Uno de los primeros avisos del Fancy, publicado en el diario "La Nación" en julio de 1925.
De acuerdo a Oreste Plath, fue a partir de 1925 que estuvo en la Casa Colorada de Santiago el entonces conocido café y salón de té Fancy, cuya dirección precisa en el inmueble colonial fue el número 872 de calle Merced. El establecimiento, que funcionaba también como bar, peña y pastelería, llegó hasta el final de su vida en un espacio de los altos, dejando pocos pero intensos años de recuerdos para la bohemia nacional.
El negocio nació con cierta aspiración refinada, partiendo por su nombre, obviamente: Fancy Tea Room. Se presentaba en sus primeros avisos publicitarios como "salón exclusivamente para familias", "la mejor sala de té" y "el sitio preferido de reunión de nuestra sociedad", con su surtido en tortas, sándwiches calientes, pasteles y bombones, atendiendo pedidos también por vía telefónica. Hernán Eyzaguirre Lyon proporciona algunos datos sobre el momento en que irrumpió en el mercado recreativo santiaguino, en su "Sabor y Saber de la cocina chilena":
Paralelamente al tea-room de Gath & Chaves, en la Casa Colorada, abandonada en aquellos años a su propia suerte, se abrió, en uno de los locales que daban a la calle Merced, el Fancy, que conquistó el fervor de toda esa juventud desprejuiciada. Allí a medio día los jóvenes se servían un tentempié y en las tardes también se bailaba. Los tragos más solicitados eran las vainas, el bitter batido y el cola de mono.
El establecimiento estuvo bajo administración de don Pedro Harguindeguy, comerciante de origen vasco-francés y ex jefe del tea room de Gath y Chaves, quien además formaría parte de la sociedad que reabrió después al café Lucerna de calle Ahumada 264, hacia fines de julio de 1928. Aparentemente, después estuvo en tal responsabilidad el señor Silvio Tonolli, de acuerdo a lo que comenta Plath aunque sin fe total en su propia buena memoria. Este comerciante de origen italiano fue el posterior fundador del bar Black and White, negocio que relevó al Fancy en aquel sitio de la casona colonial de Merced, justamente.
Con bastantes características de boîte y dancing club, además, el Fancy tenía algunos números artísticos nacionales e internacionales para deleite de su público. Hasta las mesas disponibles ante aquellos espectáculos llegaban actores, periodistas y escritores, especialmente en las noches. "A veces había actuaciones cargo de los asistentes", agrega Plath, quien vio en aquel escenario a Los 4 Huasos y a las Hermanas Arozamena (Amparito, Lupe, Luisa y Carmen).
La música de orquestas en vivo era otra atracción permanente. Ya a inicios de octubre de 1925, el viernes 2, el Fancy había anunciado a su distinguida clientela por las páginas sociales de periódicos como "La Nación":
Hoy día, el Fancy Tea-Room atraerá una concurrencia como pocas veces, con motivo de la inauguración de los programas musicales de la mañana, tarde y noche Efectivamente, la orquesta que dirige el reputado maestro argentino señor Naldini, inaugurará hoy sus programas de 11.30 A.M. a 1 P.M., de 6.30 a 8 P.M. y de 11 P.M. a 1 A.M., los que seguirán realizándose diariamente fuera de los otro programas de costumbre.
Con este motivo, el maestro Naldini ha preparado números especiales de lo más selecto de su repertorio.
El profesor Naldini, llamado también Maldini en varias notas y avisos del Fancy, se presentaba poco después con su orquesta, a partir de noviembre de ese mismo año, en los llamados sábados de Aperitif-Dansant y lunes de Vermouth-Dansant del local, fuera del servicio diario de Aperitif-Concert, encuentros famosos en la temporada de primavera y verano. El establecimiento se ofrecía para entonces con vajilla propia disponible a eventos, bailes, matrimonios y recepciones. Su taller de fabricación de tortas y pasteles era parte de la principal oferta publicitada.
También se
presentaron en el Fancy los
hermanos Juan Santiago y Pablo Garrido Vargas, pianista y violinista
respectivamente, ambos oriundos de Valparaíso. Alcanzaron cierta
importancia en el salón durante los días de la administración del señor
Harguindeguy. El primero de ellos, Juan S., emigró definitivamente a
México un tiempo
después, en donde trabajó como músico incidental de cinematógrafos y, al
completar sus estudios, como director orquestal y compositor. Se
nacionalizó y nunca regresaría a Chile, dejando obras de importancia
como su libro "Historia de la música popular en México".
Aviso del Fancy en la prensa impresa de julio de 1925, hacia los inicios del negocio en la Casa Colorada.
Publicidad del café en páginas de periódicos de agosto de 1925. Llama la atención que ya no necesite señalar su dirección.
Aviso de noviembre de 1925 con los sábados y lunes de dansant en el Fancy.
Reunión en el Fancy, en nota de páginas sociales de "La Nación", junio de 1929. Era ya el último período que quedaban de actividad al café.
Pablo Garrido también merece una detención. Con el tiempo, iba a alcanzar la categoría de un gran folclorólogo e investigador cultural de Iberoamérica, siendo un prolífico escritor y autor de libros como la fundamental obra de chilenidad "Biografía de la cueca". Su trabajo musical no solo incluyó estilos folclóricos o populares: se involucró también en la música de cámara, óperas y dirección de orquestas de jazz. "Publicaría cerca de dos mil escritos y daría más de quinientas conferencias en Universidades y organismos científicos y culturales de 35 países", sentencia Plath sobre su legado.
Aunque de día el Fancy era más inocente, funcionando principalmente como salón de té, ya después de la medianoche solían llegar los licántropos y la gente que venía de los cercanos teatros o cines como el Santiago, situado enfrente. Los publicistas del café lo sabían, señalando en algunas notas de prensa que este mantendría abierto su "elegante salón hasta después de la hora de la salida de las funciones nocturnas de los teatros", agregando que acogía así a "los habitués de los espectáculos teatrales y cinematográficos con generales muestras de aprobación". Esta política de mantener en actividad el negocio hasta pasada la hora de los teatros había sido anunciada y estrenada el sábado 5 de septiembre de 1925.
Concurrida era también la hora del aperitivo, asistiendo gente de alta sociedad, miembros de la banca y del comercio, según destacaban las páginas sociales. El establecimiento hacía ostentación de las figuras distinguidas que lo visitaban, por lo demás, publicando insertos con los nombres de sus clientes vistos en cada temporada, todos ellos de apellidos aristocráticos.
Y seguimos encontrando información interesante sobre tan bohemio y artístico cuartel en "El Santiago que se fue", de Plath:
Escribió René Olivares que allí vio bailar el vals Antofagasta tocado por su autor, Armando Carrera y que escuchó Granada de Agustín Lara, cantada por el barítono Horacio Carvajal. Se dice que aquí por primera vez se escuchó la tonada de Enrique Soro Corazones partidos. En un artículo de Wilfredo Mayorga sobre "La vida desconocida de Antonio Orrego Barros" (Las Últimas Noticias, 8 de marzo de 1975), cuenta que escribió letras de tango y entre estas una que se llama El Fancy que se refiere a este centro...
La primera estrofa de aquel tango citado por Plath y también por Manuel Peña Muñoz en "Los cafés literarios en Chile", decía:
En un rincón del Fancy, ensimismada
en el rumiar eterno del dolor
buscando una alegría fracasada
se ve todas las tardes a Margot.
Plath señala que también era de Orrego Barros la letra del tema "Maldito tango", con música de su compatriota Osmán Pérez Freire, compuesto en un café de Buenos Aires. La pieza fue cantada por primera vez por la artista hispano-argentina Lola Membrives en ese mismo café porteño. Posteriormente, la cantante y actriz habría sido invitada por ambos músicos chilenos para que formara parte de una compañía teatral. Empero, no queda del todo claro que Lola se haya presentado en el Fancy de Santiago, a pesar de lo que señalan algunas reseñas interpretando aquella información ofrecida por Plath.
El Fancy tenía un lado de acción solidaria, también: en las Fiestas Patrias de 1929, por ejemplo, fue uno de los establecimientos que obsequiaron regalos a la Comisión de Reconstitución Histórica de Maipú para que los regalaran a los niños pobres durante las celebraciones efectuadas en la Plaza de Los Cerrillos, en donde estaba la columna recordando el campamento que habían levantado allí los patriotas en 1818. Otras firmas que hicieron aportes caritativos en aquella ocasión fueron el Ramis Clar, la Confitería Palet, la Casa Costoya, la Casa Jacob y la Casa Japonesa.
La alta sociedad y las camaraderías tuvieron algunos de sus encuentros en el Fancy, por supuesto. Para junio del año siguiente, las páginas sociales de "La Nación" informan que el salón del café había sido lugar de una manifestación ofrecida por el directorio y profesorado de la Escuela Dominical del Centro Anglo Chileno en honor de una de sus integrantes, la señora Laura Quijada C. La reunión tuvo lugar el domingo 22 de ese mes y sería, acaso, una de las últimas actividades sociales que iban a realizarse en el célebre café de la Casa Colorada.
Plath y Peña Muñoz aseguran que el Fancy existió hasta 1935, aunque la dirección de Merced 872 ya pertenece a un establecimiento sucesor, el Black and White, a partir de julio de ese mismo año 1930. Puede ser que hayan compartido espacios diferenciados en algún período, pero su huella ya comenzaba a perderse también en la publicidad. Además, en sus inicios el Black and White se presentaba en los avisos como "ex Fancy".
Bastó así una muy corta vida para que el Fancy dejara un muy extenso recuerdo, según todo indica. ♣
Comentarios
Publicar un comentario