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LA MAGIA DEL TEATRO HUEMUL

 

Edificio del Teatro Huemul, en obra “Población Huemul” de la Caja de Crédito Hipotecario, 1918.

Esta historia comienza cuando el gobierno de Germán Riesco promulgó, en 1906, la Ley N° 1.838 que permitió construir con ciertas facilidades conjuntos habitacionales obreros, para que resolvieran las necesidades que afectaban por entonces a muchas familias de las clases trabajadoras. Esto se haría bajo la evaluación de “higiene” del Consejo Superior de Habitaciones Obreras, además. Eran tiempos influidos por la floreciente Doctrina Social de la Iglesia luego de conocida la famosa encíclica papal “Rerum Novarum” de 1891 y en vista de la persistencia de las cuestiones sociales.

Así las cosas, entre 1911 y 1918 la Caja de Crédito Hipotecario hizo construir un vecindario modelo propio en el sector industrial que se había formado en el ramal del Ferrocarril del Llano de Maipo, que salía desde la estación Ñuñoa (hacia actual sector de la Estación Metro Ñuble) hacia el poniente, doblando por encima de la avenida Vicuña Mackenna (puente del ex sector Copesa y demolidas bodegas de la viña Manquehue) para enfilar entre galpones y grandes fábricas hacia el oeste, por el actual Parque Santa María y la calle Centenario (sector en donde ahora están las Estaciones Metro Bío-Bío y Franklin). Este ferrocarril terminaba conectando con las vías de la Estación Central en el sector de la Población San Eugenio.

El pintoresco nuevo vecindario resultante de aquel proyecto, la Población o Barrio Huemul, se ubicó cerca de la desaparecida Estación San Diego del ferrocarril y se constituyó con la lógica de los campamentos obreros, con esa gran autosuficiencia que se podía ver, por ejemplo, en ciertas oficinas salitreras del Norte Grande, pues sus residentes contaban con oficinas públicas, escuelas, plaza, biblioteca, comercio, hospital y un lugar apropiado al servicio religioso, cual pequeña ciudadela.

Como todo barrio con autonomía, entonces, también se procuró que tuviese un teatro ubicado precisamente en su hermosa plaza central en calle Bío-Bío 1367-1377, entre Waldo Silva y Los Algarrobos. Su situación dentro de esta cuadra de áreas verdes y palmeras es especialmente astuta y ajustada a criterios paisajísticos, permitiendo una percepción cómoda del edificio en este contexto, al tiempo que ocultaba de la vista su vecindad pareada con los otros edificios residenciales del lado posterior, mitad norte de aquella estrecha cuadra.

Más todavía, la Plaza Huemul es el evidente eje organizacional de la distribución de cuadras y calles en la población que están trazadas por todo su alrededor. De este modo, la presencia del teatro en ella confirma que el inmueble de naturaleza cultural fue concebido para convertirse -muy especialmente- en uno de los centros principales del quehacer ciudadano de los vecinos, junto con la propia sede de la Caja de Ahorros, en el flanco opuesto de la misma plaza.

El teatro formaba parte del mismo grupo de obras en las que estuvieron la mencionada sucursal de la Caja de Ahorros y las dos escuelas primarias del barrio, entre otras interesantes dependencias de esas cuadras. Aunque era parte de los proyectos asociados a las celebraciones del Primer Centenario, pudo realizarse su construcción recién en 1914, pero extendiéndose por otros tres años y cuando ya habían comenzado las primeras reuniones de público en él. Fue presentado en grande el domingo 6 de octubre de 1918, para la llamada Fiesta del Ahorro. El evento fue comentado al día siguiente por el diario "La Nación":

Con todo lucimiento se efectuó la fiesta del ahorro, organizada por "El Departamento de Propaganda" de la Caja de Ahorros.

El palco escénico estaba ocupado por distinguidos miembros de aquella institución y de la Sociedad de Instrucción Primaria, señores Luis Barros Valdés, Ricardo Larraín Bravo, Pedro Bannen, Roberto Garretón Bravo, Luis Rivera, Luis Ovalle, Manuel Salas Rodríguez; también la señora Lucrecia Valdés de Barros Borgoño, acompañada de sus nietecitas. Hicieron los honores de la casa las directoras de la "Escuela Italia" , de la "Bernardo Suárez", de la 170 y el administrador de la Población Huemul, señor Rafael Baeza B.

Después de un coro y una recitación, don Luis Barros Valdés dio una conferencia, poniendo de relieve cómo el ahorro es no solo una virtud privada, sino una obra de patriotismo, por lo cual los dirigentes de la Caja de Ahorro se han propuesto premiar ese esfuerzo, especialmente en los niños que serán los ciudadanos del porvenir; seguidamente se obsequió a los distinguidos en el ahorro con 15 premios, consistentes en imposiciones en sus propias libretas, en hermosos libros y escarapelas blancas y paquetes de dulces.

Las comisiones de las tres escuelas premiadas llenaron la platea y la concurrencia desbordaba en el 2.o y 3.er  pisos del teatro. Después de otros hermosos números de cantos y recitaciones se siguió hermosas vistas biográficas.

Anuncio en el periódico "La Nación" para la presentación de la compañía de marionetas Dell'Aqua en el Teatro Huemul, en marzo de 1927.

Elenco de alumnos de la Escuela Teatro Q en el costado exterior del Huemul, hacia calle Los Algarrobos, en 1985. De izquierda a derecha: Jaime Hanson, Mauricio Aravena, Alvaro Riveros, Juan Carlos Bustos, Aldo Ibarra, Luis Labraña, Iván Torrealba, Bartolomé Silva, Roberto Sánchez, Jose Miguel Gallardo, Javier Deneken, Ana Guiñez, Angel Reyes, Emperatriz Sotelo, Claudia López, Tita Manriquez, Loreto Araya, Nadia Loyola, un actor invitado y Antonieta Araya. Fuente imagen: Memoria Chilena.

Función de la obra "A'onde la viste" en el Teatro Huemul, año 1986. Fuente imagen: Memoria Chilena.

Encuentro folclórico dentro del Huemul. Imagen publicada en el sitio FB del propio teatro.

 

Como sucede con el resto de los inmuebles de la población, la materialidad del teatro incluyó bloques de concreto importados desde el Reino Unido, con un magnífico trabajo de albañilería moderna. Ostentando una disposición muy integrada a la propia Plaza Huemul y de cara a la Caja, por entonces sus jardines estaban rodeados por un pequeño cerco de madera. La característica de su fachada sin pintar y con las texturas-colores de los materiales expuestas es original y se repetía como un rasgo uniforme en los principales edificios y residencias del barrio obrero, originalmente.

El simétrico diseño exterior del inmueble acusa influencias neobarrocas y victorianas, mientras que el interior despliega mucha elegancia itálico-victoriana, a pesar de sus no muy grandes proporciones, distribuidas en unos 457 metros cuadrados de superficie, con platea central con 214 butacas y tres pisos de palcos laterales con 100 asientos, más los 300 de galería. Cuenta con hall de entrada, camerinos subterráneos, baños, salas-oficinas en su pabellón frontal y galerías interiores.

Alrededor de la platea del teatro, los niveles superiores de crujiente madera, metal y tabiquería evocan a los clásicos corrales teatrales españoles, y su antiguo telón de boca había sido pintado por el artista Pedro Subercaseaux. Esta disposición interna general de la sala también asume la estética de las viejas casas de comedias que se conocieron en la Colonia, aunque en este caso cerrando su cielo con una gran lucarna. Y sobre el arco deprimido que forma el marco del escenario, bajo la cabeza de un sonriente fauno, aún están en lo alto las iniciales CCH, de la Caja de Crédito Hipotecario. Otros detalles sobre su arquitectura y distribuciones pueden encontrarse en el estudio “Teatro Huemul. Centro de artes y eventos” de Matías Acuña.

El hermoso teatrito también tenía, inicialmente, funciones parecidas a las de un centro social con sesiones de charlas instructivas y de cultura cívica. Su primer nombre formal fue Biblioteca Teatro Ricardo Larraín Urriola, en homenaje al padre del arquitecto Ricardo Larraín Bravo, este último el hombre tras los planos del teatro y de la misma Población Huemul. La inscripción en forma semicircular por el contorno de los ventanales de medialuna del segundo nivel, tras el balconete en la fachada. Inicialmente, se leía allí: “Biblioteca - Teatro - Conferencia”. Sin embargo, fue cambiada por la que conserva hasta ahora: “Teatro y Sala de Conferencias”.

En 1918, la publicación “Población Huemul. Inauguración de la Sección de Beneficencia”, de la misma Caja de Crédito Hipotecario, se refería de la siguiente manera al edificio y su pintoresca plaza:

La Plaza Huemul, consultada en el centro de la Población, se encuentra dividida en dos secciones por la calle de Bío-Bío, que se extiende desde la de Huemul hasta la de Lord Cochrane. Al fondo de la sección sur y al frente del grupo N° 5 se levanta una construcción de dos pisos, el primero está destinado a las Oficinas de la Sucursal de la Caja de Ahorros de Santiago, a la Administración de la Población misma y a la Dispensaría, con su patio de servicio; el segundo lo ocupa en su totalidad la casa del Administrador de la Población Huemul.

También se ha edificado hace poco una BIBLIOTECA Y SALA DE CONFERENCIAS.

Efectivamente, al frente de la construcción anterior y delante del grupo N° 2, ocupando el fondo de la Plaza en su parte norte, se alza un edificio de dos pisos que se destina a Biblioteca y Sala de Conferencias y Teatro. La Biblioteca está aún en estado incipiente, aunque gracias a los esfuerzos de la Caja, se ha conseguido adquirir algunos volúmenes que son muy pedidos por los vivientes de la Población.

Desde hace un año esta Sala de Conferencias y Teatro está entregada a la Sociedad de Instrucción Primaria de Santiago, la que da semanalmente fiestas que, bajo el nombre de Recreos Dominicales, atraen público de todos los barrios vecinos; allí se dictan conferencias sobre higiene, ahorro, economía doméstica, etc., etc., alternadas con secciones de música y exhibiciones de biógrafo.

Algunas fuentes, tomando e interpretando el recién revisado texto, señalan que eran los recreos dominicales aquellas instancias en las que se daban tales clases de educación cívica y doméstica, pero el párrafo del documento podría estar sugiriendo que se trataba en realidad de eventos diferentes, aun cuando se hicieran en el mismo teatro y para el mismo público de vecinos del sector.

Vista del escenario y los dos niveles superiores de balcones en el teatro. Imagen publicada por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Vista hacia el sector del ingreso de la sala. Imagen publicada por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Vista actual del Teatro y la Plaza Huemul.

Vista del edificio desde el lado de calle Los Algarrobos con Bío Bío.

Fachada actual del teatro. Ciertamente, su aspecto no está en el mejor momento.

Podemos presumir, también, que el teatro fue visitado por una joven Lucila Godoy Alcayaga, la futura Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, cuando ella residió justo a espaldas del edificio por el lado de calle Waldo Silva en los años veinte, tras ser destinada al cargo de directora del Liceo Teresa Prats. La casa aún existe en aquella dirección, informando con una placa conmemorando del paso de tan ilustre moradora.

Las presentaciones artísticas eran ocasionales pero de gran atención para los residentes, llegando a ser llamado, popularmente, como el “Municipal Chico”. Una leyenda indica que el Teatro Huemul fue visitado también por Carlos Gardel hacia aquellos años veinte, y que habría decidido cantar espontáneamente allí en el escenario para satisfacción de los vecinos que corrieron al lugar atraídos por su inconfundible voz. Al no haber pruebas de este supuesto concierto y aunque para algunos antiguos residentes esto fue testimoniado por sus abuelos, en opinión de cronistas e investigadores no es más que un bello mito urbano.

Además de sus proyecciones constantes de cine y eventos para niños con regalos de juguetes, los períodos primaverales y veraniegos fueron especialmente activos en el Huemul, según puede verificarse en las carteleras de espectáculos de la prensa. En marzo de 1927, por ejemplo, el corral techado fue lugar de presentaciones de la entonces afamada Compañía Marionettes dell'Aqua, con su número de "La Danza Macabra" bailada por siete títeres de cuerdas con forma de esqueletos. En ese mismo mes se había presentado allí el Conjunto Artístico Urzúa Rojas, en funciones de velada a beneficio, seguidas de un baile social cada noche.

Para el mes de octubre de aquel año, hubo otras funciones a beneficio pero para el proyecto de campamento permanente de Quintero del club de excursionismo Cuerpo Jorge Matte, con la participación de artistas como el Cuadro Criollo Nacional, Estercita Martínez, Lucho Barra y una jazz-band traída para el encuentro. La apertura de este festival había tenido lugar en la noche del 19, haciéndola coincidir con el inicio de las Fiestas de la Primavera y combinando espectáculo con la proyección de una película de la Casa Metro.

En la Semana Santa, en tanto, invariablemente tomaban posesión del biógrafo en el Huemul las películas y presentaciones religiosas. Esto era bastante frecuente en los pequeños cines y teatros de barrios del Chile de entonces.

Todavía tenía importancia como sede social en los años treinta, cosa demostrada con la velada artística a beneficio del Club de Deportes Estrella, realizada en él durante la noche del sábado 2 de noviembre de 1935. Sin embargo, ya iba decayendo la actividad en el teatro y así, al entrar en problemas financieros la Caja de Crédito Hipotecario, esta decidió vender el edificio al Arzobispado de Santiago, en 1938. De esta manera, para 1940 estaba convertirlo en capilla funeraria, pasando después por un largo y oscuro período en el que incluso fue usado como albergue y bodega.

Pero, al contrario de lo que ha sucedido con muchos inmuebles patrimoniales del período (incluyendo los casos de varios otros teatros nacionales), en décadas posteriores el edificio símbolo del barrio Huemul sí pudo conjurar lo que parecía ser ya su inminente e inevitable ocaso, después de tantos años de opacidad.

Aún abandonado y casi en ruinas en los setenta, a inicios de la década siguiente comenzó a ser recuperado gradualmente y se realizaron presentaciones teatrales con actores y directores de renombre. El terrible terremoto de 1985 devolvió hasta él algunas necesidades de restauración, causando daños importantes que, sin embargo, lo dejaron cerrado solo por un tiempo breve, siendo intensamente utilizado a la sazón por la compañía Escuela Teatro Q en la que enseñaban gratuitamente María Cánepa, José Pineda, Juan Cuevas y Tito Noguera, entre otros, realizando allí presentaciones de obras como "A la diestra de Dios Padre" y "A'onde la viste". Existen algunas históricas imágenes de aquel período que ha comenzado a ser recuperado en nuestra época, con las actividades del elenco dentro y fuera del teatro: se recuerda  la presencia de los jóvenes actores ensayando en plazas y calles, algo pintoresco y curioso en la tranquila vida del barrio. A veces, hasta ofrecían funciones abiertas al público y al exterior del edificio, en la placita, como fue el caso de "Romeo y Julieta" en 1987.

El Huemul continuó siendo usado por compañías de teatro y apareció en escenas de la famosa franja televisiva de la campaña de la opción “No”, para el Plebiscito de 1988. Este episodio fue considerado todo hito en la historia del mismo teatro, con una inolvidable imagen de artistas y personalidades en sus balcones interiores. Algunos proyectos cinematográficos se valieron de él como locación, además, al tiempo que iba recuperando su importancia local como sala.

Llamado por un tiempo Teatro Parroquial Huemul, en 1994 el Arzobispado lo había traspasado en comodato a la Corporación para el Desarrollo de Santiago, realizándose entonces un necesario nuevo plan de restauración y mejoramientos. Nuevos tiempos de certezas e inestabilidades se vendrían para el histórico inmueble.

En 2007, Luis Marchant y Matías Acuña se interesaron en tomar el timón del mismo y lograron un acuerdo. Sin embargo, la racha fue interrumpida por el terremoto de 2010. A pesar de todo, fue rehabilitado al público y mantenido con cierto movimiento, pero hasta la abrupta renuncia de los sostenedores Marchant y Acuña, a fines de 2014. Luego de más incertidumbres y dudas sobre su destino, el Teatro Huemul fue declarado Monumento Histórico Nacional en 2016, y comenzó a inyectarse en él la actividad que lo convirtiera en uno de los centros culturales de mayor importancia patrimonial en todo el sector sur de Santiago.

Perteneciendo aún al Arzobispado y administrado por gestoras culturales, los eventos de este espacio -con muchas características únicas entre los teatros del país- incluyen recitales, celebraciones, seminarios, ciclos de cine y exposiciones. Los tiempos de pandemias han sumido al edificio y al propio barrio en la languidez, sin embargo, por lo que el futuro dirá cuánta vitalidad aguarda su momento para regresar a aquella casa teatral.

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