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LA HISTORIA DETRÁS DE LOS TOROS DE MAIPÚ

 

En calle Alberto Llona 1899, enfrente de Chacabuco y al lado de la activa Plaza de Armas de Maipú, está el viejo pasaje con arquerías y explanada de la Municipalidad en donde funcionan dependencias de la Tesorería Provincial, el Departamento Municipal de Eventos con su Salón Auditorio y la Sala de Reuniones del Concejo. Al fondo del mismo, están las escalinatas y portal de acceso al anfiteatro abierto, en donde han destacado tradicionalmente, en lo alto, dos figuras taurinas vigilando por largo tiempo la entrada y salida del público desde este sitio.

Ambos tenantes metálicos, conocidos popularmente como los Toros de Maipú, exhiben su gallarda estampa y musculatura en actitudes bravas, como ostentando su superioridad en un imaginario rebaño bovino. Uno de ellos, a la izquierda, mira hacia el horizonte en forma altiva y desafiante, buscando un enemigo al que abatir, mientras que el otro, a la derecha, parece congelado en un instante previo a un ataque, bufando y cabeza gacha listo para embestir.

Tras el portal de acceso en donde se lucen las figuras, está el viejo circo municipal con pista central cuyas líneas y circunferencia aún evocan a una medialuna. No es coincidencia que así sea, como no lo es tampoco que los toros de lidia se encuentren coronando su acceso.

Maipú ha tenido más de una medialuna en su historia, muy concurridas en las fiestas patrióticas de abril y septiembre. Durante las primeras dos décadas del siglo XX fueron famosos los rodeos y ferias realizados en la que existió dentro de la hacienda de don Luis Valenzuela, por ejemplo, "alternadas con las fiestas populares, el buen causeo al aire libre y las espléndidas y zapateadas cuecas con tamboreo, aro, huifa y bofetadas, si llega el caso", anotaba la revista "Corre Vuela" del 28 de abril de 1909. La primera medialuna pública de Maipú se cree fue una que estuvo en donde hoy se encuentra la Población Independencia de Chile, a espaldas del Templo Votivo de Maipú.

La cancha de rodeo junto a la plaza principal es posterior. Considerada inmueble de Conservación Histórica, la vida de este coliseo abierto inició el 30 de julio de 1937, cuando comienza a ser construida allí la Medialuna Municipal de Maipú. Eran, por supuesto, tiempos en que la comuna aún convivía con rasgos rurales y tradiciones más relacionadas con el campo, no absorbida por el crecimiento urbano. Se cuenta, además, que habría ocupado el terreno que fue una antigua cancha colonial de corridas de toros, actividad prohibida desde la Patria Nueva.

La nueva medialuna fue puesta en servicios en 1938, pero rápidamente se la remodeló con un poco más de ambición y recursos. De este modo, pudo ser reinaugurada como Medialuna Municipal de Maipú en abril 1940, con un gran rodeo oficial conmemorando la Batalla de Maipú.

Aunque las jornadas de esta práctica se habían vuelto una atracción habitual en aquel circo de rodeos, está el antecedente de una histórica corrida de toros que quedó asociada para siempre al lugar, a pesar de lo ajena que suena ya esta tradición en Chile. Dice al respecto el periodista y cronista maipucino Manuel Silva Salazar en el artículo del sitio Cambalache Maipú (“La Plaza de Toros de Maipú”, 2018) que, en febrero de 1941, el ruedo fue utilizado por primera y única vez como plaza de toros, jornada de tauromaquia de la que quedaron algunos registros.

Aquella habría sido más bien una exhibición que una lidia tradicional, sin toros muertos o heridos, cumpliendo así con las restricciones al maltrato animal que ya entonces se consideraban válidas.

Los Toros de la Plaza Maipú, sobre el acceso al circo abierto.

Hoja del catálogo de la fundición Val d'Osné, con los toros ornamentales que se ven en la Plaza de Maipú (Fuente imagen: "Arte de la Fundición Francesa en Chile").

Pabellón francés de la Exposición Internacional de 1875, realizada en la Quinta Normal de Agricultura. Ubicado a un costado de la avenida Portales. Imagen publicada en el periódico "Correo de la Exposición", 16 de octubre de 1875. Entre las piezas ornamentales que están en el jardín enfrente de los galpones, se distinguen los dos toros que hoy se ven en Maipú.

Jornadas de rodeo en Maipú en 1909, antes de la construcción de la Medialuna Municipal. Evento realizado en la hacienda de don Luis Valenzuela, en abril de aquel año. Páginas de la revista "Corre Vuela".

Inauguración de la Medialuna de Maipú en revista "En Viaje", durante las fiestas del 5 de abril. Imagen publicada en la edición de mayo de 1940.

Posible imagen de la corrida de toros en Maipú, año 1941. Fuente imagen: Cambalachemaipu.com.

Los tiempos de la medialuna de Maipú. Fuente imagen: Cambalachemaipu.com.

Medialuna de Maipú en sus primeros tiempos. Fuente imagen: Maipupatrimonial.cl.

A mayor abundamiento, la muestra taurina de Maipú fue parte también de los festejos del IV Centenario de la Fundación de Santiago, a los que se sumó la comuna por su evidente relevancia en la historia de la ciudad, especialmente en el proceso independentista. A la sazón, Maipú estaba bajo la alcaldía de José Luis Infante Larraín, agricultor, militante conservador emigrado al nacionalismo y futuro ministro de economía del presidente Gabriel González Videla. Con cuatro pasadas por la dirección comunal, quedó en el recuerdo como uno de los alcaldes más hacedores y reputados de la comuna, con un busto propio en los jardines municipales. Junto a otros alcaldes como Gonzalo Pérez Llona y Raúl Pino Villegas, también fue un gran fomentador de la práctica local del rodeo huaso y otras tradiciones que hoy ya están en retirada desde las grandes ciudades.

Fue el propio Infante quien, queriendo conmemorar un espectáculo público de tanta connotación hispánica, logró conseguir en subasta dos estatuas de toros de lidia que hizo montar sobre el acceso a la medialuna. Claudio Jorquera Aceituno, por su parte, explica en artículo del Portal Maipú Patrimonial (“Los Toros de la Medialuna: antiguas esculturas en el centro de la comuna”, 2013) que la sugerencia de comprar las estatuas taurinas había sido hecha por el vecino e integrante del Club de Huasos, don Leonidas Rosende, tras haber visto las figuras abandonadas en una feria ganadera de Santiago, en la calle Exposición.

A mayor abundamiento, Jorquera recuperó aquel dato gracias a doña Victoria Rojas viuda de Rosende. El articulista añade que estos toros llegaron a Chile con otras obras ornamentales para ser montadas en el Pabellón de Francia en la Exposición Internacional de 1875, realizada en la Quinta Normal de Agricultura de Santiago. El pabellón o stand francés, que se armó a un costado de la avenida Portales, aparece ilustrado en el número tres del periódico “El Correo de la Exposición”, que fue el medio oficial del evento: frente a los galpones pueden verse varias piezas ornamentales, entre ellas los toros. Se conjetura, entonces, que tras finalizar la exposición ambos bovinos debieron ser adquiridos para ir a ornamentar la feria ganadera de calle Exposición y luego quedar en desuso al término de la misma, hasta que Rosende las encontró allí.

Los toros representados son de tamaño natural, de raza miura, modelos de las fundiciones artísticas francesas, en este caso de la casa parisina Val d'Osné. Su sello aún se lee tenuemente en las bases de las figuras. Basadas en la obra Combat de Taureaux de mediados del siglo XIX, del escultor francés Isidore Bonheur, sus copias aparecen a la venta en catálogos de la compañía y hay piezas similares en el ex matadero de Cureghem en Anderlecht, Bélgica, y en el Parque Georges-Brassens de París.

Bonheur había presentado los toros en material de yeso en 1865, obteniendo varios premios por ellos. Se dice que fueron mostrados en la Exposición Universal de Viena 1873, en el Pabellón de Agricultura de Francia y en el Champ de Mars en 1878, aunque algunos confundían estas esculturas con la del buey de Auguste Cain exhibido ese año en la Feria Mundial de París. Esto dio origen a la leyenda de que los toros de Bonheur estuvieron alguna vez en los jardines del Palacio de Trocadero, sede de la exposición, más alguna controversia sobre la originalidad de los autores. Con cierta tendencia a representar animales, Bonheur también obtuvo Medalla de Oro en la Exposición Universal de París de 1889.

Las principales copias metálicas de los toros de Bonheur se fundieron por encargo del Matadero de Vaugirard hacia 1897, encargadas a las industrias de metalurgia artística Val d'Osné, lo que también generó discusiones por su semejanza con las de Cain. Son los que están en el Parque Geores-Brassens, precisamente.

Toro de la derecha (visto de frente), en el exterior y antes de ser restaurado.

El mismo toro del acceso, visto desde adentro. Al fondo, la Plaza de Armas de Maipú.

Toro a la izquierda del acceso (visto desde el frente), en el exterior y antes de ser restaurado.

El mismo toro al costado del acceso, en una vista interior. Atrás, árboles de la Plaza Anfiteatro.

Los toros vistos desde el interior, por encima del sector de las galerías.

La Plaza Anfiteatro, área verde adyacente al recinto.

Senderos interiores de la misma Plaza Anfiteatro.

Con sus hermosos toros custodiando el acceso poniente a la medialuna, recordaban algunos viejos vecinos que otros eventos organizados con la colonia española y con animales traídos desde la Península habrían tenido lugar allí en Maipú, pero continuando al servicio del rodeo durante aquellas alcaldías que siguieron. El coliseo abierto llegó a ser sede del Campeonato Nacional de Rodeo, de hecho, el famoso Champion de Chile en 1959 y 1961, cuando Infante había regresado a la administración municipal.

La medialuna de Maipú fue lugar de varias celebraciones asociadas a las jornadas oficiales de rodeo, por entonces. Desde el sábado 18 al lunes 20 de octubre de 1969, por ejemplo, se realizó allí una exposición y muestra de jinetes con ejercicios de amansadura y movimiento a la rienda, la que incluyó el servicio de un gran casino y restaurante atendido por Juan Lamotte, concesionario también del casino municipal en esos días. La celebración, organizada por la Asociación Santiago, tuvo orquestas en vivo, conjuntos criollos y números de variedades, con atracciones especiales en la medialuna y el casino los días domingo y lunes.

Poco después, también con gran participación de Infante y Pérez Llona, se fundó ahí también Club de Rodeo Chileno Federado Alberto Llona Reyes, que obtuvo personalidad jurídica en octubre de 1973. Pérez Llona había sido dirigente de la Sociedad Nacional de Agricultura, de la Federación del Rodeo Chileno y de la Asociación de Criadores de Caballares.

En aquel año, sin embargo, la otrora popular medialuna fue provisoriamente convertida en un centro de detenciones, hasta 1974, consecuencia directa del Golpe Militar de septiembre. Existen algunas placas memoriales dentro del muy transformado recinto, por esas mismas tristes razones.

La actividad al servicio del rodeo estuvo activa hasta 1986. Los mismos socios del club lograron, merced a sus insistencias, que en julio de 1993 se fundara el Club de Rodeo Laboral Maipú destinado a facilitar la entrada de personas de clase media, niños y estudiantes a la práctica y la celebración de estos juegos, a través de la organización de actividades y la liberación de entradas a los mismos encuentros.

Sin embargo, la actividad del recinto ya no era la misma en esos días: el alcalde Hernán Silva Sanhueza había trasladado aquellos encuentros costumbristas desde la medialuna a unas canchas ubicadas en calle Maipú con El Olimpo, enfrente de Sigfredo, a la sazón un terreno eriazo y poco urbanizado. Esta nueva medialuna ya se encontraba en parcial ruina cerca del Bicentenario Nacional, antes de que se construyera en su lugar el actual Hospital El Carmen, desapareciendo totalmente.

A pesar del entusiasmo de los clubes, la época del rodeo estaba en retroceso y la actividad en la Medialuna de Maipú había decaído mucho por entonces, para felicidad de los animalistas y adversarios de la actividad de los ruedos. Las remodelaciones del entorno y la misma Plaza de Armas de Maipú hicieron inviable la realización de grandes eventos de tono campestre en el recinto del viejo coliseo, por lo que se lo adaptó ahora como anfiteatro para eventos abiertos.

De ese modo, su pista de 40 metros de diámetro y sus graderías para unas 4.000 personas o más, sentadas y de pie, dejaban atrás ya su parte más rústica, tradicional y folclórica relacionada con la actividad del rodeo... Penas para unos, alegrías para otros.

Acceso al recinto de la ex Medialuna de Maipú, hacia sus tiempos usados como anfiteatro y centro de eventos. Fuente imagen: Cambalachemaipu.com.

El mismo acceso cerrado al público, durante el período de decadencia y desuso en que cayó antes de la última remodelación del recinto.

Aspecto actual del acceso al recuperado recinto de la exmedialuna, ahora convertida en la flamante Pista de Patinaje y Centro de Eventos Los Toros.

La ex Medialuna Municipal de Maipú, en el período en que permaneció convertida en estacionamientos de vehículos de la municipalidad y de algunos funcionarios. Fuente imagen: Prensalocal.cl.

Inauguración de la Pista de Patinaje y Centro de Eventos Los Toros, dejando atrás toda posibilidad de que la medialuna recuperara su actividad original de rodeos. Fuente imagen: Chile.as.com.

Mirada general a la nueva Pista de Patinaje y Centro de Eventos. Aún conserva su aspecto original de medialuna, a pesar de las remodelaciones.

Comienza a llegar la gente al actual recinto: patinadores y skaters, en una tarde fría de Maipú.

Placas inaugurales y conmemorativas, en el acceso. El juguetón perrito que se ve en la imagen quedó viviendo en el recinto desde realizados los trabajos que convirtieron el lugar en la pista de patinaje.

El resto de la historia de la ex medialuna es bien recordada por muchos maipucinos: en 1999, el alcalde Herman Silva Sanhueza hizo una ambiciosa proposición de transformarla en un centro de espectáculos techado, para festivales y conciertos, presentando un anteproyecto que quedó en espera de recursos, pero que no prosperó al tener que dejar el cargo durante el año siguiente. Solo unos meses después, ya iniciado el año 2000 el recinto fue cerrado, profundizándose su largo período de oscuridad y quedando convertido en un espacio subutilizado a espaldas de la Municipalidad.

Solamente se realizaron algunos ocasionales encuentros en esos años que siguieron dentro de aquel espacioso lugar, como ciertos festivales de verano. Realmente, sus posibilidades como sitio de encuentro social se estaban perdiendo.

Hacia los preparativos de las celebraciones del Bicentenario Nacional, sin embargo, el alcalde de esos días, Alberto Undurraga Vicuña, planteó recuperar el carácter histórico del anfiteatro como medialuna, pero su propuesta también quedó trunca. Además, con la inauguración de la Estación Metro Plaza Maipú en 2011 y la construcción de las explanadas para eventos en la plaza, los espectáculos abiertos comenzaron a realizarse en esos nuevos espacios abiertos, ya no en la ex medialuna.

El sucesor en la alcaldía, Christian Vittori Muñoz, elaboró a continuación una nueva propuesta en 2013-2014 para reponer la actividad artística y ciudadana en el mismo recinto municipal, aspirando a convertirlo en un gran anfiteatro de eventos al estilo Cúpula del Parque O'Higgins. Incluso se planteó un nuevo nombre para el recinto: Arenas Maipú. Se evaluó ampliar su capacidad e instalarle un escenario propio pero, nuevamente, el proyecto no alcanzó a ejecutarse durante su dirección comunal.

Entre tanto vaivén y controversia política, sin embargo, la explicación a la presencia de los toros colocados en la entrada del estadio acabó siendo olvidada hasta por los mismos vecinos, en especial los más jóvenes. Olvidada y desdeñada, la pobre ex medialuna municipal siguió convertida en lugar de muy ocasionales encuentros y, la mayor parte del tiempo, en estacionamiento para vehículos de algunos funcionarios. De hecho, casi dos décadas más completó en este poco decoroso servicio, llegando a los 32 años en virtual desuso.

Al asumir en 2016, una de las primeras medidas de la alcaldesa Cathy Barriga Guerra fue darle un destino diferente al anfiteatro y tratar de recuperarlo para la ciudadanía. La medida fue anunciada al Consejo Municipal el 10 de enero del año siguiente, siendo remodelado, modernizado y destinado -muy en su particular estilo- a cancha de patinaje permanente y centro recreativo.

Reinaugurado en esas nuevas funciones y con casi el doble de aforo de antes, el lugar ostenta hasta ahora un nombre singular: Pista de Patinaje y Centro de Eventos Los Toros de Maipú… Su nueva etapa de existencia y nueva identidad.

Como se podrá adivinar, aquel taurino título lo concede el par de bravos, gallardos y estáticos bóvidos, flanqueando el paso sobre la entrada. Los mismos toros que testimonian desde sus inicios una historia de lo que empezó a escribirse con la Medialuna Municipal de Maipú, en tiempos de otros tiempos.

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