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BAR Y RESTAURANTE LA FUENTE: UNA OLVIDADA CANTINA DE CARA AL PARQUE FORESTAL

Detalle de la fachada del antiguo establecimiento por calle Merced, en 1923.

Actualmente, las direcciones de Merced 54 y Alameda Bernardo O'Higgins 53 corresponden a las de un estrecho edificio situado casi al centro de la cuadra triangular entre Plaza Italia y la calle corta Irene Morales. Denominado Edificio Oviedo, fue ocupado hasta hace no mucho tiempo por el Hotel Principado Express, conocido también como el Principado Lastarria, que formaba parte de la cadena de prestigiosos hoteles turísticos del mismo nombre.

El inmueble de marras se ubica enfrente de la famosa Fuente Alemana del Parque Forestal por el lado de Merced, el majestuoso monumento del escultor alemán, Gustavo Eberlein, que fuera obsequiado por la colonia germana a Chile en el contexto del Centenario Nacional. Esta obra , alegórica de la llegada y gratitud de los inmigrantes alemanes en el país, fue inaugurada allí el 13 de octubre de 1912.

A pesar de las comodidades y buena distribución interior que tenía dicho hotel, el edificio señalado llama la atención por su estrechez, alcanzando solo unos tímidos metros de ancho... Esto se explica revisando el pasado del mismo terreno urbano, cuando era nido de una curiosa cantina que sobrevivió allí hasta los años treinta del pasado siglo.

La dirección de Merced 54 figura cuanto menos desde 1886 en las ediciones de la "Guía de Santiago". Aparecía vinculada a las residencias de Trifón Salas y Margarita Errázuriz, según la misma fuente. Vivió allí también Raimundo Salas, al parecer hijo de don Trifón y quien figura unos años después en el cargo de Regidor de Santiago. La dirección de Alamedas de las Delicias 53, en el otro extremo, era señalada en tanto como residencia de Julio Ortiz.

Pero el vetusto inmueble de un piso que ocupaba dicha dirección, presumiblemente de adobe, ya había envejecido notoriamente cuando comenzó el siglo XX. De acuerdo a la información registrada por el "Plano catastral de la ciudad de Santiago" de Alcides Araya Santos, publicado en 1915 y elaborado con asesoría de la Asociación Chilena de Aseguradores contra Incendios, dicha propiedad pertenecía al señor Luis Vial Infante y se dividía a la sazón en dos edificaciones rotuladas como "ligeras", acusando la materialidad primitiva del mismo inmueble.

Es presumible que la cantina de nuestro interés llegara a instalarse allí en ese período, justamente, pues su nombre rendía homenaje al mencionado monumento alemán y con fontanas que se encontraba casi exactamente al frente de su entrada principal, por Merced: el Bar y Restaurante La Fuente.

Fotografía del archivo de Chilectra tomada en febrero de 1923, con la fachada del bar-restaurante y los edificios vecinos en calle Merced.

Otra imagen del archivo fotográfico de Chilectra, con una captura de noviembre de 1926 desde el Parque Forestal. Se observa al elocuente Monumento de la Colonia Alemana, al que aludía el bar con su nombre. La cantina estaba estaba al pie del muro desnudo que se ve en el extremo derecho de la imagen, y su fachada se esconde tras el carro del ferrocarril urbano que transita por calle Merced.

Antigua vista de las fachadas de calle Merced desde el Parque Forestal, hacia los años treinta. El más alto es el Edificio La Gárgola de Luciano Kulczewski. Detrás de la palmera se distingue un espacio vacío entre dos edificios neoclásicos de tres pisos... Era en donde estuvo antes el Bar y Restaurante La Fuente, justamente.

Imagen del cercano Edificio La Gárgola en la misma línea de fachadas, hoy ocupado por el Hotel Lvciano K. Imagen publicada en el estudio "La Arquitectura Moderna en Chile", de Max Aguirre y Miguel Ángel Baldellou, de la Universidad Politécnica de Madrid (2004).

Acaso era, aquel, un último vestigio de la baja línea de fachadas que alguna vez existió por aquel lado y el de la Alameda, antes que dicho sector de Santiago cobraba mayor importancia para los nudos viales y líneas de tranvías de la metrópolis. También era, en cuanto su servicio comercial, un modelo de antiguas tabernas modestas que ya se hallaba en retirada en aquel momento.

Una matrícula para patente de alcoholes con aquella dirección de calle Merced 54 aparece en las bases de subastas publicadas en la prensa durante julio del año 1917. Esta había sido extendida a nombre del señor Antonio Fuste, por lo que podemos suponer que habría sido el dueño de la extraña cantina.

El único registro fotográfico importante que quedó del Bar y Restaurante La Fuente es una imagen fechada el 14 de febrero de 1923 que figura entre los álbumes de fotografías de la compañía Chilectra, relativos a las proyecciones de los tranvías y la electrificación de los mismos. Son dos imágenes que muestran ambos frentes del pequeño inmueble, por Merced y Alameda. Luce casi con la amenaza explícita de ser aplastado de un momento a otro por los dos edificios de sus costados, más modernistas y con zócalos destinados a comercio. Su estrechez fue enfatizada en las mismas fotografías con el trazado a mano de una línea de referencia, entre ambos muros cortafuegos de los dos inmuebles vecinos.

De las fachadas blancas rematadas por tabiques horizontales y paneles de madera, podemos deducir que era una de las típicas cantinas de principios de siglo pero que conservaban rasgos de la centuria anterior, con cierto aire de chichería rural o posada. De seguro era atracción para público de estratos populares, como las que se podían encontrar todavía en esos años también en barrios como los de Estación Central, Mapocho, San Pablo abajo y La Chimba en general.

Sin embargo, para el caso de La Fuente llama la atención que este caserón haya sobrevivido hasta avanzados tiempos en pie y en aquel rincón de la ciudad, cuando gran parte de la fisonomía urbanística y arquitectónica ya había cambiado drásticamente acomodándose a las líneas neorrománticistas y después modernistas que proliferaron tras el Centenario Nacional. Por algún capricho de la sociedad y de los planos urbanos, entonces, esta curiosidad había quedado allí como remanente de lejanos tiempos en la historia de Santiago, cuando ya se renovaban y ampliaban los rieles de tranvías en la Alameda y otras vías del entorno.

En 1928, además, se construyó a solo metros de allí el Edificio La Gárgola, del eximio arquitecto Luciano Kulczewski, hoy destinado a servicios hoteleros. Extraordinaria obra patrimonial ubicada en Merced 84, también es estrecho y con prolongación hasta el lado de la Alameda. Se levantó justo al lado del edificio que flanqueaba por el costado poniente al bar restaurante y que también desapareció del conjunto, existiendo hoy uno más moderno y con  departamentos y balcones, al lado del hotel. Era parte del anuncio evolutivo: el progreso no echaría marcha atrás en aquellos barrios.

La fachada posterior del mismo bar y restaurante, por el lado de la Alameda de las Delicias, en fotografía de los archivos de Chilectra en febrero de 1923.

Reposición de vías en Plaza Italia-Baquedano, diciembre 1927, en otra fotografía del archivo Chilectra. Atrás, por el sector en donde se ve la góndola blanca a la derecha de la imagen, estaba el bar y la "garganta" vacía que separa ambos edificios adyacentes por el lado de la Alameda.

Otras dos imágenes de los álbumes en el archivo fotográfico Chilectra, con las modificaciones de las líneas de tranvía en diciembre de 1927: una hacia el poniente (arriba) y otra hacia el oriente (abajo). En ambas se distingue el espacio vacío entre ambos edificios hacia el centro de la cuadra, en donde estaba el misterioso boliche La Fuente.

Vista actual del edificio que ocupa el área antes perteneciente al bar y restaurante, desde la Alameda (arriba) y calle Merced (abajo).

Unos años después de los registros fotográficos de Chilectra y como era bastante previsible, el añoso inmueble acabó demolido dejando un espacio vacío entre los dos edificios románticos de sus costados. Esto parece haber sucedido en los años treinta, si echamos cuentas comparando la información disponible. Así, vino después otro inmueble a llenar aquel espacio anómalo: uno de siete pisos, perfectamente adaptado a aquel pequeño ancho pero compensado con la profundidad que del terreno que tocaba ambas avenidas.

El fotógrafo japonés residente en Chile Gennosuke Kakegawa instaló su taller fotográfico precisamente en esa dirección Merced 54, en las nuevas dependencias. De acuerdo a Hernán Rodríguez Villegas en su trabajo "Fotógrafos en Chile durante el siglo XX", llegó a tal dirección en 1945, pasando el medio siglo en dicho domicilio comercial. Por la misma época, el tercer piso alojaba a la joyería y relojería de lujo del señor Mauricio Vatasky M., mientras que en el séptimo piso estaba la casa comercial del señor Eduardo Camus Señoret, representante exclusivo de la marca de harina de pescado de la planta noruega A. S. Myherns Verksted, en 1955. En el mismo piso, departamento L, residían desde el año anterior el general Jorge Carmona y su hija Rosa Carmona Edwards.

Pero justo en aquel nuevo período, otra famosa "fuente" llegará a instarse en aquellos reinos adyacentes a la Plaza Baquedano, en Alameda 58: la Fuente Alemana, el famoso palacio de sándwiches, pizzas, completos y comida rápida en general, también llamado así en referencia al cercano monumento de la colonia germana al inicio del Parque Forestal. Esto sucedió en 1954, cuando el comerciante Bruno Massoni y sus socios compraron el local del anterior restaurante La Predilecta para instalar allí la famosa fuente de soda.

Como es sabido, el titular de la Fuente Alemana se mudó a Providencia hasta la dirección de avenida Pedro de Valdivia 201, pero el local correspondiente mantiene el nombre de La Antigua Fuente, que preserva las tradiciones y el público. A pesar de las dificultades en los últimos años, a causa de cuestiones de agitación social y política, este sigue siendo parte del patrimonio gastronómico de Santiago, capitaneado por la familia Siri.

En tanto, después de varios años de decadencia y parcial abandono había tenido lugar una nueva intervención y remodelación en Merced 54. Una completa nueva fase de inversiones se realizaron en el Edificio Oviedo, dirigidas por el propio dueño de los hoteles Principado, don Lucio Torre Vega, propietario además de los restaurantes La Terraza y La Hacienda Gaucha en el mismo barrio de la Plaza Baquedano. Para ello contrató al arquitecto Jaime A. Venegas G., convirtiendo así al lugar en la sede del Hotel Principado. Esto aportó otro servicio hotelero a los varios que rodean el bohemio y artístico barrio de calle Lastarria, en el sector junto al Cerro Santa Lucía, Parque Forestal y Barrio Bellas Artes.

Sin embargo, el largo período de disturbios, desórdenes callejeros y saqueos afectó directamente a los hoteles de la cadena y los restaurantes del propietario desde el último trimestre de 2019, con consecuencias nefastas para el negocio. El esbelto Hotel Principado Lastarria acabó dejando al edificio de marras, mismo que hoy luce desolado y cerrado aguardando mejores días.

Después de tanta agua corrida bajo el puente de la historia urbana, nadie recuerda ya al antiguo bolichito de bebedores y jugadores de cacho o naipes que alguna vez existió en ese enjuto cajón de la primera manzana de Merced y Alameda, pero cuya impronta ha quedado timbrada como recuerdo en las proporciones geométricas y espaciales del mismo edificio que lo reemplaza hasta ahora. ♣

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