Américan Bar (cerrado por disposición de la Intendencia) y al lado la Confitería Palet, en imagen de la revista "Zig-Zag", año 1912.
El concepto del american bar o barra americana estaba de moda desde inicios del siglo XX, más o menos, período en que debuta ante la sociedad santiaguina un establecimiento recreativo con el mismo nombre: el American Bar de calle Estado 368, situado en el costado exterior del Pasaje Matte y a escasa distancia de la Plaza de Armas.
Aunque la memoria sobre la bohemia centrina recuerda principalmente al American Bar de Valparaíso, otro posterior en Rancagua y el que existió en calle Bandera de Santiago, aquel de Estado fue el primero en ostentar tal nombre en la capital chilena y con tales grados de éxito. Con aquel título, además, hizo gala de su entonces novedosa, cómoda y extensa barra con asientos del lado del público y una elegante exposición de botellas coloridas a espaldas de los barmen que la atendían.
Fundado por don Lucas Villegas, el American Bar en parte era también cigarrería y comercial de "licores legítimos importados", según enfatizaba en los avisos publicitarios cercanos al período del Centenario Nacional, vendiendo ambos tipos de productos en el mismo establecimiento. Lo más conocido y solicitado en él, sin embargo, eran los llamados cócteles americanos, principal oferta del negocio, con una buena cantidad de preparaciones a la carta para ser solicitados a los maestros de la barra.
Por sus características y su ubicación para entonces comercialmente privilegiada, el American Bar pasó a convertirse en otro de los más solicitados centros de reunión del centro de Santiago, ya de moda en aquellos años y con la infaltable aspiración elitista que muchos de estos establecimientos profesaban sobre sí, fuera o no real tal calidad. Por alguna razón, sin embargo, parece haber sido especialmente atractivo para la juventud santiaguina, creemos que de preferencia para los estudiantes, ya que el barrio a espaldas del Portal Fernández Concha tenía ciertos tintes de seducción para este segmento en particular y desde hacía largo tiempo.
Todo aquel sector de calle Estado fue, de hecho, uno de los más enérgicos del comercio formal de aquellos años, de modo que el bar tenía por vecinos a otros célebres locales como la Sastería Pinaud, boticas, joyerías, confiterías, cigarrerías y almacenes. Muy cerca estaban también las tiendas comerciales de Gath y Chaves, que en su primer nivel tenía otros conocidos bares y salas de espectáculos. La actividad era sumamente intensa, por lo mismo, destacando allí en las manzanas personajes de la calle famosos por entonces, como don Salustio Sánchez Oteíza, el Incadescente que paseaba su gorro colero y bigotes en punta, o el entonces celebérrimo Cojo Zamorano, quien además era manco, vendiendo por medio siglo revistas y periódicos en la salida oriente del Pasaje Fernández Concha. Quisiéramos creer que estos y otros personajes enseñoreando la famosa cuadra, también fueron concurrentes al American Bar, aunque fuese por proximidad.
Último par de cuadras de calle Estado llegando a Merced y la Plaza de Armas, hacia el 1900, en postal de la casa fotográfica Conrads. Fuente imagen: portal En Terreno (desde Museo de la Construcción CChC).
Aviso publicitario del bar en la revista "Arte y Teatro", año 1909.
Otro aviso publicitario del American Bar, esta vez en una revista "Teatro i Letras", también de 1909.
Sin embargo, en aquel entonces había una fuerte presión de organizaciones benéficas contra el consumo de alcohol en la población chilena, lo que se tradujo en la apertura de bares lácteos o sin alcohol en diferentes puntos de la capital, como el cerro Santa Lucía y los barrios riberanos del Mapocho. Muchos clubes, tabernas y centros de eventos se vieron acosados por las autoridades, con medidas que cobraron especial energía en el período. Al American Bar le cayó la mano pesada el 10 de junio de 1912, cuando la Intendencia Provincial de Santiago ordenó su clausura basándose en una restricción que impedía la presencia de expendios de licor a menos de 200 metros de templos, colegios o cuarteles... Pésima situación para la casa bohemia, ubicada a medio camino entre Iglesia de San Agustín y la Catedral Metropolitana. Lo mismo había sucedido con su vecino, el bar y restaurante Lhardy.
Como la medida contaba con gran apoyo popular en aquellos años a causa de los excesos y abusos que se cometían involucrando ingesta de alcohol, la entonces marca líder del producto en Chile, Té Ratanpuro, ideó un veloz plan publicitario para instalarse corporativamente justo en el lado norte del recién cerrado bar, en la Confitería Palet que ocupaba al recientemente cerrado Lhardy, buscando tentar así al público y las reuniones que se hacían hasta ese momento en el clausurado negocio. Ratanpuro llevó esta experiencia a otras pastelerías y salones de té de la capital, siendo elogiada poco después en una revista "Zig-Zag" de ese mismo año, en donde se presentaba una ilustración de base fotográfica muy precisa del cerrado local y de la vecina confitería abierta, dejando una de las escasas imágenes con algo sobre el aspecto del American Bar, aunque fuera su exterior.
Parece que el establecimiento pudo reabrir, en años posteriores, porque reaparece en actividades. Sin embargo, su local tuvo grandes cambios durante la misma década del diez: pasó a manos de don Isidoro Villalta Martínez y continuó funcionando con patente municipal de cantina, pero hay señales que hacen sospechar en que se subdividió y parte del mismo, probablemente sus altos, coinciden con la dirección de la consulta del cirujano dentista Enrique Molina Luco, durante el mismo período. Esto se verifica en avisos clasificados de los años 1917-1918.
En tiempos posteriores apareció el segundo American Bar de Santiago, en el barrio bohemio de Mapocho. También hubo un American Milk Bar en calle Ahumada, pero ya sin relación con el anterior boliche de calle Estado, que acabó siendo totalmente olvidado, como otra insignificante pluma caída durante el vuelo de vida de esta ciudad.
Pasada la gran renovación del Portal Fernández Concha de cara a la Plaza de Armas en los años treinta, un edificio de puertas y molduras art decó fue construido en aquel lugar donde estuvo antes el American Bar, por lo que aquel local de antaño se avaporó por completo en el mapa urbano. Aún permanece allí su reemplazo, con espacios comerciales en toda la extensión del zócalo. ♣
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