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EL SANTIAGO ZÚÑIGA: OTRO SÍMBOLO EXTINTO DE LA CLÁSICA BOHEMIA

Interior del restaurante y centro de eventos Santiago Zúñiga, ya en calle Bandera, con su característica decoración y ambiente. Imagen publicada en la revista “En Viaje” en 1962.

A pesar de lo que se ha escrito a veces sobre el otrora famoso restaurante, boîte y centro recreativo, el Santiago Zúñiga no estaba en el "barrio chino" de calle Bandera propiamente tal: es decir, no se hallaba en la famosa cuadra bohemia central que había llegando a Mapocho, ni fue vecino de otros establecimientos allí famosos como el Hércules, el Zeppelin o la Hostería Antoñana. También es posterior, pues no pertenecía a la generación pionera de esos establecimientos nocturnos. Sin embargo, compartía con ellos mucha de la clientela que tenía el famoso vecindario de trasnochadas, además de artistas y músicos que llegaban al lugar.

El Santiago Zúñiga se reconocía fácilmente porque en su entrada "había una foto de la vedette argentina Nélida Lobato, futura estrella del Teatro Maipo de Buenos Aires", como lo recuerda Germán Marín en "Círculo vicioso". Sin embargo, cuando estaba instalado ya en Bandera se encontraba más al sur del llamado "barrio chino", en la cuadra de 600 entre Rosas y Santo Domingo. Su vida había comenzado más al poniente en los años treinta, en un segundo piso de calle 21 de Mayo llegando a Santo Domingo, muy cerca de la Municipalidad de Santiago, del templo dominico y de camino al Mercado Central.

Hizo historia en aquella ubicación por varios años, destacando durante todo ese tiempo por su requerida oferta de carnes y pescados, con schops alemanes y vinos, además de una característica que después fue muy propia del local: la decoración de sus salas con grandes fotografías enmarcadas de bailarinas y nudistas de los espectáculos de vodevil criollo, algunas de ellas despampanantes diosas del ambiente de las candilejas, como las divas retratadas por la lente de fotógrafos como Alfredo Molina La Hitte, Julio Bustamante o David Rodríguez Peña. Hernán Millas recuerda algo de este local en "La buena memoria. Y no me acuerdo qué más":

También estaba el Santiago Zúñiga, en 21 de Mayo , a los pies de la Municipalidad, y al que se llegaba subiendo una larguísima escala de mármol a prueba de infartos. La recompensa estaba en sus mariscos y pescados.

Avisos del Santiago Zúñiga en "Las Noticias de Última Hora", noviembre y diciembre de 1962.

Las salas de su casa en calle Banera, con retratos de sensuales artistas de la bohemia, en el filme "Tres tristes tigres".

El incendio del Santiago Zúñiga y el "rescate" de sus imágenes sexis por parte de bomberos en calle 12 de Mayo, en portada de la revista "Ercilla". Aparece reproducida en el trabajo "150 Años. Cuerpo de Bomberos de Santiago. Vidas de fuego" de Antonio Márquez Allison.

Sin embargo, en enero de 1961 estalló un devastador incendio que destruyó el local restaurante y otros vecinos, viéndose en la obligación de cerrar temporalmente mientras buscaba nueva casa. Curiosamente, ya había ocurrido otro grave incendio en este mismo sector de cuadra hacía varios años, a fines de noviembre de 1908.

La prensa de la época, particularmente la revista "Ercilla", se burló mucho del hecho que los voluntarios de bomberos "rescataron" de las llamas y restos carbonizados del Santiago Zúñiga también a los famosos cuadros fotográficos de las chicas que decoraban toda la boîte.

No mucho después, el boliche pudo llegar hasta un antiguo inmueble neoclásico y de interiores con molduras, ubicado hacia la numeración 642-646 de calle Bandera, justo enfrente de un hermoso edificio art decó con bajos comerciales y altos residenciales que aún existe allí. Este espacioso edificio había sido sede, entre otras instituciones, del Santiago National Football Club y de la Juventud Vasca o Euzko Gaztedija, establecida allí hacia 1933 tras retirarse del Centro Vasco por diferencias de criterios.

La revista "En Viaje" de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, en su edición de mayo de 1962, celebraba la reaparición del Santiago Zúñiga con las siguientes palabras:

Carnes y mariscos rezan los letreros del "Santiago Zúñiga", rendez vous de los artistas y la prensa, 30 años, uno de los más antiguos, preocupado de la buena mesa. Se quemó en 21 de Mayo y aquí estamos en Bandera, nos dice su dueño. Aquí comen los cómicos del Ópera, dice la Iris del Valle, todos. Grandes fotos murales muestran a las más aplaudidas figuras de este teatro frívolo.

Aquellas queridas imágenes "sobrevivientes" de las nudistas con estrellas de las candilejas bohemias, deleite de los borrachines libidinosos llegados al lugar, quedaron en aquellas paredes colgando nuevamente como emblemas de la identidad del propio local. Estaban repartidas por las viejas salas de techo alto y grandes marcos de puertas reemplazadas por cortinas, además de la que hubo en el comedor con bar con algunas repisas de botellas que tenían un diseño cilíndrico.

 

Imágenes interiores del Santiago Zúñiga en "Tres tristes tigres", film de 1968. La película usó también como locaciones al bar El Frontón de San Pablo llegando a Matucana, el cabaret Zeppelin de Bandera, el Club OO7, el restobar Bremen y el restaurante Cachivache, entre otros lugares populares por entonces.

En sus crónicas memoriales "Nada es como era", Alfredo Lamadrid recordaba sobre aquel ambiente dominante en el establecimiento:

La frivolidad acompañada de vedettes y mujeres de la noche se concentraba en la calle Bandera, en el sector del barrio chino. En una vieja casona de segundo piso se ubicaba el Santiago Zúñiga, con buen marisco de amanecida y cuyas puertas estaban siempre abiertas. Ahí se trataba de conquistar, con la mirada, a las inalcanzables figuras de los teatros de revistas o de las boites céntricas que llegaban a cenar de madrugada, acompañadas de elegantes señores de mucho dinero.

El Santiago Zúñiga continuó siendo el núcleo favorito de muchos periodistas y de los artistas de la Compañía Bim Bam Bum, varios de estos últimos pasando al final de sus funciones revisteriles en el Teatro Ópera o desde el mismo "barrio chino" de las cercanías. También es mencionado en trabajos de autores como Sebastián Edwards y Sergio Infante, mientras que Sergio García Garay confirma en "Trancos de un sueño" haber visto allí a la mencionada artista Iris del Valle, apodada La Pelá por uno de sus personajes, a Chito Faró autor del vals tradicional "Si vas para Chile", entre otros artistas de la intensa bohemia de entonces.

En el Santiago Zúñiga también se rodaron imágenes de "Tres tristes tigres" de 1968, filme de Raúl Ruiz basado en la obra teatral de Alejandro Sieveking. La escena del almuerzo interrumpido abruptamente por uno de los personajes fue filmada en una de las mesas en el ala norte del mismo viejo edificio, haciendo después un recorrido por parte del mismo para llegar al sector del bar.

Reconstruyendo la bohemia de principios de los años setenta, dice la periodista Lorena Penjean en artículo del periódico "The Clinic" ("Carrete en la UP", 2 de octubre de 2011):

A falta de after hours, los náufragos podían rematar en el restaurante "Santiago Zúñiga", local decorado con luces de neón y fotos de vedettes desnudas que ofrecía a su distinguida clientela el trago "torito", champaña con vino tinto o una "negra linda", malta con menta. Solo para valientes.

Tras la desaparición del Santiago Zúñiga desde aquel palaciego edificio, este se demolió y se construyó en su lugar, a fines de los setenta, al alguna vez peyorativamente apodado Caracol de la Muerte de Bandera 642. Este sitio, concebido durante la fiebre de los caracoles comerciales de esos años, fue famoso en los ochenta y noventa por sus lúgubres clubes nocturnos, aunque hoy está  infinitamente más domado y hospitalario. ♣

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