirección de Huérfanos 2566 llegando a Cueto. Tras iniciar sus inspecciones y descubrir que parte de la fortuna debía estar en Teatro Novedades, a espaldas de su propiedad, habló con el entonces dueño del mismo, el empresario de espectáculos Ángel Martínez, acordando así una sociedad entre ambos.

Cuando se realizaron las pretendidas excavaciones durante tres días, a unos seis metros de profundidad y siete verticales, dijeron haber encontrado más de 20 vasijas de cerámica llenas de monedas de oro y plata según  detallaba "La Nación", en un foso oculto en los límites de ambos terrenos pero principalmente entre los cimientos del teatro. Había, además, legítimas joyas halladas en una caja de hierro, mobiliario antiguo y una gran paila con barras de oro y plata. La noticia corrió de inmediato durante el día siguiente, sábado 9 de mayo, y Artuffo hasta habría intentado ocultar su identidad de la prensa, pero eso fue imposible.

Sin embargo, todo era un ingenioso truco publicitario para la nueva temporada de películas del Novedades: Martínez prometió regalar "generosamente" las monedas del tesoro al día siguiente, avaluadas en 300 mil pesos, a todos los espectadores que fueran a su teatro para ver la función matinal con "De frente, marchen" de Buster Keaton y la especial nocturna con "Montecarlo", película sonora en la que cantaba la actriz Jeanette MacDonald. Es de suponer que las monedas repartidas a los concurrentes hayan sido fichas de fantasía o algo parecido. Este truco se había hecho aprovechando que estaba en los noticiarios la búsqueda de otro supuesto tesoro en calle 21 de Mayo, cerca del río Mapocho, por lo que pocos ingenuos deben haber caído sin advertir que era un embuste y una simpática invitación al público.

Habiendo vuelto en grande, entonces, en 1934 se lanzó también la “Revista Magazine Novedades” repartida entre los asistentes de la sala. Sus jornadas especiales y noches intercambiaban frecuentemente entre comedia en vivo, presentaciones artísticas y películas a veces no recomendadas para “señoritas”, como “Fascinación” (“Glamour”) de Paul Lukas.

En mayo de 1935 y en abril de 1936, el Novedades realizó grandes celebraciones por su aniversario y el de su revista, ahora con películas y variedades a cargo de la Compañía Alegría Enhart. También hubo sorteos de radios RCA Victor entre los concurrentes y premios donados por comerciantes del mismo barrio. Por nuevos problemas, sin embargo, el teatro se mantuvo con inestabilidades y debió cerrar otra vez hasta mediados del año siguiente, siendo reabierto al público.

La sala figuraba a la sazón como espacio de la empresa Selman y Cía. Ltda., que tenía también los teatros Coliseo y Almagro, organizando en los tres temporadas de cine seleccionado a fines de los treinta, con filmes doblados al castellano. El Novedades, particularmente ofrecía entradas a precio rebajado, llamadas lunáticos.

Ya en septiembre de 1955, se ofrecían allí las presentaciones de la Gran Compañía de Revisas Babalú con el show titulado "Escándalos de vos". El elenco incluía artistas como la Gitana Carmen con sus danzas españolas, la Diosa Desnuda Wanda, el Ballet Diosas del Amor, el trío Los Flamingos, el cantante Tito Monje, el grupo musical Los Caribeños, el entonces joven Rey del Humorismo Eduardo Aránguiz, estrella del Teatro Cousiño, y un plantel de 20 vedettes dirigidas por el coreógrafo Miguel Jorda, proveniente del Teatro Maipo de Buenos Aires.

Entrando en un período de actividades más moderadas, estaba siendo usado como cine cuando los terremotos de 1958 y 1965 obligaron a suspender sus funciones, en ambos casos mientras se realizaran las necesarias reparaciones. Empero, hubo también un notorio cambio en la administración durante aquel tramo de tiempo y hasta una tentativa de cambiarle el nombre.

Algo parecido habría ocurrido con el estado del edificio tras el gran sismo de 1971. Fue llamado a la sazón Teatro Diego Portales, en evidente decadencia, y parecía próximo a cerrar para siempre según anotó Fidel Araneda Bravo en “Crónicas del Barrio Yungay”. Caída ya la época de los grandes teatros y del clásico espectáculo popular, el Novedades quedó reducido solo a pobres proyecciones de películas y pasó por una larga agonía, virtualmente abandonado entre 1974 y 1990. También se habría barajado la opción de demolerlo, según parece. Recibió nuevos daños con el terremoto de 1985, y en el barrio hasta lo apodaron con sarcasmo Teatro No-va-nadie.

Parte de la resurrección del Novedades se debió a que, en 1993, el director del Teatro del Silencio, Mauricio Celedón, solicitó al Departamento de Cultura de la Municipalidad de Santiago la posibilidad de realizar ensayos en esta sala, usada a la sazón como bodega desde los años setenta. Se recuerda en el barrio que los camiones estuvieron retirando basuras y escombros por semanas, hasta que quedó despejado su interior y se procedió a restaurar su fachada, foyer, boleterías y plateas, trabajos concluidos durante el año siguiente.

A fines de 1996, en medio de un plan de revitalización y recuperación del valor del edificio, se constituyó la Corporación Cultural Teatro Novedades buscando dar desarrollo y fomento a la actividad cultural al poniente de Santiago, con el teatro como base. La Corporación y el Sindicato Nacional de Danza, además, solicitaron que fuese punto fijo de las presentaciones de danza contemporánea.

Durante el año siguiente, la Municipalidad de Santiago decidió hacerse cargo del inmueble teatral restaurándolo y reponiéndolo como espacio escénico, por lo que se dejó a cargo de la Corporación para el Desarrollo de Santiago. Una de sus primeras presentaciones importantes con esta nueva administración fue en noviembre, con la Orquesta Juvenil de Santiago, seguida de otras funciones revitalizando al teatro. El Comité de Adelanto del Barrio Yungay, que operaba ya entonces con los mismos propósitos y de la mano de la Corporación, logró también una restauración del teatro hacia el cambio del siglo.

Además de ser inmueble con estatus de conservación, quedó dentro de la categoría Zona Típica del Barrio Yungay en 2009. Remodelado en 2012, logrando el buen aspecto que aún se observa y superando los daños que llegó a provocar el terremoto de 2010, cuenta ahora con butacas móviles un aforo cercano a 700 personas sentadas y 1.500 de pie. Y si bien se acabaron con la reapertura los conciertos rock (la verdad es que nunca fue bueno para esos encuentros, en cuanto a acústica), su actividad actual incluye otros eventos musicales, danza, teatro, lucha libre, fiestas, folclore y eventos como graduaciones o licenciaturas, además de varias jornadas de carácter cultural o político, más relacionadas con el barrio. Hay planes también para las dependencias del pabellón que da al frente en el edificio y sus niveles superiores, además, hasta este momento parcialmente subutilizados.

A pesar del surgimiento de tantas nuevas salas más apropiadas a los espectáculos modernos, música rock y parecidos, el Teatro Novedades sigue siendo solicitado con cierta regularidad, como fue el caso de la Fundación Lab 360 que llevó hasta su sala el Festival World Note 2018, dando por anunciada con esto la nueva etapa de vida que había comenzado para este antiguo refugio de las candilejas de barrio Yungay.

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