Portada del diario "La Tercera de la Hora", tras el bochornoso acontecimiento del Teatro Ópera. Iris del Valle y Paty Cofré en las fotografías.
Las aventuras vividas en la clásica bohemia capitalina por la veterana humorista oriunda de Freire, la querida Paty Cofré (Patricia Umerinda Cofré, nacida en 1939), conforman capítulos que se han ido rescatando del olvido más cerca de nuestra época gracias a los recuerdos y confesiones de la destacada comediante, además del mérito de algunos entrevistadores o periodistas por recuperarlos. Sería deseable, por supuesto, que la protagonista tome alguna vez el esfuerzo de registrar todas esas extraordinarias memorias como fuente privilegiada de aquella época, dada la juventud con la que ingresó a esos círculos, contando sólo 16 calendarios, y el largo período de su vida que dedicó desde entonces al vodevil, el bataclán y la revista, géneros prácticamente desaparecidos ya de la escena nacional.
La historia del célebre Teatro Ópera y su Compañía Bim Bam Bum, en
donde tuvo lugar la tragicomedia que acá se describirá, es relativamente bien
conocida por los amantes de los espectáculos extintos de Santiago. En su
edificio de Huérfanos cerca de San Antonio el patrón de la casa, el director Buddy Day, había montado
los mejores shows de la época pero distribuyendo en importancia a los
protagonistas de los números con estrictos códigos escénicos: los actores
principales siempre iban adelante y en los mejores papeles, mientras que
secundarios y coristas estaban más atrás, a veces solo como extras, muy poco
lucidos en cierta ocasiones. Las estrellas de cada temporada solían cerrar el espectáculo de cada noche.
El talentoso director y actor de origen peruano, Eugenio Retes, estuvo desde la inauguración de las revistas del Bim Bam Bum y en los inicios de la epopeya del Ópera. Permaneciendo siempre vinculado al medio con sus hermanos Rogel, Roberto y Rodolfo, a sus talentos también se deben descubrimientos interesantes del mundo artístico. De alguna forma, entonces, la propia Paty fue uno de ellos, o al menos su salto a los roles más destacados dentro del mismo espectáculo en la compañía del maestro Day.
Cabe señalar que Eugenio había impulsado antes, junto con Rogel, la exitosísima carrera de la segunda protagonista de esta historia: la deslumbrante Iris del Valle (Iris Rosalba del Valle Jorquera), actriz comediante chilena nacida en 1916 a la que los hermanos comenzaron a incluir en sus obras de teatro humorístico a partir de 1935, todavía siendo muy joven. Desde los inicios de la compañía de revistas Bim Bam Bum en 1953, Iris era figura estable en el Ópera, erigiéndose como una de las actrices fundadoras más atractivas y queridas del mismo, estrella de toda la bohemia nacional de aquellos años.
Empero, sucedió en el verano de 1962 y estando en su apogeo el Bim Bam Bum, que la afamada y consagrada Iris, apodada a la sazón La Pelá en referencia a uno de sus principales personajes (debutado en 1943, para el programa de humor radial “Hogar, dulce hogar”), enfermó y no pudo presentarse en el show del Ópera ante la angustia de los organizadores, pues se sabía que como plato central del espectáculo sería difícil reemplazarla. Con su magnífico don instintivo para reconocer figuras prometedoras, sin embargo, Retes sugirió que una joven corista, aspirante a vedette y actriz secundaria de la compañía la reemplazara: la talentosa que propuso era la propia Paty Cofré, ya con cierta experiencia reunida pero predestinada a ser una de las comediantes más importantes y de mayor trayectoria en todos los años del humor con base revisteril en Chile.
Con solo 22 años a la sazón y de tamaño más bien bajito, Paty trabajaba en este medio por necesidades económicas desde la adolescencia, tras haberse desempeñado como cuidadora de niños y luego probar suerte en las candilejas, debutando en la compañía Pigalle del teatro del mismo nombre, ubicado en San Diego cerca de calle Victoria. Esta sala había sido creada por el locutor y empresario Julio Tapia y en ella se presentaron artistas como Aníbal Troilo, la Orquesta Humabaly, Miguel Caló y el maestro Alfredo de Ángelis con su conjunto. En el Pigalle, que era una agrupación artística de la Radio Minería, la chica había sido aceptada por el exigente coreógrafo español Juan Cantó para integrar el elenco de bailarinas, aunque debiendo comenzar su carrera con una autorización notarial, dada su juventud.
Tras aquellas aventuras iniciando su vida artística las puertas se le abrieron a Paty en
el ambiente, llegando de esta manera al selecto equipo del Teatro Ópera. Sin embargo, allí era presentada en la cartelera como
Patty Jofré, con J, porque los productores creían que ese nombre podría ser recordado
mejor entre el público que su real apellido, Cofré. Esta curiosidad duró algunos años, de hecho, hasta que Paty pudo conseguir más independencia y renombre comenzando a usar su apellido real.
La chica alegre y risueña, entonces, aceptaba ahora en la velada del Bim Bam Bum el
notable desafío de reemplazar a una consagrada como Iris en la correspondiente rutina. Al parecer lo hizo excelente, con aplauso y buena crítica instantánea por parte
del respetable, pues continuó en el rol y también se le entregaron rápidamente otros como cantante, algo que ella solía evitar pues no se sentía tal... No sabía que esta merecida relevancia iba a afectar gravemente su carrera, sin embargo.
Paty Cofré en sus años de corista y vedette. Fuente imagen: diario "La Cuarta".
Iris del Valle, en imagen fotográfica del archivo Proyecto Cabaret.
Avisos publicitarios para los espectáculos del Bim Bam Bum en los años cincuenta, en el diario "Las Noticias de Última Hora".
Dicho de otro modo, la misma hazaña de Paty a partir de aquella noche fue su condena, fundamentalmente cuando Iris se enteró del buen resultado del reemplazo y del rápido ascenso de la chiquilla durante su ausencia. La sustituida, quien ya entraba en la madurez de la vida y acababa de vencer un cáncer hacía sólo tres años (“casi me lleva mi tocaya”, declaraba por entonces La Pelá), convalecencia que también la mantuvo temporalmente ausente del teatro y sus candilejas, se sintió amenazada de inmediato por el alzamiento de la joven promesa y montó en cólera, pero debiendo contenerla para reintegrarse en paz al Bim Bam Bum y reaparecer ante su leal público.
Temperamental y apasionada, sin embargo, Iris quedó esperando la oportunidad propicia para arrojarse sin
piedad contra Paty poco después, al final de la función nocturna del lunes 12 de febrero de ese año.
La ocasión para ajustar cuentas la encontró al cierre del sketch “La Escuelita” según se informó en la prensa,
desatándose una trifulca en la que acabó agarrando de un brazo a Paty justo al salir del escenario, arrastrándola y
agrediéndola con golpes de puño y rasguños, al tiempo que la acusaba de intentar
“tomarse” su papel y rol completo en la compañía. También arrojó encima de la chica objetos de la ambientación y
utilería, entre ellos un canasto usado por la propia agresora en la rutina “Los Carboneros”, azotando el objeto contra la cabeza de Paty.
Las peleas rencorosas en el medio de estos espectáculos era algo frecuente en esos años, debe recordarse, como sucedía con la elección de la artista que debía cerrar cada show o la que adoptaba papeles protagónicos en una rutina humorística. No pocas veces alguna gata terminó herida en la asistencia pública o constatando lesiones, tras el ataque de alguna compañera de trabajo. Sin embargo, aquel escándalo del Bim Bam Bum fue mayúsculo, principalmente por comprometer a una figura tan reputada como Iris y por acabar involucrando también a varios miembros del equipo del teatro en el esfuerzo de arrebatar a la pobre Paty de los brazos de la iracunda actriz. Entre otros, intervinieron Érika Nobel y Leoncito, el director de escena, no sin antes recibir también golpes de La Pelá ya fuera de sí.
Después de haber logrado separarlas con gran esfuerzo del personal testigo, la agredida puso una denuncia en la 15ª Comisaría de Carabineros de Chile, ya en horas de la madrugada del martes 13, hacia las 1:30. Constatadas las lesiones leves, se dirigió al Primer Juzgado de Menor Cuantía, estampando la respectiva imputación contra la elogiada actriz.
Al parecer, Paty estaba siendo acosada desde hacía un tiempo ya por los celos de Iris, quien a veces trataba de ridiculizarla en el escenario negándose a responderle preguntas que estaban en el libreto de cada rutina o criticándola en vivo excediendo así su guion, como habría sucedido esa misma noche de la riña. Siendo las peleas bastante habituales en entre todas las figuras del ambiente, como hemos dicho, la última explosión entre Iris y Paty tras el pequeño reemplazo vino a ser el previsible reventón de las presiones acumuladas entre ambas divas de la bohemia criolla.
En el intertanto, la noticia de la reyerta femenina había llegado aún ardiendo en su olla hasta las mesas de la prensa y, poco después, se calentaba de nuevo en las rotativas. La crónica del escandaloso ataque se publicó con detalles, principalmente por la popularidad que tenía entonces la veterana Iris, a pesar de sus más bien infundadas inseguridades y miedos a ser desplazada. Causó sensación, al punto de ocupar la mayor parte de la portada del diario “La Tercera de la Hora” del miércoles 14 de febrero de 1962 (irónicamente, el Día de San Valentín), en años en que aún no existía como tal la prensa sensacionalista de farándula o, cuanto menos, esto no se separaba todavía de la crónica informativa. Decía este medio sobre la memorable y todavía fresca pelea:
Sin director y con argumento improvisado, la destacada actriz Iris del Valle, "La Pelá", las emprendió en forma muy seria a trompadas contra la "figurita" Paty Jofré, cuyas curvas quedaron resentidas y en estado de reparaciones leves.
Pero Iris, lejos de intimidarse con cualquier denuncia y el inminente llamado de un juez por su conducta, exigió a Day -quien habría recibido también parte del ataque, decían, intentando separarlas- que sacara inmediatamente a Paty de la revista. Según recordaba ella misma, la muchacha fue relevada a las pocas horas por la vedette Pitica Ubilla (creemos que la segunda en recibir este apodo, Raquel, ya que la Pitica original, Elba, se había apartado de la actividad en esos años), como era previsible dada la importancia que tenía Iris dentro de la compañía.
Asediada por los periodistas, intentando justificar tan bochornoso comportamiento e inexcusable reacción, La Pelá declararía después a la prensa sobre su damnificada adversaria:
Siempre esa jovencita está riéndose delante del público. Y cuando hay poco, trabaja con desgano. Yo quiero esta profesión y a mi público, por eso no permito esas cosas. Lo digo en mi monólogo. Mi profesión no será la mejor de todas, pero si yo naciera de nuevo, tal como soy, volvería a ser actriz. A mi carrera he entregado mi vida, y a ella se lo debo todo. Ojalá todas las jovencitas entendieran esto...
Así, tras haber estado por exitosos seis o siete años participando en el elenco del Ópera y la compañía de revistas Bim Bam Bum, la bailarina y comediante Paty Cofré acabó siendo despedida al ser incapaz de enfrentar el poder que Iris tenía dentro del mundo del espectáculo popular criollo. De hecho, la iracunda actriz había logrado doblarle la mano y la voluntad a los propios Day y Retes, pues con sus caprichos y celos silenció todo intento de mediación y llamado a la sensatez por parte de los directores. Era una situación no muy extraña dentro las artes escénicas de aquellos años y todavía en nuestro tiempos, debemos insistir.
Aviso de principios de 1959 con Iris del Valle, Gabriel Araya, Elba "Pitica" Ubilla, Chito Morales y Eugenio Retes formando parte del elenco principal del Bim Bam Bum. Publicado en el diario "La Nación".
Izquierda: Eugenio Retes retratado hacia 1955 por el gran fotógrafo de las candilejas chilenas Alfredo Molina La Hitte, en imagen publicada por el portal Memoria Chilena. Derecha: Buddy Day en la revista "En Viaje", año 1966.

Paty Cofré en sus años de juventud. Imagen publicada por el sitio de Chilevisión.

El ayer y hoy de Paty Cofré, en imagen tomada del sitio de Chilevisión.
Resignada y dolida, Paty se marchó a trabajar en otras compañías desde allí en adelante, llegando a establecerse por un tiempo en un espectáculo de la ciudad minera de Calama. Fue hasta allá en el Norte Grande que, en una noche ya terminando la velada, entró a su camerino la propia secretaria personal de Day intentando convencerla de que se reincorporara al elenco del Ópera en Santiago: ahora, un grave problema de ribetes estrictamente personales entre el director y la soberbia Iris había significado una nueva y posiblemente definitiva salida de esta última desde la compañía, anunciando su partida en octubre de 1969 y después de 16 años en el elenco. Desde ese momento y sin obstáculos, entonces, Paty podía volver al Bim Bam Bum...
...Sin embargo, orgullosa y saboreando el dulzor de la oportunidad de una venganza que le permitía ahora el mismo impredecible destino, la bailarina resistió las muchas tentaciones de la oferta y la rechazó, enviando una rotunda y frustrante negativa a Day como respuesta, según lo que ella misma a confesado en épocas posteriores. A pesar de las infinitas conveniencias económicas y curriculares que representaba para su todavía emergente carrera, la ya más madura artista no cedería.
Paty ha recordado parte de aquellos hechos en varias ocasiones, una de ellas siendo entrevistada en la edición del programa del canal Mega “Morandé con Compañía”, del jueves 28 de octubre de 2010, en donde -por primera vez en muchos años- entregó detalles de la situación que la sacara de la revista del Ópera pero que, de alguna manera, le permitiría iniciar nuevas proyecciones para su carrera que todavía sigue vigente, después de tanta vida entregada al escenario y los espectáculos. Por estas mismas razones, aunque la mala anécdota siempre provocó dolor y hasta algunas lágrimas en Paty al tener que recordarla, revelaría unos años más tarde en “Las Últimas Noticias” del lunes 10 de junio de 2013: “Ella era la vaca sagrada y si yo seguía reemplazándola en los sketches de comedia, ella no volvía. Pero cuando me fui no me vine abajo. Ahí me hice profesional, fui muy feliz”.
Ya menos ingenua que en sus años mozos, además, Paty se hizo conocida por su fuerte carácter y una personalidad indócil, a pesar de su reconocida lealtad y sensibilidades profesionales. Ha asegurado que, en otra oportunidad, dio una paliza a garrotazos al director artístico Luis Gallo, cuando este intentó sobrepasarse con ella en el vestidor de un teatro durante otras funciones revisteriles, algo de lo que habría sido testigo el humorista Sergio Feito cuando corrió a abrir la puerta cerrada del cuarto alertado por los gritos. También acabó expulsada del elenco después de aquel incidente, según confesó en otro programa de televisión, muchos años después. Por si fuera poco, fue capaz de golpear con un micrófono la cabeza a un sujeto ebrio quien, escondido entre el público de un teatro, molestaba y alteraba su paciencia en una presentación donde le tocó cantar una pieza con letra humorística. La coronada Reina Guachaca 2008, además, siguió en plena actividad artística siendo una de las últimas fortalezas vivientes de esa generación de las noches de oro que tuvo el espectáculo nocturno de Santiago y de todo Chile.
El show del Bim Bam Bum, en tanto, se acabó en los setenta y el Teatro Ópera bajó telones en diciembre de 1986. El edificio fue comprado y remodelado por una inmobiliaria, llevándose para siempre sus pasillos con polvos mágicos, sus camerinos con estrellas en las puertas y los fantasmas de aquella época de alegrías y dolores, así como los de sus olvidadas batallas entre artistas. Todos sus recuerdos, todas sus anécdotas e incluso todos escándalos, como la escaramuza Iris-Paty de hace tantos años ya, desde entonces no son más que éteres luchando con la amnesia.
La gran Iris del Valle falleció en mayo de 1996, parcialmente olvidada, por esa extraña pero consabida injusticia que abunda en los medios artísticos. Era recordada sólo tibiamente por la ingrata prensa de espectáculos de entonces, situación que no sintoniza con la enormidad de su enorme pasado y con su importante trayectoria en las artes escénicas chilenas... Algo deplorable pero, por desgracia, cosa muy repetida en la realidad nacional; más de lo que desearía.
Que estos recuerdos sabrosos sirvan, entonces, para retrasar en parte el olvido de una de aquellas innumerables historias que, protagonizada por la grande y polifacética Paty Cofré y su Némesis La Pelá, formó parte del legendario de aquel desaparecido teatro y su voluminoso anecdotario. ♣
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